“No alcanzas lo que mereces, sino lo que eres capaz de negociar”
Tengo 85 años. Nací en Tàrrega y vivo en Reus. Soy empresario del sector agroalimentario. Estoy casado, y tenemos cinco hijos y 16 nietos (de 5 a 23 años). ¿ Política? Ver el lado favorable, siempre. ¿ Creencias? Algo superior sí hay, algo más elevado que las iglesias. Me gusta leer y viajar
‘El club de la felicidad’
¿Cuál es el destino del ser humano? No es ser rico, sino ser feliz. Pero la humanidad ha invertido sus principales energías en la prosperidad material. ¿Y si a partir de ahora invirtiésemos la mayoría de nuestra energía en la tecnología de la felicidad? Es lo que se que se pregunta Antonio Pont, empresario boyante (Borges) que –movido por una crisis cardiaca– se ha volcado en indagar en lo inmaterial, en los resortes de la felicidad: publica El club de la felicidad , junto a Antonio Ortí (Planeta), charlas con “doce grandes personalidades” que le revelan sus claves para una vida plena. Me recibe en su casa de Reus, las comentamos, y salgo cargado con una inspiradora caja de frutos secos y aceite de oliva, condimentos para la felicidad.
Esto es para mí?
Nueces, avellanas, almendras, pasas, pistachos, ciruelas e higos secos... Frutos secos: ¡desayune un puñado cada mañana!
¿Lo hace usted?
Sí, y cargo mucha energía, pero sin engordar.
¿Los frutos secos no engordan, seguro?
La ciencia lo confirma: los frutos secos no engordan, combaten el colesterol malo y favorecen el bueno, son un factor contra la diabetes y un factor cardioprotector.
¿Protegeré mi corazón con avellanas?
Yo consumo frutos secos justamente por eso. Añado dieta mediterránea y ejercicio físico diario: camino, hago estiramientos...
Le veo en forma.
Me cuido desde que el estrés me provocó una cardiopatía, arritmias cardiacas. Me trató el doctor Valentí Fuster.
¿El célebre cardiólogo?
Es un hombre de acción, trabajador, activo, sin perder la armonía. Fuster atiende a personas de todo el mundo que han sufrido una crisis cardiaca.
¿En el hospital Mount Sinai de Nueva York, verdad?
...y a todos les invita a no priorizar el dinero, la fama, el éxito social... ¡y se conmueven!
¿Ven que casi les mata su estilo de vida?
¡Y que urge cambiarlo! Fue mi caso. Yo había trabajado con una intensidad desmedida, había descuidado mi salud.
¿Y hoy?
Buena dieta, ejercicio y sosiego: lo he aprendido de personas triunfadoras pero que saben vivir con armonía y plenitud.
¿Quiénes son?
Les entrevisté y los he reunido en un libro: el propio Valentí Fuster y Eduard Punset, Luis Rojas Marcos, Ferran Adrià, Ainhoa Arteta, Antonio Garrigues Walker...
¿Qué tienen común?
Son felices, se cuidan y aman lo que hacen.
¿Cómo empezó a hacer lo que hace?
Provengo de 500 años de una familia payesa de Tàrrega, y mi abuelo empezó a comerciar con aceite de oliva y frutos secos, y luego siguieron en eso mi padre y mi tío.
Y usted ayudó.
Sí, y en 1957 me enviaron a Reus, a cubrir esta zona y aquí sigo. Creamos la marca Borges en 1960, negocio familiar que hoy hemos internacionalizado.
¿Le dio su padre algún consejo?
“Sé recto, da la cara, cumple tu palabra”, me enseñó. Dice lo mismo mi esposa, con un refrán castellano: “No la hagas y no la temas”.
Buena máxima.
“Vale más tu buen nombre que todas las riquezas”, leí una vez, y es así: nosotros no caímos en la trampa codiciosa de usar aceite de colza, en los ochenta, y eso salvó nuestra marca.
Ha tenido éxito. ¿Cuál es la clave?
Lo determinante es saber negociar. No consigues lo que mereces, sino lo que eres capaz de negociar.
¡Eso sirve para la política y para todo!
Claro: se trata de conseguir que el otro se salga con la mía. Y siempre hay que trabajar con toda la ilusión del mundo.
¿Va bien su negocio, así?
No nos quejamos. En diez años, en el mundo, los frutos secos han triplicado su valor.
¿Qué ambiciona usted ahora?
Felicidad. Qué error ambicionar más y más bienes materiales. Si ya has cubierto tus necesidades elementales, busca felicidad.
¿Qué entiende por felicidad?
Vivir con autoestima, amor a los demás y sensación de plenitud. La felicidad no es la meta, es el camino. Sustituyamos producto interior bruto por felicidad interior bruta .
¿Cómo lleva usted lo de ser feliz?
Bien, estoy mejorando con mis maestros del club de la felicidad , esas doce personalidades. La clave es la actitud mental positiva.
¿Sí?
Veo la parte buena de todo, el vaso medio lleno. Nada de quejas. Y eso es algo que depende sólo de ti: ¡te animo a practicarlo!
Hay personas muy sufridoras.
Ya. Ahórrate sufrimiento, pues es innecesario e improductivo.
¿Qué aprendió después?
A tratar a todos con naturalidad y modestia.
¿Qué más?
Gratifícate, compénsate con placeres moderados: juega limpio contigo. Y relativiza.
¿Quién le enseñó esto?
Eduard Punset: me habló del “tiempo geológico” señalándome un fósil de trilobites de miles de millones de años.
Me lo mostró también a mí, sí.
Y expresa con palabras eso que sientes: ¡habla!, enseña Rojas Marcos. De Ferran Adrià aprendo a explorar y ser inquieto... ¡crear!
¿Y de Ainhoa Arteta?
¡Empuje! Qué carácter y fortaleza mental: diva de gran personalidad.
¿Y de Garrigues Walker?
¡Concisión! Me cita a Mark Twain: “Te escribo una carta larga, no he tenido tiempo para hacértela corta”. No hay que aburrir.
Leeré el resto en su libro, don Antonio.
¡Gracias! Y sobre todo haga una siesta de media horita. Esto me lo enseñó mi padre.