El Prat tras la huella de Tejedor
Liderazgo sin parangón
Después de 37 años de alcalde, el incombustible edil de ICV no se presenta a la reelección y el resto de partidos atisban una posibilidad de cambio
Un jovencísimo Lluís Tejedor –tenía 29 años– tomó la vara de alcalde de forma trágica un 2 de marzo de 1982 sustituyendo a Antonio Martín, fallecido en un accidente de tráfico. Desde entonces, ha arrasado en nueve elecciones municipales, primero representando al PSUC y luego a Iniciativa. Un liderazgo sin parangón para una de las alcaldías metropolitanas históricas del partido. Treinta y siete años después, se jubila.
Y en El Prat de Llobregat, tras casi cuatro décadas en las que se ha vivido una profunda transformación, la contienda electoral local se presenta más abierta que nunca. Y es que a Tejedor, dicen algunos, le votaban hasta los del Partido Popular.
“Las ciudades sólo pueden avanzar con colaboración institucional”, advierte la voz de la experiencia
Cita a La Vanguardia en el Cafè de l’Artesà, el bar situado a lado del teatro que abrió hace unas semanas tras 12,5 millones de inversión. “Junto con la reurbanización de la calle Verge de Montserrat, clave en movilidad, es mi última gran obra. Representa una apuesta decisiva por la cultura”, argumenta antes de dar un trago de agua con gas. “Me encontré una ciudad sin servicios, en blanco y negro, sin plazas, sin bancos, sin colectores... con cuatro gotas las aguas fecales salían a la superficie”, recuerda. “Las reivindicaciones eran tan básicas que era fácil llegar a acuerdos con otros partidos y los vecinos”, reconoce. El natural de Cifuentes (Guadalajara) destaca como sus principales obras el cambio “físico y emocional” de la ciudad conocida por sus pollos potablava y el aeropuerto. En el primer ámbito saca pecho de “la recuperación del territorio para el uso social y público” y lo ejemplifica con los “25 kilómetros de caminos por espacios naturales”. También resalta el Plan Delta, que amplió el aeropuerto, el puerto, desvió el río y construyó la depuradora del Baix Llobregat. Según Tejedor, antes los vecinos de El Prat “escondían” su procedencia. “Era una ciudad que olía mal, con las chimeneas de la La Seda. Sólo salíamos en los medios por los sucesos en Sant Cosme –dice–. Ahora los pratenses sienten orgullo por su ciudad”. Un cambio emocional: sentimiento de pertenencia.
“Lo más duro de todo fueron los años de la heroína en Sant Cosme”, soslaya. Es el único barrio en España que se demolió por completo para volverse a alzar y, aunque sigue siendo complejo, ahora también es cuna de la economía social. Esta transformación y el Plan Delta fueron ejemplos de coordinación entre diferentes administraciones de distinto color político. “Las ciudades sólo pueden avanzar con colaboración institucional”, advierte la voz de la experiencia. ¿Y después de Tejedor? “El futuro”, contesta mirando de reojo a su izquierda.
Allí se sienta Lluís Mijoler, alcaldable por El Prat en Comú. Cambian candidato y marca, que no engloba a Podem, que va en solitario. También bebe agua, pero sin gas. “Es una gran responsabilidad, queremos continuar con el actual modelo de ciudad. Tenemos equipo. Tengo confianza”, esgrime el concejal desde hace cuatro años. “Mantener la cohesión social a través de la cultura y la formación” es su principal si consigue la alcaldía.
En las últimas municipales, Iniciativa fue seguida, a mucha distancia y por este orden, de PSC, PP y ERC. Estos tres partidos auguran que tras la marcha de Tejedor hay “posibilidad de cambio”. En la terna hay 13 candidaturas. “Estamos ilusionados, hemos formado parte del gobierno durante los últimos 15 años, la mejor época de El Prat. Tejedor tenía un efecto arrastre... ahora repetiría el pacto pero con nuestro liderazgo”, dice el candidato socialista, Juan Pedro Pérez, animado tras el resultado de las generales, con victoria del PSC en El Prat.
“Tejedor ha sido un buen alcalde. Incluso le votaban los nuestros. Pero sin él las cosas cambian mucho. Su Prat está bien, pero con más seguridad, más empleo, más vivienda y más protección a los mayores sería mejor”, relata el número uno del PP, Miguel Ángel Ochoa, que tras 16 años como concejal sueña con dar el sorpasso pactando con Ciutadans.
“Queremos un Ayuntamiento mucho más cercano a la ciudadanía, actualmente se está gobernando desde el despacho”, opina el líder de ERC, Jordi Ibern.
Los vecinos decidirán si la sombra de Tejedor es tan alargada como para auspiciar a Mijoler a la alcaldía, pero lo que es indudable es que su figura ha dejado una profunda huella imborrable en El Prat.