Menos de cuatro meses después de las elecciones, el periodistas Michael Wolff está de regreso con un nuevo libro sobre Donald Trump y la ruta imposible que le llevó del “exilio” de Mar-a-Lago (Florida) a residir de nuevo en Washington, más reforzado y desatado que en el anterior mandato (2016-2020).
All or nothing (todo o nada) llegó este martes a las librerías estadounidenses. No causó el revuelo de su superventas Fuego y furia: En las entrañas de la Casa Blanca de Trump , escrito en el 2018. Pero contiene dosis de toxicidad para la piel tan fina del presidente de Estados Unidos.
“Es un perdedor total”, replicó Trump esta semana al conocer las filtraciones sobre su contenido, en el que tienen un papel relevante y poco edificante su esposa Melania, su vicepresidente J.D. Vance, el empresario periodístico Rupert Murdoch o el omnipresente Elon Musk, que según el autor pasó por un momento crítico que casi le cuesta el cargo. Eso fue en octubre del 2024.
Pero el entonces candidato, que sabe como pocos del valor del dinero y de las falsedades que el hombre más rico del mundo difundía por la red social X, se tragó su rabia.
“Este es mi cuarto libro sobre el recorrido político de Donald Trump. Es una historia sobre un personaje singular”, señala el propio Wolff en la introducción. “He utilizado las observaciones de primera mano de personas que han estado en contacto personal, a menudo a diario, con él para crear un retrato lo más íntimo posible”, remarca.
Wolff trabaja con fuentes anónimas. En otras ocasiones, “su narrativa puede a veces desviarse hacia lo improbablemente telepático”, sostiene Nicolas Niarchos en The New York Times . Pero cada presidente tiene el biógrafo que se merece y tal vez Wolff es el adecuado con un presidente que “existe en la realidad alternativa”, añade.
En ‘All or nothig’, publicado el martes, se dice que Trump quiso a una periodista de la Fox como vicepresidenta
Según el libro, Melania “lo odia jodidamente [a Trump]”. El avance de ese contenido tuvo la réplica del propio presidente, que lo calificó de “trabajo falso”. Aseguró que se negó a concederle una entrevista a Wolff –no quería darle credibilidad”– y que hubo otras personas de su entorno que también evitaron colaborar, sin bien admitió que “pudo hablar con un pequeño número de personas, pero carentes de sentido”, escribió en su red social.
En los primeros párrafos del relato se recuerda que, después de salir por la puerta de atrás de la mansión presidencial en enero del 2021, a su yerno, Jared Kushner, un amigo le preguntó por el devenir político de su suegro, a lo que respondió: “¿Cuál fue el futuro de Nixon?”, otro presidente que se marchó con deshonor, como Trump.
Sin embargo, según Wolff, Trump recuperó el pulso al sacar provecho de las causas judiciales abiertas contra él y gracias al coro mediático y de republicanos que le apoyaron.
El periodista fija el inicio de la remontada en los meses de marzo y abril del 2023 al ser imputado en Nueva York por el caso de la actriz porno Stormy Daniels, a la que pagó por su silencio y su encubrimiento.
En el capítulo de la resurrección de Trump tuvo un papel clave Rupert Murdoch, que le había puesto una cruz al candidato después del asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021 y que, después de ver que tenía opciones de recuperar “la magia” electoral, dio marcha atrás y se olvidó del resto. El gran jefe del imperio de la Fox llamaba a menudo, a diario incluso, de manera que Trump empezó a hacer chistes con él. “Este viejo australiano de 93 años no se acuerda de que me llamó ayer”, afirmó.
Murdoch presionó para que el candidato eligiera a Doug Burgum (hoy secretario de Interior) como vicepresidente. Trump tenía otras ideas. Wolff sostiene que quería a una mujer en el cargo. Sus favoritas eran las periodistas de la Fox Maria Bartiromo y la afroamericana Harris Faulkner, ambas trumpistas hasta la médula. Solo a última hora, por la presión de Elon Musk y sobre todo del ideólogo de la extrema derecha, el millonario tecnológico Peter Thiel, “siempre ambivalente en su apoyo a Trump, estaba dispuesto a comprometerse si el vicepresidente era J.D. Vance”, afirma Wolff.
Michael Wolff explica en el libro que Melania “odia jodidamente” a Trump
Los asesores de Trump, según revela el libro, creen que el presidente toma Ozempic para perder peso, y que estuvo a punto de sufrir una crisis durante el mitin de octubre en el Madison Square Garden de Nueva York. “No podía acabar las frases” dicen.
Ese mismo octubre, Trump celebró un acto político en Butler (Pensilvania), donde el mes de julio había sido víctima de un intento de asesinato. Al candidato le molestó la irrupción en el escenario del empresario Musk. “Se convirtió en el titular, con la camiseta muy por encima de su abdomen”. Trump se preguntó: “¿Qué diablos le pasa a este tipo?”. Pero el tiempo ha pasado y hoy el presidente parece adorar a su demoledor en jefe.