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“Hemos puesto a bailar a los embriones”

Tengo 55 años. Nací en Villafranca del Bierzo y vivo en Barcelona. Soy ginecóloga de cuarta generación. Estoy casada y tengo dos hijos, Borja (27) y Bruno (25). Soy apolítica y soy creyente. La música favorece el desarrollo embrionario y estimula la capacidad cerebral del feto

Marisa López-Teijónginecóloga

Empeora el semen humano?

Sí, la fertilidad del varón está decayendo por acumulación en su organismo de disruptores estrogénicos.

¿Qué es eso?

Sustancias presentes en el hogar, en espráis, moquetas, la industria...

No es por estrés o calzoncillos ajustados.

¡Qué va! A más industrialización, más esterilidad, y también sucede en zonas agrarias con uso de pesticidas.

Y usted combate la esterilidad.

La considero una enfermedad y lucho para evitarla, ¡digan lo que digan los obispos!

¿Qué dicen?

Arremeten contra la reproducción asistida, la selección de embriones... Y aquí inseminamos óvulos, seleccionamos, desarrollamos e implantamos embriones. ¡Es mi deber! Siempre he querido ayudar a los demás.

Más de la mitad de los embriones que implantamos hoy, a cualquier edad, ¡prosperan!”

¿Y soluciona muchas esterilidades?

Cada vez más, felizmente: más de la mitad de los embriones que implantamos hoy, a cualquier edad, ¡prosperan! Y quiero superar a la naturaleza: ¡un embarazo por embrión!

¿Cómo es este proceso?

Tomamos óvulos, los fecundamos in vitro, cultivamos el embrión y lo implantamos en el útero de la paciente al segundo, tercer o quinto día de la inseminación.

¿Por qué en esos días?

Presentan más garantías celulares de viabi-lidad.

¿Dónde cultivan esos embriones?

Mira estas incubadoras de embriones, ¿ves? Y los que no implantamos, los congelamos.

¿Para qué?

Para el futuro, y también ofrecemos los embriones en adopción, con permiso de la donante: nos vienen candidatas a madres de todo el mundo...

Veo decoradas las incubadoras y congeladores con pegatinas de colorines.

Claro, ahí dentro hay futuros bebés y los tratamos ya con la misma implicación emocional que al bebé que serán.

Pero un embrión ni se entera.

¿Cómo sabes eso? Mejor hacerlo así que no hacerlo. Este laboratorio es un gran útero, ¿te has dado cuenta?

¿A qué se refiere?

A la temperatura, la penumbra... Procuramos recrear aquí el ambiente uterino...

¿Y la voz de la madre?

Eso es una leyenda, porque al interior del útero materno no llegan sonidos nítidos del exterior, llegan murmullos.

Ah, yo creía que sí oía a la madre.

Te confirmo que no: la voz de la madre es un susurro distorsionado. Sí emulamos aquí movimientos y vibraciones similares a los que vive el óvulo al caer por las trompas...

¿Cómo los emulan?

Sometemos las placas de cultivo a vibraciones musicales, y eso ayuda al ovocito a captar nutrientes y expeler toxinas.

¿Musicales, ha dicho?

Sí: producimos vibraciones con sesiones de música cada cuatro horas ante los embriones... ¡Y hasta organizamos conciertos de música aquí dentro!

¿En serio?

Sí, aquí han cantado Soraya, Orozco... ¡Muy apropiada su canción Estás hecho de pedacitos de mí, ja, ja! Aquí hemos puesto a bailar a los embriones.

Parece una broma...

La vida es mejor con música, ¡y la fecundación in vitro también!”

¿De verdad la música influye en la fertilidad?

La vida es mejor con música, ¡y la fecundación in vitro también! Lo tenemos ya comprobado: ¡con música hemos mejorado un 4% el índice de fecundaciones!

Óvulo + semen + música = embrión.

Es fama que los cantantes tienen atractivo sexual, y el canto y la música son el mejor afrodísiaco para la cópula...

Eso dependerá de quién cante...

Y también he constatado algo fascinante: si la música llega al feto, ¡lo estimula neuronalmente! Y para conseguir que el feto oiga música, hemos creado el baby-pod.

¿Qué es el baby-pod?

Un altavoz con forma de tampón: la mujer se lo coloca en la vagina... y la música que emite –en conexión bluetooth– penetra en el útero.

¿Y el feto la oye?

Perfectamente, desde la semana 16.

¿Y le gusta?

¡Baila! El ritmo y la melodía transportan emociones, y el feto baila, saca la lengua, mueve la boca como si cantase: míralo en este vídeo...

Sorprendente, cómo se mueve...

La música existe para eso, para comuni-
carnos emocionalmente, y sí, ¡la música estimula la capacidad de comunicación del cerebro prenatal!

La música, así escuchada por el feto, refuerza los circuitos de su tronco cerebral”

¿Unas músicas ayudan más que otras?

¡El villancico Campana sobre campana es potentísimo! Y también la Sonata 554 de Mozart... Me proporcionan unas ecografías muy alegres, claras, ¡las mejores!

¿Esto podría proporcionarnos cerebros más saludables al nacer?

La música, así escuchada por el feto, refuerza los circuitos de su tronco cerebral, y la precocidad de esta estimulación puede tener implicaciones tan fenomenales en cuanto a capacidades cerebrales del bebé, que todavía no me atrevo a anunciarlas.