Sueños y pesadillas
Vivimos tiempos convulsos en los que lo viejo no acaba de morir..., ¡pero lo nuevo sí acaba de nacer! Y no tiene por qué ser peor. Podrán usar las nuevas tecnologías para centralizar o repartir el poder, pero lo que no pueden es detenerlas. Cada día ganan miles de usuarios y posibilitan la producción de energía descentralizada, el consumo colaborativo (vivienda, coche o servicios) y la moneda sin intereses que preconiza Bendell. No hablo de utopías, sino de booms billonarios como Airbnb. Recuerden que Wikipedia era un sueño y en una década se ha convertido en la pesadilla de las enciclopedias hasta enterrar el año pasado a la Británica . ¡Y prepárense para la política 4.0!
A finales de los años ochenta, Soros le echó un pulso al Banco de Inglaterra y los tipos de interés se dispararon hasta el 15%.
Lo recuerdo.
Yo también. Mi padre perdió su negocio y nos arruinamos. El ambiente se volvió irrespirable en casa y mis padres se divorciaron.
Siento que lo pasara mal.
Por eso soy tan consciente de que los vaivenes de los mercados internacionales tienen un efecto directo en nuestras vidas.
Aquí tenemos seis millones de parados.
Y esas personas, sin embargo, siguen sabiendo y queriendo trabajar tanto como antes, y los demás seguimos necesitando los bienes y servicios que ellos producían.
Pero la política monetaria ha cambiado.
Para que el dos por ciento que ha hundido el sistema financiero siga, pese a su ineficacia, dominándolo. Tapan con el dinero de todos los agujeros que han causado ellos.
Lo llaman austeridad.
Y sólo se la aplican a los demás. Después de doctorarme en Desarrollo Sostenible me dediqué a asesorar a grandes multinacionales sobre cómo maximizar su beneficio haciendo el mínimo daño a la Tierra y las personas.
Por ejemplo.
Propuse minería del oro ética y sostenible o industria del lujo ética y sostenible.
Y por ello fue usted elegido young global leader en el Foro de Davos.
Descubrí que las grandes empresas son más tacañas que los ciudadanos. Cualquier proyecto de microfinanciación logra hoy más donativos -mire las estadísticas- de lo que aportan las multinacionales con más cacareo.
Si quieres limosna, pídele al pobre.
Además, esas megacorporaciones son alérgicas a la innovación. Y muy ineficientes.
No es noticia.
Las ideas interesantes que entendían los cambios tecnológicos son de pequeños empresarios emprendedores. Así que me cansé de trabajar para peces gordos. No quería ser su excusa decorativa cuando la tecnología está cambiando el mundo de arriba abajo.
¿En qué sentido?
Los bancos centrales son dinosaurios voraces, torpes y lentos. Y nuestro sistema monetario es una fábrica de parados estructurales. Está diseñado para generar deuda impagable que nos obliga a producir más y más con menos inversión sostenible: ni ética ni ecológica. Necesitamos alternativas.
Por ejemplo.
Estudié los 170 sistemas monetarios alternativos: monedas sin intereses puestas al servicio de la gente, como el WIR suizo.
Esas monedas no son nada nuevo.
Pero sí las nuevas tecnologías disruptivas de la información. No le hablo de utopías, sino de realidades tecnológicas. Hemos creado, por ejemplo, software open source (libre y gratuito) para gestionar esos sistemas monetarios alternativos.
¿Su cambio serían esas monedas?
Es todo un paradigma de nuevas relaciones económicas, como el consumo colaborati-vo que el internet ubicuo en los móviles hace posible. Hoy puede alquilar y compartir coche (cientos de car sharing), vivienda (Airbnb) o esa moneda ejemplar, el WIR. Además de todos los servicios imaginables.
Llevará su tiempo.
Su tiempo es ya. Airbnb ya ha sido portada de Forbes y su creador es billonario. En China ya hay 500 millones de personas on line, el 20 por ciento desde un smartphone. En India se conectan más a internet por móvil que por ordenador. Y Latinoamérica es hoy un coloso on line del móvil.
¿Su WIR y similares pagan impuestos?
Pues claro. Un WIR es igual a un franco suizo, pero sin intereses ni comisiones. Con 65.000 empresas y profesionales asociadas.
¿Y si algo así sólo funciona en Suiza?
Suiza lo ha conservado desde la Gran Depresión, cuando en toda Europa surgieron monedas parecidas en circunstancias de estrangulamiento económico como las actuales. Aquí tienen Trocobuy, Trocobank o Eurocat.
¿Y si esa tecnología crea monstruos?
Es intrínsecamente imposible, porque ni el nuevo banco que prepara Google ni la nueva moneda de Facebook son en realidad alternativas porque no descentralizan el poder monetario. Es muy fácil darle una alternativa ciudadana eficiente.
Me conformaría con la banca honesta.
Con las reglas del actual juego monetario no puede serlo si quiere obtener beneficios. Esas reglas suponen deuda impagable y nos abocan al abuso sistemático y las crisis financieras cíclicas y frecuentes. Pero es que la descentralización de la información pondrá a la banca contra las cuerdas.
Mucho cambio sería.
¿Se acuerda de la Enciclopedia Británica? Hace sólo una década era una realidad centenaria con un futuro sólido y espléndido y Wikipedia, sólo un puñado de zumbados. El año pasado los zumbados obligaron a la Británica a cerrar. Prepárense para muchas historias similares.
Pero usted plantea socializar la banca.
Es tecnológicamente viable. La moneda y los precios, al cabo, son información...
Eso demostró Milton Friedman.
... Como la Enciclopedia.