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Francia afronta el reto de eludir el bloqueo y formar un gobierno de coalición

Terremoto político en París

La ausencia de una mayoría abre un paréntesis en busca de la gobernabilidad

El Frente Popular gana las elecciones en Francia y contiene el ascenso de la extrema derecha

Emmanuel Macron justificó su arriesgada disolución anticipada de la Asamblea Nacional para “clarificar” el escenario político. El resultado ha sido el opuesto: una espesa bruma envuelve Francia, con la fractura en tres bloques de peso bastante similar y un horizonte de bloqueo e inestabilidad. Los ciudadanos han dicho un no categórico a un gobierno de la extrema derecha, pero no han indicado con nitidez qué alternativa prefieren.

“Una Asamblea ilegible, una mayoría extraviada”, tituló en portada el periódico L’Opinion . Su editorial era severo con el presidente. “Se creía un mago y no es más que un aprendiz de brujo”. Según Le Parisien, “la autodisolución del macronismo entrará en los manuales de la ciencia política”. En el chiste de la jornada se veía a un Macron pensativo. “Ya no me acuerdo de qué es lo que quería hacer después de la disolución”, se dice a sí mismo. Para Le Figaro , el presidente ha sumido a Francia “en la confusión”. El paso que dio, “nacido de una herida narcisista, quedará como pura locura, de la que llevará su responsabilidad ante la historia”.

El monumento parisino a la República siempre acaba perjudicado

JOEL SAGET / AFP

Macron pidió ayer al primer ministro, Gabriel Attal que, “por ahora”, permanezca en el cargo “para garantizar la estabilidad del país” y despachar los asuntos corrientes. Attal había acudido al Elíseo para presentar su dimisión. La renuncia era un trámite obligado según la práctica constitucional francesa, y la petición de Macron para que siga resulta lógica teniendo en cuenta que la coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular (NFP), ganadora de las elecciones, aunque muy lejos de la mayoría absoluta, debe ponerse de acuerdo sobre la persona que propondrán como nuevo primer ministro y el margen de flexibilidad de su programa a la hora de negociar con potenciales aliados parlamentarios.

Macron se reunió en el Elíseo con los líderes de su partido, Renacimiento, para analizar la situación política después de que los partidarios del presidente pasaran de 250 diputados a solo 165. Ha sido un serio revolcón que les coloca en minoría. No obstante, conservan mucha influencia para ayudar a construir o permitir una mayoría viable.

Attal dimite como primer ministro pero se ofrece a dirigir un Gobierno provisional

Jordan Bardella admite su “parte de responsabilidad” en la derrota de la extrema derecha

El jefe del Estado no tiene un límite temporal para nombrar al nuevo jefe del Ejecutivo. No sería lógico, sin embargo, que Attal continuara mucho tiempo, pues los Juegos Olímpicos, que empiezan el 26 de julio, exigen un gobierno plenamente operativo por el riesgo de seguridad que suponen. Aunque cambie el gobierno, es probable que sigan en sus puestos personajes clave en el operativo olímpico como el prefecto de policía de la capital

Es razonable pensar que el Nuevo Frente Popular, pese a las divisiones internas, intente presentar pronto un nombre para encabezar el gobierno, aprovechando la dinámica de su victoria y para evitar que empiece a haber fisuras y maniobras de otros partidos. El problema es que, si se constituye un nuevo gobierno sin los apoyos necesarios, puede haber muy pronto una moción de censura que lo tumbe. En ese caso, la Constitución no permite convocar elecciones hasta dentro de un año. Existe, pues, el riesgo potencial de que varios gobiernos caigan, uno detrás de otro, y se abra un periodo de fuerte inestabilidad.

La digestión de los resultados del domingo es dolorosa para el Reagrupamiento Nacional (RN), que se las prometía muy felices después de su triunfo en las elecciones europeas y en la primera vuelta de las legislativas. El candidato a primer ministro, el eurodiputado Jordan Bardella, asumió su “parte de responsabilidad” en la derrota, aunque insistió en la línea de interpretación oficial, que consiste en hablar de “victoria diferida”. Argumentan que jamás el RN había tenido tantos diputados y que es el partido más fuerte, pues sus rivales son coaliciones. Bardella estimó que los pactos entre los macronistas y la izquierda les han impedido consolidar su dinámica ascendente, al tiempo que acusaba al jefe de Estado de “lanzar Francia a los brazos de la extrema izquierda”.

Estas elecciones pueden provocar, a medio plazo, una reordenación profunda del paisaje político, con la perspectiva de las presidenciales del 2027, a las que ya no podrá concurrir Macron. El futuro de una izquierda unida no está para nada garantizado, tampoco el del campo macronista, en el que conviven sensibilidades socialdemócratas, liberales y de centroderecha gaullista.

El partido de extrema derecha de Marine Le Pen queda relegado a la tercera posición en las elecciones francesas

El primer ministro dimite, pero Macron lo mantiene por ahora “para garantizar la estabilidad del país”

Los Republicanos (LR, derecha tradicional) han resistido muy bien a la tormenta, a pesar de la escisión provocada por su presidente, Éric Ciotti, que se alió con el partido de Le Pen. Los conservadores y sus socios han alcanzado los 66 escaños y se garantizan la continuidad. Pese a su fuerza modesta en la Cámara, es un partido bien implantado en el territorio, en los municipios y regiones, y eso cuenta. Les da una representación importante en el Senado, una cámara de poderes limitados aunque con influencia. LR pasará casi con toda seguridad a la oposición, si bien no quiere obstruir sistemáticamente al próximo gobierno.

La nueva Asamblea Nacional incluirá a diputados de ultramar que abogan por la independencia o una mayor autonomía de sus territorios. Es el caso del representante de Nueva Caledonia, partidario de la secesión, o de la Polinesia francesa, que eligió a un independentista y dos autonomistas. En Córcega, los nacionalistas, que tenían tres de los cuatro diputados de la isla, perdieron a uno de ellos, Jean-Félix Acquaviva, que llevaba siete años en la Asamblea y es muy próximo al presidente de la isla, Gilles Simeoni.

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