La periodista italiana Cecilia Sala lleva una semana en una cárcel iraní. La corresponsal del diario Il Foglio y de la plataforma de podcast Chora Media, de 29 años, había ingresado en el país con un visado regular emitido por la embajada iraní en Italia para una serie de reportajes y fue arrestada la víspera de su regreso a casa, el 19 de diciembre. La noticia fue difundida por su familia y sus colegas tan solo ayer. Los pocos detalles conocidos hasta ahora son muy inquietantes. Sala fue detenida en su hotel y trasladada a la prisión de máxima seguridad de Evin, al norte de Teherán, gestionada por la policía secreta, donde son encarcelados los presos políticos del régimen. Según Amnistía Internacional, en Evin se cometen abusos contra los derechos humanos de forma cotidiana.
Tras varios días de silencio, Sala logró ponerse en contacto con su madre y su pareja. Después de Navidad, la periodista recibió la visita de la embajadora italiana, quien la encontró en buen estado de salud. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, explicó: “Nuestra compatriota está bien, estamos trabajando para traerla de vuelta a casa”.
Teherán protestó recientemente por la detención de dos iraníes en Italia
Diplomáticos y la familia piden la máxima discreción en esta fase, y no se trata de una solicitud rutinaria: Italia mantiene históricamente con Irán relaciones mejores que otros países occidentales, pero este caso, según fuentes de inteligencia, implica otros factores internacionales. Sala podría haberse visto involucrada sin querer en una situación no relacionada con sus reportajes, especialmente en el contexto de las tensiones recientes.
Irán, en los últimos días, había protestado contra el arresto de dos de sus ciudadanos en Estados Unidos y en Italia –en el aeropuerto milanés de Malpensa el 16 de diciembre por orden de EE.UU.–, acusados de haber transferido a la Guardia Revolucionaria, considerada por Washington organización terrorista, tecnología estadounidense sensible para la fabricación de drones. Estos drones habrían matado a tres militares estadounidenses en Jordania el pasado enero.