"La mitad de los futbolistas retirados acaban arruinados"
Tengo 32 años. Nací en Sabadell y vivo en Ciudad de México. Fui futbolista en el Barça B y hoy soy director general de una empresa on line. Estoy casado y tengo dos hijos, Berenguer (4) y Elionor (2). Soy de centroderecha. Soy católico. Conviene tener siempre un plan B
Postfutbolista
No se puede ser futbolista toda la vida. La mayor parte de la vida de un futbolista consiste en ser postfutbolista. Esto no lo ven los alevines, ni siquiera los profesionales. Se lo explica Albert Serrano, que dejó el balón y hoy es director general de Privalia México, empresa de venta de ropa por internet, y está muy contento. "Esto sirve para cualquier persona: no todo es lo que estás haciendo, ¡puedes hacer otras cosas!", dice, y lo ilustra con el libro Postfutbolistas (Empresa Activa), subtitulado "Reciclarse para no caducar profesionalmente". Serrano cultivó lo que él llama "ejes de talento" durante su vida de futbolista: además de darle a la pelota, se preparó para otras cosas.
¿Fue futbolista profesional?
Sí. Llegué a jugar en el Barça B, el segundo equipo del FC Barcelona.
¿Con quién jugaba?
Compartí vestuario con Andrés Iniesta, Víctor Valdés, Thiago Motta, Oleguer Presas, Sergio García, Joan Verdú...
¿En qué temporadas fue eso?
Las temporadas 2001-02 y 2002-03: entré con 19 años y salí con 22 años.
¿En qué posición jugó?
Segundo delantero.
¿Era bueno?
Marcaba goles, tenía calidad técnica, sabía hacer juego de equipo...
¿Y por qué no siguió?
Pasar al primer equipo exige ser... ¡especial! Muy pocos pasan, hay que tener algún brillo único.
¿Qué porcentaje pasa?
Hay 700.000 futbolistas federados en España, de los que sólo 2.000 llegan a Segunda..., de los que 200 suben a Primera División.
Entiendo.
Si llenáramos el Camp Nou con 90.000 futbolistas federados, ¡sólo 65 jugarían en Primera División!
Difícil.
Está bien apostar por eso... sabiendo que es una apuesta de riesgo.
¿Usted quería jugar en Primera?
Yo sabía que no era una superestrella... y me preparé otra salida: entrenaba por las mañanas y por las tardes estudiaba Ingeniería.
Bien, ¿no?
No es muy normal: ¡pocos futbolistas estudian! Pocos se preparan para hacer alguna otra cosa postfútbol. ¡Gravísimo descuido!
Pero si les va bien...
¡Aunque les vaya bien! El fútbol es corto, y la vida es larga. Y tengo datos que lo ilustran.
A ver.
A los cinco años de retirarse, ¡el 50% de los futbolistas europeos están arruinados! Y también un 50%, separados.
¿Y eso?
No se preparan para gestionar sus ganancias y sus vidas. Y cuando se retiran..., ¡les quedan aún más de 40 años por delante! Y tampoco han ganado tanto, tanto dinero...
¿Cómo que no?
Yo distingo tres tipos de futbolistas: los estrella de mar, los tiburones y los pulpos. Los primeros son marcas ambulantes: aunque pierdan el 90% de lo ganado, con el 10% restante viven bien. Y si se arruinasen del todo, siempre alguien les rescata.
¿Y los tiburones?
Aunque hayan ganado 400.000 euros al año, a los diez años de estar retirados han pasado de millonarios a medio pobres.
No se entiende...
Por imitación han querido vivir como estrellas... y dilapidan. Y un día les toca trabajar. Por debajo del salario medio: son trabajadores de baja cualificación.
¿Y los pulpos?
Ganan unos 50.000 euros anuales y acaban con subsidio de paro.
No es tan glamuroso el fútbol como me parecía, pues.
Se lo digo a esas chicas deslumbradas por algún futbolista: ¡quemas tu juventud... por un futuro pobretón!
¿Y qué les dice a ellos?
Pregúntate si esa modelo iría contigo si no fueses futbolista... y emparéjate con alguien de tu entorno cotidiano natural.
Me refería a su gestión patrimonial.
Cuando el Barça me fichó, mi madre, en vez de felicitarme, me soltó: "Oh, qué pena, ahora dejarás de estudiar...".
Muy sensata.
Sí. Un día me vio con un catálogo de coche: "¡Eres como todos!", se lamentó. ¡Eso me dolió!
¿Y cómo reaccionó usted?
No me compré el coche. Y localicé otros talentos míos, para entrenarlos y prepararlos.
¿Qué más aconsejaría a un futbolista en activo?
Contacta con gentes de otros ámbitos, no te cierres en el tuyo. Y estudia: eso no daña tu competitividad deportiva, puedes entrenarte cuatro horas, ¡pero el día tiene 24!
Ponga ejemplos.
Lo mejor es espabilar mientras aún juegas, como Piqué, que invierte en videojuegos, o como Iniesta, viticultor en su pueblo...
¿Qué tal era Iniesta en el vestuario?
Como futbolista, el mejor. "Blanquito", le llamábamos. Era tan sencillo y humilde como parece.
¿Y Víctor Valdés?
No conozco a nadie con más autoconfianza.
Ahora lesionado...
A mí me infiltraban la rodilla, me ha quedado inflamada para siempre. Que se pregunte el joven futbolista si vale la pena... A los 22 años rechacé el contrato del Barça...
¿Por qué?
Entre dinero y libertad, elegí ser libre. Jugué en el Ricoh-Premià y trabajé en esa empresa. A los 26 años dejé el fútbol para centrarme en otra empresa. ¡Y me va muy bien!
¿Algún otro ejemplo?
Puyol: en vez de pasar dos años cobrando mucho, se va porque cree que no estará a tope. Ese pundonor y franqueza son el mejor aval para su futuro, haga lo que haga.