Unicornios

Leí por primera vez a Eslava Galán en En busca del unicornio , fabulosa novela de aventuras que ganó el Planeta en 1987 y que reseñé en La Vanguardia : ¡Eslava me dice hoy que conserva esa crítica y que le plació mucho! O sea, me la agradece... al cabo de 32 años. ¡Ya me tiene ganado, claro! Aunque llego a la entrevista ya seducido por su último libro: La conquista de América contada para escépticos (Planeta). Juan Eslava erudito, irónico y artista del relato, encuentra en nuestra historia argumentos fascinantes que sabe explicar con una galanura infrecuente, propia de las buenas novelas y de los mejores ensayos. Ahora le toca el turno a las andanzas de España por las Américas.

Por qué escribe sobre la conquista de América?

¡Es el capítulo más decisivo de la historia de la humanidad!

¿Tanto?

Sí. Lo cambió todo en la historia de este planeta.

¿Para bien... o para mal?

Lo cambió. Y encierra claves mal desentrañadas que busco esclarecer: escribo para aprender, es mi excusa para leer y leer...

¿Qué se sabía de América antes de 1492?

La duquesa roja , Isabel Álvarez de Toledo, sostenía que ya se navegaba en secreto allá...

Me lo contó en una Contra , sí.

...Hasta que la política de los Reyes Católicos decidió descubrir esa ruta...

¿Pudo saber Colón que ahí había algo?

Se topó con América por error: él buscaba islas que creía había antes de llegar a Japón...

¿De dónde había sacado tal idea?

Quizá del testimonio de un navegante arrastrado a las Antillas por una tormenta, y devuelto luego por la corriente del golfo...

Y encontró las Antillas y las costas...

Durante el siglo siguiente no dejaron de buscar el paso hacia las Molucas, las Indias.

¡Qué obsesión con las Indias!

Eran la especiería: pimienta, clavo, canela, nuez moscada, comino... A los europeos nos chiflaban y pagábamos lo que fuese. ¡Rendían más beneficio que hoy la cocaína!

Resuma con una frase la conquista.

Es del historiador peruano José Antonio del Busto, y la escribió al ver cómo retiraban allí una estatua de Pizarro: “No somos ni vencedores ni vencidos, somos los descendientes de los vencedores y de los vencidos”.

¿Qué legó España a América?

Universidades, carreteras, iglesias, conventos, cultura, religión, idioma, costumbres, administración, ciudades..

...y sangre derramada, abuso, explotación, saqueo...

Colón regaló unos indios a la reina Isabel, y ella los liberó: “¡No son esclavos, son súbditos míos!”. Y ahí nace el derecho internacional, el derecho humanitario.

¿Y los conquistadores les hacían caso?

A América iban los desesperados, y no eran angelitos. Pero Hernán Cortés, muy leído, emuló a Alejandro Magno: casó a treinta de sus capitanes con otras tantas indias.

¿Qué pretendía?

Expandir nuestra civilización... ¡y gobernarla! Todos buscaban riqueza. Hasta Cervantes pidió ir... y le fue denegado: de haberse ido, ¡no tendríamos el Quijote!

Cervantes querría sisar, como aquí...

El 20% del cargamento de cada barco que venía de América no estaba inventariado: ¡en negro! Pero a cada funcionario que se jubilaba o volvía se le sometía al “juicio de residencia”: verificaban que no había robado.

¿Con qué conquistador se queda?

Hernán Cortés: tras una gran derrota, con sólo 1.500 soldados, captura a Moctezuma y sojuzga al imperio mexica. Demostró gran destreza militar... y sobre todo política: Cortés supo ver que los indios estaban hartos de Moctezuma, y se los atrajo a su lado.

¿Cómo lo hizo? ¿Hartos de qué?

Los mexicas tomaban prisioneros entre otros indios.., para sacrificarlos a sus dioses: con un cuchillo de obsidiana les arrancaban el corazón, y devoraban sus entrañas.

No eran angelitos, tampoco...

Y por eso la mayoría de indios prefirió apoyar a Hernán Cortés contra Moctezuma.

Esto aclara por qué Hernán Cortés hizo tanto con tan poquitos soldados...

Es que la conquista no la hacen los españoles: ¡la conquista la hacen los indios!

Este giro de guion puede sorprender.

Y otro giro: la independencia de las repúblicas americanas... la hacen los españoles.

¿Ah, no la hacen los indios?

¡No! Los indios no participaron en la independencia, la hacen las familias españolas, los llamados criollos, como Bolívar, que escribe esto de los indios: “Todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros”. El indigenismo y bolivarismo de líderes políticos hoy es una falsificación. Por ignorancia.

¿O por mala fe de retorcer la historia?

Un gobernante con problemas internos siempre hace lo mismo: si inculpa a un enemigo externo, maquilla su incompetencia.

Contra España... ¡siempre funciona!

España se comprometió en el progreso de su Hispanoamérica mestiza, mientras colonos anglosajones de Norteamérica exterminaban pieles rojas, o negros los belgas en el Congo, ya en pleno siglo XIX: menos excusa. Así, condenar a los españoles ¡es absurdo!

¿Y hubo conquistadoras, también?

Mujeres bravas como la Suárez, señora de Valdivia: para desmoralizar a los indios atacantes contra la recién fundada Santiago de Chile... mató a sus caudillos presos, ella.

Qué ruda.

Aquellos soldados llevaban un anzuelo, lo clavaban en sus carnes si les hería una flecha envenenada: estiraban... y cortaban esa parte de carne con su cuchillo, para no morir.

¿Qué fue lo mejor de la conquista?

Las misiones jesuíticas: optaban por formar a los indios criaturas de Dios, en vez de destruirlos. Esos frailes eran progresistas, y sabían que la mayor riqueza es la palabra.