“La reputación es el nuevo petróleo”

Tengo 50 años. Soy de Sant Feliu de Guíxols. Soy un emprendedor en serie y cumplidor de sueños. Estoy casado con la actriz Cristina Solà y tenemos una hija, Clàudia (12). ¿ Política? Los botaría a todos, con B: ¡que nos dejen trabajar! ¿ Creencias? Creo con fe absoluta en mi startup. (Foto: Xavier Cervera)

Josep Coll,emprendedor en serie, fundador de dos ‘legaltech’ punteras

Cumplidor de sueños, dice?

Lo soy, sí.

¿Qué sueños ha cumplido?

Cuatro sueños.

A saber.

El primero: mi libertad económica.

¿La ha alcanzado?

Creé una startup: me la compraron bien.

Segundo sueño...

Un gran viaje en moto.

¿Cumplido?

Partí de la tumba de mi madre en Sant Feliu de Guíxols y llegué al cabo sur de Nueva Zelanda.

¡Las antípodas!

El extremo austral del planeta, donde soñaba viajar mi madre y no pudo.

¿Qué se lo impidió?

Cuando tuvo salud le faltó dinero, cuando hubo dinero enfermó de cáncer.

Su madre era importante para usted.

Me crió, me formó y me salvó de la ruina. Impulsé por ella la Fundación Anita: fondos contra el cáncer infantil.

Tráigame una estampa de su niñez.

De los 5 a los 13 años viví interno en La Salle de Manlleu: tenía frío, dormía vestido.

¿Qué le dejó el viaje en moto?

Conduje 35.000 kilómetros la bestia parda, mi BMW GS-1200, y mientras componía canciones. Se las enviaba a mi socio y colega de banda Coque Moreno.

¿Qué fue lo mejor?

Mongolia, sin navegadores ni conectividad: la soledad.

¿Qué aprendió?

La carretera cura. Vendida mistartup, Red Points, cruzando el Gobi soñé otra empresa, RepScan. ¡Soy emprendedor!

Tercer sueño.

Siempre soñé tener mi banda de rock.

¿La tiene?

Fui cantante de Discípulos de Otilia y hoy compongo, canto y grabo con Predicador JJ Bolton, mi banda.

Emprendedor y rockero: ¡raro!

¡No concibo la vida sin música! Imparto conferencias cantando, guitarra rockera en mano: cuento mi propia historia.

Resúmala.

Chico humilde aspira a prosperar y crea la legaltech número uno de Europa.

¿Qué es una legaltech ?

Una empresa que usa tecnología digital para prestar servicios jurídicos.

¿Cómo se le ocurrió?

Era pizzero, mensajero... Una tarde en moto, empapado bajo la lluvia, aparqué y me dije: “No seré nada acabado en ero ”. Y estudié Derecho... con una idea fija.

¿Cual?

Amparar derechos de músicos. Le dije a todo músico, compositor o creador: detectaré cualquier pirateo y falsificaciones de tu obra y los eliminaré de internet.

Antipiratería intelectual.

Y funcionó. Como músico aficionado me escandalizaba la desprotección del músico y fundé Red Points... tras tres fracasos, el tercero por un socio traidor que me robó el dinero y el software. ¡Me dejó hundido! Mi madre me animó: “¡Lucha!”, y me avanzó los 3.000 euros de mi herencia.

¿Con 3.000 euros remontó su empresa?

Así fue, y ocho años después su valoración caminaba hacia mil millones de dólares.

¡Un unicornio !

Es candidata a unicornio. Red Points figura entre las diez mejores startups de España. Hoy soy un socio minoritario.

Ceder las riendas de su propia creación empresarial ¿no le apena?

Yo la arranqué y luego otro quiso pilotarla, esto es ley de vida. ¡A crear otra, pues! Yo soy un creador de empresas en serie.

Y ha fundado otra startup, me decía.

Sí, cofundamos RepScan, hace dos años, dedicada a velar por tu reputación digital.

Ah, eso puede venirme bien.

Comentarios que subiste un día a redes y hoy te incomodan o fotos que subiste y hoy quieres invisibilizar, nuestra empresa las rastrea y las elimina sin dejar rastro.

¿Qué perfil de clientes le contratan?

Empresas y particulares que sienten que su reputación está manchada.

¿Tan importante es hoy la reputación?

Lo es todo, hoy. La reputación es el nuevo petróleo.

Deme algún ejemplo.

Subir fotos hoy, cuando eres joven, puede pasarte factura mañana, perjudicarte si aspiras a un empleo en una empresa.

Serán clientes futuros para usted.

Y hay datos fake , hay reseñas falsas... Las eliminamos. Y las taponamos subiendo muchas informaciones positivas tuyas.

¿Es una manipulación positiva?

Tienes derecho a ser invisible en internet y redes. Eso es tendencia hoy. Tienes derecho al olvido. Y a tu reinserción digital.

¿Sin excepciones?

Los políticos: no trabajamos para ellos. Y tampoco para los condenados por maltrato de género, racismo o xenofobia.

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