Parón inesperado en las largamente reivindicadas obras del nuevo carril bus de entrada a Barcelona por la B-23, que hasta ahora avanzaban a todo trapo. Los trabajos nocturnos a la altura de Sant Joan Despí han quedado “momentáneamente parados”, según confirman fuentes del Departament de Territori de la Generalitat a La Vanguardia. El motivo es que “el Ayuntamiento de Sant Joan Despí ha hecho llegar formalmente a los técnicos quejas de vecinos, principalmente por ruidos y vibraciones y algunas relativas a fisuras, surgidas durante las últimas semanas, relacionadas con los trabajos que se están llevando a cabo en horario nocturno”, agregan estas mismas fuentes.
Las viviendas afectadas se sitúan en el barrio de Pla de Vent y en la ámbito de la Mossota, es decir, a lado y lado de la B-23, explica a este diario Juan Antonio Fernández, presidente de la asociación de vecinos Pla de Vent-Torreblanca de Sant Joan Despí. “Ni mucho menos estamos en contra de estas obras, simplemente queremos que nos afecten lo mínimo posible”, aclara.
Una furgoneta de las obras del carril bus de la B-23, este viernes
“Un vecino se pensó que era un terremoto y a otro se le cayó una lámpara. La gente está muy asustada”, relata el representante vecinal. Él personalmente no tiene constancia de fisuras relacionadas directamente con las obras del carril bus. Sí de “noches sin dormir” y falta de información. “Solo nos dijeron que se actuaba por la noche por medidas de seguridad”, insiste.
Técnicos de Territori se reunirán con los vecinos y visitarán las viviendas que sufren afectaciones
La semana que viene, técnicos del Departament de la Territori se reunirán directamente con los vecinos para “explicar el desarrollo de las obras y hacer seguimiento de las quejas”, cuentan desde la Generalitat. También se llevarán a cabo “visitas a las viviendas para caracterizar con detalle las quejas”. Será entonces cuando se pueda detallar exactamente el alcance del problema y las actuaciones a seguir.
No obstante, el Govern, pese a parar momentáneamente las obras que se realizan de noche, expresa que a raíz de las quejas se efectuó una medición que dio “resultados muy por debajo de los niveles estimados por la normativa existente para el control de daños por vibraciones”.
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Ahora, explican desde Territori, se realizaban los trabajos para “ejecutar las capas de tierras que conformarán la explanada sobre la cual se procederá a continuación a colocar el paquete de firme para el nuevo carril, que se sitúa en la mediana de la B-23”. “Para minimizar las afectaciones a la circulación, estos trabajos que requieren maquinaria pesada y ocupaciones importantes en los actuales carriles de circulación, se llevan a cabo en horario nocturno”, prosiguen estas mismas fuentes. “Otras tareas que no comportan ocupación de la vía, se llevan a cabo en horario diurno”, rematan desde la Generalitat, que continuará ejecutando los trabajos de día pero no por la noche.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Sant Joan Despí informan que se “tuvo conocimiento de los problemas y entonces se contactó con la Generalitat de Catalunya para buscar una solución”
Una reclamación que se remonta al año 2001
Fue en el año 2001 cuando por primera vez el Baix Llobregat reclamó un carril bus para entrar en Barcelona y acabar con las congestiones. Finalmente, la actuación arrancó en el 2023 y ahora se encuentra “en una fase avanzada”, explican desde la Generalitat. Se trata de una actuación de siete kilómetros entre Sant Feliu de Llobregat y la capital catalana con un presupuesto total de veinte millones de euros provenientes del ministerio de Transportes del Gobierno estatal.
