El toque de queda se retrasa a las 23.00 horas desde este sábado en Baleares para permitir la apertura de la hostelería en horario nocturno. El Govern de Francina Armengol ha decidido seguir con la desescalada dos semanas antes del fin de estado de alarma y permitirá la apertura de las terrazas entre las 20.30 y las 22.30 horas. Hasta ahora debían cerrar a las 17.00 horas, excepto en Menorca, donde el cierre era a las 22.00 horas.
La llegada de turistas durante la Semana Santa no ha afectado a los datos de contagios en las islas, que siguen con una incidencia a 14 días por debajo de los 60 casos por cada 100.000 habitantes. Baleares es la segunda comunidad con una menor incidencia, por detrás de la Comunitat Valenciana. Esta circunstancia ha llevado a Armengol a limitar algunas restricciones dentro del proceso de "desescalada lenta" por la que se apuesta en el archipiélago.
Las terrazas podrán abrir en dos turnos, hasta las 17.00 horas el primero, y entre las 20.30 y las 22.30 el segundo. Con la excepción de Menorca, donde la situación es de nueva normalidad, los viernes, sábado y víspera de festivos se mantiene el cierre a las 17.00 horas. Solo se permitirán cuatro comensales en las terrazas, pero se suprime la obligación de que sean de dos únicas unidades de convivencia.
La relajación de las terrazas y del toque de queda no tendrá consecuencias en el interior de los establecimientos de hostelería, que permanecerán cerrados por ahora. Solo se permite la apertura en Menorca, pero al 50 % de su capacidad y hasta las 17.00 horas. La consellera balear de Salut, Patricia Gómez, ha asegurado en el Parlament que hay evidencias de que en los interiores hay más riesgo de contagio porque son espacios cerrados y los clientes no llevan la mascarilla de forma permanente.
Las críticas
El sector de la restauración lleva semanas pidiendo que se relajen las restricciones
La ampliación del toque de queda llega tras duras restricciones que se han prolongado durante casi cinco meses. La temprana llegada de la tercera ola a las islas llevó al cierre del interior de la hostelería en diciembre y un mes más tarde se decretaba el cierre total de bares y restaurantes.
La ampliación de los horarios de apertura de la hostelería llega tras las quejas del sector de la restauración, que lleva meses sufriendo las restricciones del Govern. Las patronales de la restauración balear han criticado seriamente estas limitaciones que, en su opinión, no venían avaladas por los datos sanitarios y epidemiológicos de las islas. Govern y consells aprobaron una línea de ayudas directas de 1.500 euros al mes para compensar las pérdidas del sector, pero las patronales las consideraron insuficientes.