Columnas de desplazados se dirigían ayer desde el sur hacia el norte de Gaza por la carretera Saladino, al haberse completado la retirada del ejército israelí del llamado corredor de Netzarim, que divide la franja en dos. Tanto al sur de este corredor, en Zeitún, como al norte, en Al Maghraqa, aquellos que tenían allí su hogar tan solo encontraron ruinas y muchos no tuvieron más remedio que improvisar tiendas y carpas junto a ellas como único alojamiento posible, tal es el grado de destrucción.
La retirada de las tropas se produce tras el quinto canje de prisioneros y rehenes, el pasado sábado, pero ello no significa paz necesariamente. Tres gazatíes murieron ayer tiroteados por encontrarse cerca de lo que el ejército considera una zona de amortiguación en Ciudad de Gaza, a la altura del antiguo paso de Nahal Oz. Y en el barrio de Al Qarara, en Jan Yunis, una mujer de edad avanzada era asimismo muerta por disparos en circunstancias ayer aún no aclaradas.
Netanyahu indigna al mundo árabe al decir que en Arabia Saudí hay “mucho territorio” para los palestinos
Mientras, en Cisjordania ocupada, otras dos mujeres eran tiroteadas mortalmente. Identificadas por la Autoridad Palestina como Rahaf al Ashqar, de 21 años, y Sundus Shalabi, de 23 años y embarazada de ocho meses. El marido de Shalabi, herido, se hallaba ayer en estado crítico. Ocurrió en plena ofensiva del ejército israelí en el campo de refugiados de Nur Shams, cerca de la ciudad de Tulkarem. Los equipos de emergencias de la Media Luna Roja Palestina trasladaron al hospital el cuerpo inerte de Sundus Shalabi y a su marido, después de que los soldados israelíes impidieran a las ambulancias acceder a la zona durante varias horas. También trasladaron a otros tres heridos en Nur Shams, entre ellos un niño de 14 años, una mujer con un disparo en la cabeza y otra con heridas de bala en el pie. Mientras, en Tulkarem, numerosos efectivos israelíes continúan allanando viviendas, muchas de las cuales están ya vacías y en ruinas tras dos semanas de redadas.
Israel lanzó el 21 de enero una macrooperación contra el campo de refugiados de Yenín, un bastión histórico de las milicias palestinas en el norte de Cisjordania ocupada, que expandió después a Tulkarem y a la localidad de Tamún, en la gobernación de Tubas. La ofensiva se ha cobrado ya la vida de una veintena de personas, entre ellas tres menores de edad: una bebé de dos años, un niño de diez y un adolescente de 16. La operación, bautizada como “Muro de hierro”, fue anunciada apenas dos días después de la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza
Y en tanto el ejército israelí se centra en Cisjordania, la atención mediática permanece en cuanto rodea a Gaza. Así, un comentario el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, durante una entrevista televisiva en horas previas a su regreso ayer a Jerusalén desde Washington ha provocado la indignación del mundo árabe. Un aparente lapsus del entrevistador Yaakov Bardugo, del Canal 14, al hablar de un “Estado saudí” en lugar de un “Estado palestino” fue aprovechado por un mordaz Netanyahu: “¿Un Estado palestino? A menos que quiera un Estado palestino en Arabia Saudí... Los saudíes tienen mucho territorio”. Bardugo comentó entonces que la idea no se podía “descartar”, a lo que Netanyahu insistió en que los saudíes “tienen mucho territorio”.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, denunció ayer esa declaración y afirmó que “la lógica en la que se basa es inaceptable y refleja una desconexión total de la realidad”. El Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí alabó “la denuncia, condena y rechazo categórico de países hermanos de las declaraciones de Netanyahu sobre el desplazamiento del pueblo palestino de su tierra”, refiriéndose a Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, que las tildaron de “agresivas”, “instigadoras” y “una flagrante violación del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas”. A las denuncias se sumó la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 estados.
Egipto anunció ayer su intención de acoger una cumbre árabe de emergencia el 27 de febrero para discutir “nuevos y peligrosos acontecimientos” después de que Donald Trump insistiera en sus ideas sobre Gaza en una conversación con Netanyahu en Washington. Según el presidente de Israel, Isaac Herzog, Trump se reunirá próximamente con el presidente egipcio, Abdel Fatah el Sisi, y con el príncipe saudí Mohamed bin Salman.