Pesos y pesas
"¿Sobrepeso saludable?" Diríase que es una contradictio in terminis , por eso escucho dos veces la grabación del doctor Cederholm antes de publicarla y por eso, cuando le oí pronunciarla, sólo su prestigio y el de los investigadores que le escuchaban en un respetable foro médico me hicieron desistir de buscar la cámara oculta. Además, el doctor ya sesentón, pero de facciones aniñadas, sonrisa jovial y cutis terso, constituye en sí mismo un atlético alegato en favor de la vejez proactiva y sociable. Me quedo con su consejo de obsesionarme menos por la báscula y más por la potencia y la calidad de mi masa muscular. Así que... ¡hagan pesas, señores! ¡Y señoras!
En España tienen ustedes la mayor esperanza de vida de Europa... ¡Enhorabuena!
Ni siquiera nosotros sabemos hacerlo todo mal.
Es un gran avance, porque hace diez años éramos los suecos los europeos que lográbamos vivir más años.
¿Por qué les hemos adelantado?
Porque antes ustedes fumaban mucho y ese tabaquismo eliminaba la ventaja saludable que les confería la dieta mediterránea. Pero, en esta década, España ha sido rápida y eficiente al promulgar y cumplir la ley antitabaco. Por eso, sus beneficios ya se reflejan en las estadísticas sanitarias.
Es noticia: deme otra que sorprenda.
¿Sabe qué es la paradoja de la obesidad?
¿...?
Investigaciones recientes de larga duración demuestran que, a partir de los 65 años, cierto nivel de sobrepeso no es perjudicial, sino que incluso parece ser beneficioso.
¡Ese es un gran titular!
Precisemos: antes de los 60, el sobrepeso -especialmente, la grasa abdominal- resulta siempre dañino. Y cuando hablo de un ligero sobrepeso saludable me refiero a un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y 30.
Anotado.
No es perjudicial si, y sólo si, no sufres diabetes, hipertensión o dolencia cardiovascular.
Entendido.
Yo al paciente que cumple esos requisitos -aun con sobrepeso- no lo pongo a dieta.
¿Y aquellos estudios de ratones que cuanto menos comían, más vivían?
El factor saludable no es la cantidad de ingesta sino la estabilidad en el peso. Normalmente, los animales nacen delgados y luego pueden o no adquirir sobrepeso. Si mantienen su peso de jóvenes, viven más y mejor.
¿Qué otros estudios avalan su tesis?
La prueban dos investigaciones de larga duración -20 años- en monos rhesus y, además, constataciones epidemiológicas y estadísticas que muestran que cierto sobrepeso a partir de los 65 años, siempre que no existan enfermedades relacionadas con la obesidad, puede resultar incluso aconsejable.
¿Por qué una ligera obesidad perjudica menos o incluso beneficia a los mayores?
No lo sabemos con seguridad. Tal vez el hecho de contar con mayores reservas energéticas les hace más resistentes a las infecciones o tal vez sea la obesidad ligera en sí un indicador de buena salud o de una genética especialmente resistente.
¿No saben si es causa o consecuencia?
No.
¿Qué le dice su instinto clínico?
Que si tienes un IMC de 28, por ejemplo, y no sufres diabetes ni hipertensión ni otras enfermedades relacionadas con la obesidad, ese sobrepeso no es malo en absoluto.
¿Hasta qué punto la genética determina la duración y calidad de nuestra vejez?
Cada vez descubrimos que no es tan determinante como creíamos. Nuestros genes no son una condena, sino tan sólo una propensión. Puedes corregir o al menos modular tus predisposiciones genéticas con un estilo de vida saludable.
¿Cuánto deciden los genes y cuánto los hábitos al comer y al vivir?
Yo diría -es una estimación personal- que la genética determina cuánto y con qué calidad vives sólo en un 25 por ciento. El resto depende de ti.
¿Y qué me aconseja?
Sufrimos una fijación con el peso, la cantidad de kilos que vemos en la báscula, pero después de los 65 es más importante la actividad física. Por eso, mi consejo es, ante todo, muévase, levante peso, camine, corra, pero también ejercite sus músculos.
Lo de los músculos no está muy de moda y menos todavía en edades provectas.
Pues a los 60 es incluso más importante tener los músculos bien ejercitados que en la juventud. Y también ingerir más proteínas. Piense que la degradación de nuestras capacidades físicas en la ancianidad se debe en gran parte a la progresiva pérdida de masa muscular que deviene con los años.
¿Buenos bistecs?
O proteínas vegetales: muy sanas. En cuanto a las grasas, también es esencial seleccionarlas: tome aceite de oliva o vegetales -¡nunca tropicales!- y evite las mantequillas y grasas animales. Eso ya lo habrá leído.
Mucho.
Los médicos recomendamos andar y correr -y es excelente- para mantenernos en forma, pero con la vejez también necesitamos, incluso más, ejercicios de fuerza como levantar pesas. Yo los combino con el jogging.
Y parece usted un chaval.
Corro y hago pesas y flexiones. Piense que, a mi edad, sólo con que me quede en cama enfermito una semana puedo perder el 1 por ciento de la masa muscular y, con los años, se vuelve muy difícil recuperarla.
¿Por eso vamos perdiendo movilidad?
La sarcopenia -reducción de masa muscular- es la gran amenaza para la calidad de vida en nuestra vejez. Cada vez hay que trabajar más los músculos. Los varones, porque los pierden al menguar su testosterona, y las señoras, porque, al disminuir sus estrógenos, sufren de los huesos.