Anochece en Cuba como en cualquier lugar del mundo. Pero en la isla la noche es mucho más larga y oscura. Aunque el sábado se había hecho de día, la mayor de las Antillas permanecía sin luz, sin suministro eléctrico, situación que continúa este domingo.
Otro apagón generalizado, el cuarto en los últimos seis meses. La red eléctrica colapsó el viernes y dejó desconectados a unos diez millones de habitantes. Este nuevo incidente refleja el grave deterioro del sistema energético en un país que está sufriendo la crisis económica más dura en tres décadas.
El apagón no ha hecho más que aumentar las dudas sobre el anticuado tendido eléctrico para generar electricidad. Y con Donald Trump otra vez en la Casa Blanca, parece más que asumible eso de que, por mal que estén las cosas, siempre pueden ir a peor.
A todos en general, aunque sobre todo a los opositores, el colapso energético les puede parecer algo más que eso. Ya lo sintetizó San Juan de la Cruz en su poema La larga noche del alma , que se interpreta como una metáfora sobre la soledad y la desolación que llevan a dudar de la existencia de Dios o a dejar de sentir una conexión espiritual con ese ser superior.
Los fallos en el suministro se repiten debido al frágil sistema de generación y la falta de combustible
En este caso ese ente es la situación en la que se encuentra el régimen castrista, después de más de sesenta años de presión y acecho económico de la poderoso potencia vecina.
UNE, operador de la red eléctrica de Cuba, comunicó al amanecer del sábado que sólo se estaba generando alrededor de 225 megavatios (MW), menos del 10% de la demanda total. Esto solo permite cubrir algunos servicios vitales como hospitales, suministro de agua y centros de producción de alimentos.
Las autoridades informaron de que había comenzado el proceso de restablecimiento de las plantas generadoras del país, que tienen décadas de antigüedad, pero no dieron un plazo para la reposición del servicio.
Este nuevo fallo de la red eléctrica cubana empezó sobre las 8.15 de la noche del vienes en la isla. El fallo se produjo después de que un componente obsoleto de una línea de transmisión en una subestación de La Habana sufriera una avería. Así se inició una reacción en cadena que paralizó por completo la generación de energía en la isla, explicó el Gobierno en un comunicado en la red X.
El colapso de la red eléctrica significa el primer apagón nacional del año, continuación de una serie de cortes de suministro desde fines del 2024 que sumieron al frágil sistema de generación eléctrica de Cuba en un caos casi total, amplificado por la escasez de combustible, los desastres naturales y la crisis económica.
La mayoría de los cubanos fuera de La Habana llevan meses conviviendo con apagones rotativos que han alcanzado un máximo de 20 horas diarias a lo largo de las últimas semanas.
El déficit de generación eléctrica ha sido constante en los últimos meses y llegó al 57% en febrero, el nivel más alto en al menos dos años.
Los vecinos de La Habana, que queda ennegrecida salvo por hoteles y negocios privados que disponen de generadores, temían una segunda noche consecutiva sin luz. “Trabajamos sin descanso para la recuperación del sistema”, indicaron los dirigentes del régimen para evitar otra noche oscura.
