A menos de dos semanas para unos comicios que ambos candidatos enmarcan como determinantes para la democracia, la campaña presidencial de EE.UU. se ha recrudecido. En un foro con votantes indecisos en la CNN, la vicepresidenta Kamala Harris ha respondido a la pregunta del moderador Anderson Cooper, que le ha planteado si considera a Donald Trump un “fascista”. “Sí, lo es. Y creo que debemos confiar en lo que dicen de él las personas que le conocen mejor”, ha señalado, en referencia a las revelaciones de su antiguo jefe de gabinete, John Kelly, y del ex jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, que le han definido esta semana estos términos.
Es la primera vez que la candidata demócrata se refiere a su adversario con este calificativo. En dos entrevistas con The Atlantic y The New York Times publicadas el martes, Kelly aseguró que, mientras trabajó para él en los dos primeros años de su mandato, Trump dijo en varias ocasiones que “Adolf Hitler hizo algunas cosas buenas” y que necesitaba “generales como los de Hitler” en su ejército.
En otra declaración horas antes desde su residencia oficial en Washington, Harris se ha referido al expresidente como cada vez más “desquiciado” e “inestable”, y ha añadido que “es profundamente preocupante e increíblemente peligroso que invoque a Adolf Hitler”. Trump, que si gana las elecciones se convertirá en el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, “dijo eso porque no quiere un ejército leal a la Constitución, sino que le sea leal a él, personalmente. Que obedezca sus órdenes, incluso cuando les diga que violen la ley o abandonen su juramento a la Constitución”, ha señalado.
Kamala Harris, candidata demócrata
“Trump considera el 'enemigo interior' a cualquiera que se niegue a arrodillarse o se atreva a criticarle”
“En la última semana, Trump ha llamado repetidamente a sus conciudadanos estadounidenses el ‘enemigo interior', y ha dicho que utilizaría al ejército para perseguir a ciudadanos estadounidenses“, ha añadido la vicepresidenta, apuntando a un lenguaje que el republicano comenzó a impulsar el día que regresó al escenario en el que hace tres meses intentaron matarlo, en Butler (Pensilvania), y que ha ido repitiendo en cada discurso que ha dado en las últimas tres semanas.
“Seamos claros sobre quién considera que es el enemigo interior: cualquiera que se niegue a arrodillarse o se atreva a criticarle, como los jueces, los periodistas o los funcionarios electorales no partidistas”, ha seguido Harris, recordando que Hitler fue responsable de la muerte de “seis millones de judíos y cientos de miles de estadounidenses”.
La candidata demócrata ha afirmado que las declaraciones de sus excompañeros de trabajo son “una ventana para ver quién es realmente Donald Trump, de la gente que mejor le conoce”, pero no ha llegado a definirlo como “fascista” en ese discurso. Lo ha hecho horas después, en horario de máxima audiencia en la CNN, en un evento con votantes indecisos desde el estado que se presenta como el más decisivo de los siete swing states de estas elecciones, Pensilvania.
La retórica de Trump se ha vuelto todavía más autoritaria y xenófoba en esta recta final de campaña, a la que le quedan tan solo 12 días. Después de que la bala disparada por Thomas Crooks le rozara la oreja en Butler, sugirió que iba a rebajar su lenguaje para calmar las aguas. Pero ha hecho todo lo contrario, intensificando sus ataques contra su adversaria y calificándola de “discapacitada mental”, “estúpida”, “lunática radical comunista”, o “enemigo interior”; y también diciendo que los inmigrantes indocumentados “envenenan la sangre de la nación“”o tachándolos de “animales”, una definición que ahora repite mayor con soltura, y que suele emparejar con otras que lleva usando desde que saltó a la política en el 2016: “violadores”, “asesinos”, “depredadores” o “narcotraficantes”.
La vicepresidenta Harris, que hasta ahora había tratado de ser cauta al referirse a su adversario, limitándose a destacar su “peligrosa retórica” y la “amenaza para la democracia” que representa Trump, ha ido un paso más allá al definirlo como “fascista”. La red social X, propiedad de uno de los mayores aliados del republicano, el multimillonario Elon Musk, han estallado tras las declaraciones de Harris.
Uno de los mayores influencers de la esfera MAGA (del lema Make America Great Again), Charlie Kirk, ha dicho que toca “rezar” por Trump porque después de este comentario “lo van a matar”. En otra publicación, tras un mitin del republicano organizado por su organización, Turning Point Action –una de las grandes impulsoras de las teorías de la conspiración sobre el fraude electoral en el 2020 y el 2024–, ha insistido en el mensaje con una foto en tono jocoso en la que varias personas rodean a un Trump cabizbajo, acompañado de un “rezad por el presidente Trump”.