La última cabina telefónica de Barcelona se convertirá en un punto de ‘bookcrossing’
Tras una consulta ciudadana
La opción de un intercambiador de libros se impone a la de un punto de wifi y a la del teléfono del civismo
Ya hay propuesta ganadora. Un punto de bookcrossing, un intercambiador de libros, es la opción que ha obtenido más votos de la consulta ciudadana para darle un nuevo uso a la última cabina de Barcelona, ubicada en el barrio de Sant Genís dels Agudells (Horta-Guinardó).
En total, ha habido 93 votos y los resultados han estado reñidos. 28 personas han optado por un punto de bookcrossing, 25 por un teléfono de civismo y 24 por un punto wifi. Eran las tres opciones planteadas aunque también se daba la posibilidad de que los participantes hicieran su propia propuesta.
Por ejemplo, seis personas votaron para que se mantuviera en funcionamiento la cabina tal como está ahora, otra que se convirtiera en una línea 112 o en un punto para fumadores. El humor también ha tenido cabida en la consulta y algunos han pedido que se destine la cabina para Superman o que se incluya la imagen del Superman de Dr. Slump.
La votación, realizada en el Centre Cívic Casa Groga e impulsada por el distrito de Horta-Guinardó en colaboración con la Asociación de Vecinos de Sant Genís dels Agudells, también ha registrado tres votos en blanco y cinco nulos.
Pendiente de firmar el contrato de cesión
Ahora el Ayuntamiento moverá ficha para que este elemento no desaparezca del espacio urbano. “El contrato de cesión de Telefónica al Ayuntamiento todavía no está firmado, está previsto hacerlo lo más rápido posible, ya que faltaba saber el uso al que iría destinada la cabina”, explica Xavier Civit, presidente la Asociación de Vecinos Sant Genís dels Agudells.
La última cabina antigua está en el barrio de Sant Genís dels Agudells en la calle Lledoner, nº2, y una placa en la parte superior señala que su número es el 8595A.
Aunque hoy en día todavía funciona, le falta la puerta, pero tiene los días contados ya que en principio a finales de este año dejará de prestar servicio. Una vecina de Barcelona, Anna Farré, la sacó del olvido al iniciar una campaña para su preservación llegando a recoger más de dos mil firmas.
Cambio de ubicación
Civit, tal como explica hace unos días a La Vanguardia, defiende la conservación de la cabina y recuerda con resignación que “somos el único barrio de Barcelona que no tenemos ninguna escultura ni ninguna placa”. Así que la cabina podría convertirse en una “especie de monumento tecnológico del siglo XX”, apunta.
La entidad vecinal también propone un cambio de ubicación. “Queremos que se traslade a la plaza de Meguidó ya que es el punto neurálgico del barrio donde se celebra la fiesta mayor, los niños juegan en la calle, además de estar el centro cívico y el local de la asociación de vecinos”, argumenta Civit.
“Se prevé el cambio de ubicación de la cabina, pero todavía no está decido el lugar definitivo. La plaza Meguidó es una posibilidad, pero todavía no está cerrado”, explican desde el Ayuntamiento.
Tal como publicaba este medio, las primeras 16 cabinas telefónicas se instalaron en la ciudad de Barcelona en 1966 cuando José María Porcioles era alcalde. En 1999 todavía había 453 cabinas antiguas que han ido desapareciendo del paisaje urbano de la ciudad hasta solo quedar una, la de Sant Genís dels Agudells: la número 8595A.