El primer ministro de la exrepública soviética de Georgia anunció el jueves la suspensión hasta 2028 de toda negociación para unirse a la Unión Europea. Irakli Kobajidze prometió que no se trata de detener la integración europea, sino de prepararse económicamente para ello sin depender de las “limosnas” de Bruselas. Pero esa decisión fue la chispa para que la oposición proeuropea, que sigue considerando fraudulentas las elecciones parlamentarias del pasado 26 de octubre, vuelva a echarse a la calle contra la deriva prorrusa del partido en el poder, Sueño Georgiano.
Más cien personas han sido detenidas esta madrugada en la segunda noche consecutiva de protestas y enfrentamientos entre manifestantes y efectivos policiales en el centro de la capital georgiana, según informó el Ministerio del Interior de Georgia. “Un total de 107 personas fueron detenidas por desacato a la autoridad y vandalismo”, se afirma en un comunicado, que añade que diez policías resultaron heridos por los manifestantes.
Según Interior, los participantes en las protestas, que levantaron barricadas en la inmediaciones del Parlamento, lanzaron hierros, piedras, botellas de vidrio y petardos contra las fuerzas policiales. Efectivos antidisturbios emplearon gases lacrimógenos y carros lanza agua para despejar los alrededores de la sede del Legislativo.
En la madrugad del jueves al viernes la protestas se volvió violenta y se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Las fuerzas antidisturbios utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar la protesta, que comenzó frente a la sede del partido gobernante y luego marchó hacia la sede del Legislativo. Algunos manifestantes lanzaron bengalas contra la policía mientras gritaban “¡Rusos!” y “¡Esclavos!”
Las protestas seguirán, dice la oposición
Los manifestantes levantaron ante el edificio barricadas a las que prendieron fuego.
Según el Ministerio del interior, “43 personas fueron arrestadas por las fuerzas del orden por desobedecer las órdenes legítimas de la policía y por vandalismo”. Las acciones “ilegales y violentas de los manifestantes” provocaron 32 policías heridos, añadió.
La oposición anunció este viernes la intensificación de sus protestas. “No nos detendremos, presionaremos y romperemos este sistema que no nos lleva a Europa, sino a Rusia”, dijo a la prensa Guiorgui Vashadze, uno de los líderes de la coalición opositora Unidad-Movimiento Nacional.
Elecciones consideradas fraudulentas
Este pequeño país del Cáucaso (3,7 millones de habitantes) se encuentra inmerso en una grave crisis tras las elecciones legislativas del 26 de octubre. La oposición no reconoce la victoria de Sueño Georgiano (que oficialmente ganó con el 54 % de los votos) y ha boicoteado al nuevo Parlamento salido de la votación para torcer la mano al Gobierno. De momento, sin resultado.
La presidenta del país, la proeuropea Salomé Zurabishvili, está con la oposición y los manifestantes. Ella tiene, sin embargo, poderes limitados y su mandato termina el próximo mes. Antigua diplomática francesa, Zurabishvili ha exigido al Tribunal Constitucional de Georgia que anule los resultados, ha denunciado la “represión” de los manifestantes y ha hecho un llamamiento a una “reacción firme de las capitales europeas”.
El jueves el Parlamento europeo adoptó una resolución rechazando los resultados de las elecciones georgianas, denunciando “irregularidades significativas”. Exige repetir las elecciones y que sean organizadas en un año bajo supervisión internacional, además de sanciones contra los líderes georgianos, incluido el primer ministro Kobajidze.
El primer ministro acusa de “chantaje” a la UE y “algunos políticos europeos”
Este, cuyo mandato fue confirmado por el Parlamento el mismo día, acusó a la institución de la UE y a “algunos políticos europeos” de “chantaje”.
Según las encuestas, el 80 % de los georgianos apoya que el país se convierta en un miembro de la UE. Aunque Georgia es un candidato a la adhesión desde diciembre de 2023, sus relaciones con Bruselas se han deteriorado en los últimos meses. En Europa se acusa a Tiflis de llevar a cabo un grave retroceso democrático, de poner en práctica una política autoritaria y de acercarse a Rusia.
Bruselas terminó congelando el proceso de adhesión a comienzos de este año en respuesta a leyes aprobadas en Georgia sobre la transparencia de la influencia extranjera, similar a la de “agentes extranjeros” en Rusia, y otras contra las oenegés y el colectivo LGTBI, que la oposición considera inspiradas en Moscú.
No se detiene la integración europea, solo se suspende, insiste el Gobierno
Kobajidze anunció el jueves que Georgia ha decidido eliminar de la agenda hasta el año 2028 la cuestión de las negociaciones sobre la adhesión a la UE para no tener que depender en ese camino de la ayuda económica del propio club europeo.
“Hemos decidido no poner en la agenda el tema de la apertura de las negociaciones con la Unión Europea hasta finales de 2028. Además, hasta finales de 2028, renunciaremos a todas las subvenciones presupuestarias de la Unión Europea”, dijo Kobajidze después de una reunión de los líderes de la mayoría parlamentaria con miembros del gobierno y el Consejo político de Sueño Georgiano.
El jefe del Ejecutivo consideró que el inicio de las negociaciones sobre la pertenencia a la Unión Europea es un instrumento de chantaje para Tiflis, y enfatizó que es categóricamente inaceptable considerar la adhesión de Georgia a la Unión como una limosna. El final de 2028 será “el momento en que Georgia, desde el punto de vista económico, estará adecuadamente lista para abrir las negociaciones para ingresar a la Unión Europea en 2030”.
Georgia cumplirá sus compromisos en el marco del acuerdo de asociación de Georgia con la UE de 2014 con su propio dinero, “sin ninguna ayuda financiera de la UE”, prometió el jefe de Gobierno, y aseguró que no se trata de ninguna manera de detener la integración europea, sino de una suspensión.
Kobajidze ha reprochado a la UE y a Estados Unidos intentar involucrar a Georgia en la guerra entre Rusia y Ucrania. En el Parlamento pidió el jueves que Bruselas “respete nuestros intereses nacionales y nuestros valores tradicionales”.