Manuel Valls ha entrado este lunes en el nuevo Gobierno francés como ministro de Ultramar, según ha anunciado el Elíseo. El exprimer ministro -entre el 2014 y el 2016- y exconcejal en el Ayuntamiento de Barcelona forma parte de un equipo, encabezado por François Bayrou, en el que figuran otras personalidades experimentadas y conocidas como la exprimera ministra Élisabeth Borne, a quien se ha adjudicado Educación, y el exministro del Interior Gérald Darmanin, que ahora va a Justicia.
Además del retorno del exsocialista Valls al primer plano de la política francesa, que ha constituido una sorpresa, el otro dato relevante del nuevo Gobierno es la ausencia de Xavier Bertrand, de la derecha gaullista, presidente de la región de Altos de Francia. El mismo Bertrand, en un durísimo comunicado, dijo que le habían ofrecido la cartera de Justicia, pero la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, que lo detesta, vetó su nombre. Bertrand rechazó entonces otros ministerios y dijo que había declinado finalmente “participar en un gobierno de Francia formado con el aval de Marine Le Pen”
En el Ministerio de Ultramar le aguarda a Valls un trabajo muy complicado dada la situación de Mayotte, el archipiélago del Índico devastado por un ciclón y con problemas sociales endémicos, y la explosiva Nueva Caledonia, en el Pacífico sur, que hace unos meses registró una insurrección con trasfondo secesionista y que sufre una crisis económica profunda debido al hundimiento de su industria del níquel.
Antes de ser primer ministro, bajo la presidencia de François Hollande, Valls fue titular de Interior -durante los grandes atentados yihadistas en París-, diputado y alcalde de Évry, municipio al sur de la capital francesa. Valls abandonó la Asamblea Nacional en el 2018 para presentarse a la alcaldía de Barcelona, objetivo que no consiguió. Tras abandonar la política municipal en la Ciudad Condal y volver a instalarse en París, el exprimer ministro fue candidato a diputado, en las legislativas del 2022, para representar a los franceses que viven en el extranjero (en la circunscripción que incluye España, Portugal y Mónaco), pero fue derrotado.
Un analista en la cadena LCI consideró que la presencia de Valls en el Gobierno es un “choque psicológico”, pero no está claro que su condición de político de alto rango que rompió con gran estruendo con el Partido Socialista suponga una ventaja para Bayrou. “Es quizás la personalidad de izquierdas que menos gusta a la izquierda”, ironizó un comentarista. Sin embargo, se reconoce su experiencia, sus convicciones republicanas y su conocimiento de los asuntos de ultramar, sobre todo de Nueva Caledonia, de la que se ocupó en su última etapa como parlamentario.
El nuevo ministro de Economía y Finanzas es Éric Lombard, expresidente de la Caja de Depósitos. A él le tocará la ingrata tarea de preparar los presupuestos del 2025, que deben ser forzosamente restrictivos para poder empezar a contener el déficit y la deuda. Siguen en un actuales puestos los titulares de Interior, Bruno Retailleau y Sébastien Lecornu, ministro de Defensa, además del ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, y la responsable de Cultura, Rachida Dati. Junto a Valls hay otra personalidad procedente originariamente de la izquierda, François Rebsamen, ex alcalde de Dijon y extitular de Trabajo.
Se trata de un Gobierno de pesos pesados y de figuras de origen muy plural. Valls y Rebsamen, por ejemplo, son exsocialistas. Otros proceden de la derecha, como Retailleau. Pese a los esfuerzos por obtener un equilibrio, nada garantiza a Bayrou que su Gabinete sobrevivirá muchos meses, dado que no dispone de mayoría en la Asamblea Nacional.