El padre fundador de la Liga, Umberto Bossi, celebró recientemente los 40 años del nacimiento del partido con una petición: “Hace falta un nuevo líder que apunte a la autonomía y vuelva a poner en el centro la cuestión del norte”, dijo, sin ningún tipo de tapujos.
No es la primera vez que Bossi, apartado del primer plano político italiano desde hace muchos años, desafía abiertamente a su sucesor. Hace tiempo que despotrica contra él por haber abandonado los principios fundacionales separatistas de la antigua Liga norte, aparcados desde que en el 2013 Salvini tomó las riendas del partido, le cambió el nombre a “Liga” y lo convirtió en un producto populista de ultraderecha a escala nacional. Pero desde hace unos meses, el malhumor por las decisiones políticas del secretario federal de la Liga cada vez se propaga con más velocidad en el norte del país.
Si la Liga queda por debajo de Forza Italia en las europeas podría tener problemas para seguir en el cargo
La gota que parece haber colmado el vaso es la elección de un candidato provocador para las elecciones europeas. Se trata del general Roberto Vannacci, un condecorado militar que fue suspendido del Ejército por sus opiniones homófobas, machistas, racistas o antisemitas. Entre otras cosas, piensa que los homosexuales no son “normales”, que los italianos “tienen la piel blanca”, que Mussolini fue un “estadista” o que las mujeres deben quedarse en casa a cuidar de los hijos. Plasmó estas ideas en un libro autoeditado que se convirtió en un éxito de ventas en Amazon, y, pese a que el Ministerio de Defensa lo defenestró, Salvini pronto se convirtió en su paladín, opinando que fue castigado injustamente por la tiranía de lo políticamente correcto. La candidatura fue anunciada hace solamente una semana, pero Vannacci ya ha enfadado a algunos miembros importantes de la Liga al defender que los niños discapacitados deben ir a clases diferentes del resto.
El “caso Vannacci” –como se lo conoce ya en Italia– es solo la última expresión del malestar entre muchos exponentes de la Liga por la gestión de Salvini, que se ha visto arrollado por el huracán electoral de Giorgia Meloni y de Hermanos de Italia. La primera ministra es considerada más consecuente, y más seria, algo que gusta en momentos difíciles de guerra en Europa. Il capitano , como le llaman, llevó a la Liga al resultado histórico del 34% de los votos en las últimas elecciones europeas, en el 2019, pero los sondeos ahora apenas le sitúan en el 8% y podría ser incluso superado por Forza Italia, el tercer socio de la coalición de derechas que gobierna Italia. Esto quiere decir que un tercio de la delegación de la Liga en la Eurocámara podría tener que hacer las maletas.
Mientras ganaba, los barones de la Liga en el norte del país le dejaban hacer y disimulaban si no estaban completamente de acuerdo con el nuevo rumbo nacional del partido. Ahora, por primera vez le están criticando abiertamente. Salvini está más débil que nunca.
“Vannacci no es de la Liga. No comparto sus declaraciones”, le desautorizó el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, número dos del partido. “Yo solo voto a los representantes de la Liga”, dijo el presidente de la poderosa región de Lombardía, Attilio Fontana. “Votaré a un candidato véneto”, respondió ayer Luca Zaia, el gobernador de la región del Véneto.
“Más allá del resultado electoral de las europeas, hace falta una reflexión profunda sobre lo que es la Liga y lo que quiere ser de mayor, porque no es posible que se tomen las decisiones de esta manera en lugar de tener debates en un congreso o en una asamblea”, explica a este diario Roberto Marcato, consejero de Desarrollo Económico en la región del Véneto, que asegura que el descontento está “absolutamente difundido” en el norte del país. “Si la Liga traslada el buen gobierno del norte al sur de Italia ya está bien, pero si se convierte en una mala copia de Hermanos de Italia no lo está, porque para eso ya está Hermanos de Italia”, razona, al teléfono.
Desesperado por la caída libre en los sondeos desde su error mayúsculo de hacer caer el gobierno populista de Giuseppe Conte en verano del 2019, el líder de la Liga tiempo radicalizando sus posturas contra los inmigrantes o contra los “burócratas” de Bruselas, incluso poniendo en apuros a Meloni con sus comentarios prorrusos. “Desde el principio abandonó la versión tradicional de la Liga para convertirlo en un movimiento populista de derechas como el de Donald Trump o Marine Le Pen. Nadie le cuestionaba porque la Liga jamás había conseguido resultados tan altos. El problema es que ahora Hermanos de Italia supera a la Liga en gran parte del norte del país, y eso no se lo van a tolerar”, indica el director del Centro Italiano de Estudios Electorales (CISE) de la universidad Luiss, Lorenzo de Sio. En las elecciones parlamentarias del 2022, el partido de Meloni superó el 30% de los votos en algunas regiones septentrionales.
La caída en los sondeos
Evolución de la expectativa de voto, según los sondeos, en porcentaje
Hermanos de Italia
Liga
Forza Italia
40
Elecciones parlamentarias
37%
35
30%
30
25
27%
20
15
13%
8%
10
5
8%
0
2019
2020
2021
2022
2023
2024
Fuente: Europe Elects
La caída en los sondeos
Evolución de la expectativa de voto, según los sondeos, en porcentaje
Hermanos de Italia
Liga
Forza Italia
40
Elecciones parlamentarias
37%
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Fuente: Europe Elects
La caída en los sondeos
Evolución de la expectativa de voto, según los sondeos, en porcentaje
Hermanos de Italia
Liga
Forza Italia
40
Elecciones parlamentarias
37%
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Fuente: Europe Elects
Todo parece apuntar a que si la Liga queda por debajo de Forza Italia en las elecciones europeas, Salvini podría tener serios problemas para permanecer en el puesto. A favor tiene que no hay ningún sucesor claro al frente de la Liga. Podría serlo el popular Luca Zaia, pero no quiere abandonar el Véneto; o el ministro Giorgetti, que parece demasiado discreto para el puesto. “También el liderazgo de Salvini surgió con discreción”, recuerda De Sio.