De batería a batería
Reto a Enrique Lacalle a que encuentre para esta Contra un Hispano-Suiza Made in Barcelona (Fábrica La Sagrera) de los que competían con los Rolls-Royce en los felices veinte. Y aparece en el pabellón Mies van der Rohe (1929) con esta maravilla sin edad: un T49 de 1924, propiedad de Amalio García, hermano del compañero en La Vanguardia Domingo García. Este T49 ha competido en el Rally de Sitges en 35 ocasiones y completado en tres el Rally Hispano-Suiza BCN-París-BCN. Y aún enamora con su atemperado motor elástico, veloz y silencioso. Los Hispano ensayaron en su inicio la propulsión eléctrica, pero triunfaron con la gasolina. Hoy regresan al Salón dando una deslumbrante segunda oportunidad a sus baterías.
Qué marcas se exhibían en el Salón del Automóvil de 1919?
Los Hispano-Suiza; la Fábrica Española de Automóviles y Aeroplanos Talleres Hereter; los América; los Abadal-Buick...
¿Queda alguna marca de aquellas?
En este Salón vamos a contar con el nuevo Hispano-Suiza, el Carmen, un deportivo eléctrico, que alcanza los 250 km/h. El Carmen también ha sido pensado y fabricado aquí, en Barcelona, como todas aquellas maravillas.
¿Alguna nueva joya para este centenario?
Estarán todas las que cuentan: cuarenta marcas, un área de coches sin conductor y un automóvil volador: el coche helicóptero holandés.
¿El invento del automóvil durará?
Y Automobile con él. Barcelona, desde hace cien años, tiene un gran salón del automóvil. Es de los más antiguos del mundo y el que más, por supuesto, de España. Todos los barceloneses tienen recuerdos del Salón del Automóvil. Es un acontecimiento. Lo fue desde su primer día.
¿Por qué?
Porque esta ciudad lleva un motor en el alma. Aquí fabricamos coches, el primer coche español y algunos de los mejores del mundo; el primer rally de España se disputó aquí y aquí siempre fuimos más y mejores automovilistas.
Por eso, el Salón creció muy rápido.
Y en 1927 hubo que ampliarlo en Montjuïc y ocupamos el palacio de Alfonso XIII y el Victoria Eugenia. Sufrimos una interrupción por la Guerra Civil y la Mundial y la 1.ª edición de la época moderna fue en 1966. A partir de entonces , ha sido bianual. Desde 1985, lo presidió Javier de Godó, a quien sucedí en el 2001.
Pero el coche ya no es aquella ilusión de sacarte el carnet a los 18 y ponerte al volante...
Aún vienes a ver el coche que te puedes comprar y también el que algún día te podrás comprar. El Salón permite soñar.Está más vivo y es más diverso que nunca. Hace más de un siglo que el automóvil es libertad y lo fabricamos.
Los millennials quieren disfrutar del coche, pero sin las servidumbres de poseerlo.
¿Usted cree? Pues el año pasado las ventas de coches batieron récords. Tener coche hace un siglo era ser rico; y para mi generación fue por fin ser mayor. Hoy el automóvil es otro elemento de uso dentro del universo tecnológico digital. Se transforma, de acuerdo, pero ahí sigue.
Pues usted recuerdo que iba en moto.
Ahora soy ciclista por zonas tranquilas. O voy en transporte público y sólo cojo el coche para salir de la ciudad. Deberíamos tener grandes parkings en la entrada de Barcelona bien conectados con el transporte público.
¿Quien quiera pueden venir al Automobile en patinete, pero que venga por el carril?
Lo que no puede ser es que haya kilómetros de carril bici y los patinetes y las bicis vayan molestando a todos por la acera. Habría que evitarlo y si hace falta, con multas monumentales.
¿Se llenará el Automobile 2019 tanto como el Salón del Automóvil de antaño?
Ningún evento mueve tanta gente en Barcelona: del 11 al 19 de este mes van a pasar por aquí 800.000 visitantes. Se cierran miles de ventas y se gestan millones de ilusiones.
¿Barcelona aún vive de estas cosas?
Y moriría si no las tuviera. Por eso, hoy notamos cierto retroceso. Es el precio de no remar todos juntos en la misma dirección, como hicimos en el 92. Y aún vivimos de aquello. Creo que ninguna generación antes hizo tanto por la ciudad.
¿No cree que seremos capaces de volver a ponernos de acuerdo y prosperar juntos?
Este año ha bajado un 12% la inversión extranjera y mientras, en Madrid, que tanta envidia y admiración nos tenía, ha aumentado un 120%. Se han ido miles de empresas. Falta una gran reflexión general para decidir –entre todos y no sólo una mitad– qué queremos ser.
¿Pero la Fira de Barcelona sigue tirando?
Es de lo que va mejor en esta ciudad: sólo este último ejercicio hemos facturado 212 millones de euros y no paramos de conseguir salones: ahora uno de maquinaria, y otro de comunicación... Y el Automobile, si no lo estropean con más huelgas, es, con el Mobile World Congress, la más envidiada de las muestras.
¿La era digital no deja obsoletas las ferias sectoriales como modelo de negocio?
Al contrario, cada vez exportamos más nuestro know-how ferial y generamos negocio adaptando salones a otras latitudes y gestionando recintos feriales y ferias en todo el mundo. Es otro modo de rentabilizar la buena imagen de la marca Barcelona. Por eso fundé el Meeting Poing inmobiliario y porque, como el coche, la vivienda es una elección de toda la familia.
¿Por qué Barcelona es más que otras?
Porque, sin ser capital de un Estado, es de las ciudades más capitales y cosmopolitas del planeta. Y, si usted quiere, comparamos...
Adelante.
¿Cree que Barcelona puede equipararse a un Lyon o a una Marsella? ¿A Manchester?
Espero que no.
Frankfurt o Milán serían más comparables, pero nada más. Nuestra ciudad llegó a tocar el cielo y aún lo toca en muchos aspectos, por eso a muchos nos preocupa el descenso.
¿Por qué cree que descendemos?
Demasiada gente se mira el ombligo en vez de mirar al horizonte.Y me da rabia, porque ha costado mucho llegar hasta aquí. Ha sido el esfuerzo de dos generaciones y es demasiado fácil perder categoría. Ahora hay que recuperar el espíritu pactista que nos hizo crecer.