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Superalcaldesas

Las elecciones municipales con mayor representación femenina de la historia han dado los mejores resultados para muchas de las alcaldesas que aspiraban a la reelección. No ha sido el caso de Ada Colau, que se ha quedado a pocos votos de alcanzarla y ya ha anunciado que presentará batalla, pero sí de las representantes de las grandes ciudades del área metropolitana. Mujeres que no sólo han conseguido revalidar el cargo al frente de sus ayuntamientos, sino que han capitalizado un éxito que les permitirá gobernar en solitario al sumar mayorías absolutas. Todo un hito en tiempos de fragmentación política y cuando la tendencia que impera desde la aparición de nuevas formaciones son las minorías exiguas en los consistorios.

El nuevo mapa municipal surgido de las urnas demuestra que la feminización de la política, al menos en el ámbito local, es ya un hecho incuestionable. El domingo, Núria Parlon arrasó en Santa Coloma; Núria Marín, en l’Hospitalet; Pilar Díaz, en Esplugues; Lluïsa Moret, en Sant Boi, y Raquel Sánchez lo hizo en Gavà. Todas ellas volverán a asir la vara de mando de sus ciudades durante los próximos cuatro años y han recuperado para el PSC unas preciosas mayorías absolutas más propias de otros tiempos no tan convulsos como los de ahora.

Estas superalcaldesas del área metropolitana son, en gran parte, responsables de que el cinturón de Barcelona vuelve a teñirse de rojo tras lucir en anteriores elecciones, ya sean generales o autonómicas, de morado y también de naranja. En sus respectivas ciudades han capitalizado más del 42% de los votos. Mención aparte es el resultado de Parlon, que tras ampliar la mayoría obtenida en el 2015, un momento en el que se produjo una importante fuga de votantes socialistas, ha concentrado casi 51% de los votos de su ciudad.

No menos importante es la victoria, también con nombre feme­nino, en Sant Cugat. El histórico bastión de los exconvergentes que Mercè Conesa dejó hace un año para poner rumbo a la presidencia del Port de Barcelona se mantiene en manos de Junts per Catalunya. Carmela Fortuny ha logrado conservar este Ayuntamiento en un momento crucial para esta formación, que ha dado muestras de gran debilidad en estas municipales. También la alcaldesa de Vic, Anna Erra, forma parte de este grupo de superalcaldesas al alcanzar para JxCat una mayoría absoluta importante que sabe a victoria.

Viendo estos resultados, se comprueba lo mucho que ha llovido desde que Nativitat Yarza Planas fuera en 1934 la primera mujer elegida alcaldesa en Catalunya por sufragio universal en el pueblo de Bellprat, en Anoia. Las mujeres habían obtenido el derecho a votar sólo tres años antes y hasta entonces sólo podían ser escogidas si eran viudas o solteras. Ese fue el
caso de Dolors Codina, que gracias a esta condición pudo ostentar la alcaldía de Taradell en 1925. Precursoras que demuestran que lo que hace un siglo era una simple anécdota, una anomalía en un mundo político exclusivamente masculino, se ha convertido en algo habitual.

En estas municipales casi se ha alcanzado la ansiada paridad. De los 25 municipios catalanes con más población, la presencia femenina en los diez primeros puestos de las listas en ningún caso fue inferior al 44%. Hasta en el pueblo de Belianes en Lleida se presentó una única lista formada exclusivamente por mujeres que el próximo 15 de junio empezará a gobernar.