Biden condena la “violencia” en las protestas y dice que no van a cambiar su apoyo a Israel

Estados Unidos

Consciente de que su papel en Gaza podría frustrarle la reelección, el presidente defiende la “libertad de expresión” a la par que el “estado de derecho”, mientras condena el “antisemitismo” y la “islamofobia”

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Biden condena la “violencia” en las protestas y dice que no van a cambiar su apoyo a Israel

Decenas de miles de personas en siete estados clave pueden decantar el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre, que se prevén, al menos, tan disputadas como las del 2020. En esos comicios, el apoyo de los jóvenes universitarios fue esencial para la victoria de Joe Biden, pero cada vez está menos claro que este año vayan a revalidar su confianza en el presidente.

Las protestas por Gaza en los campus de todo el país, notables en las universidades de Nueva York y de Los Ángeles, se dirigían en un inicio a los lazos financieros de las universidades con compañías que suministran armas y equipo militar al ejército israelí. Pero, a medida que se extienden por todo el país, el foco se dirige cada vez más hacia Biden por su apoyo intacto a Tel Aviv, más allá de una serie de advertencias que no parecen influir sobre el gabinete de guerra liderado por Beniamin Netanyahu.

El presidente Joe Biden, en su breve declaración esta mañana desde la Sala Roosevelt de la Casa Blanca

El presidente Joe Biden, en su breve declaración esta mañana desde la Sala Roosevelt de la Casa Blanca

EFE/EPA

Joe Biden

“Quiero dejarlo claro: la protesta violenta no está protegida; la protesta pacífica, sí”

Esta mañana, el presidente se ha dirigido brevemente a la nación con un mensaje de condena tanto al “antisemitismo” como a la “islamofobia”, que “no tienen lugar en América”. Ha afirmado que la Constitución protege el “derecho a protestar, pero no a provocar el caos” y se ha expresado en defensa de “la libertad de expresión”, pero también del “Estado de derecho”, en unas declaraciones que no parece que vayan a contentar a ninguna de las dos partes en conflicto.

“Quiero dejarlo claro: la protesta violenta no está protegida; la protesta pacífica, sí”, ha dicho el presidente desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca. “Destruir la propiedad no es una protesta pacífica, va contra la ley. El vandalismo, el allanamiento de morada, romper ventanas, cerrar campus, forzar la cancelación de clases y graduaciones. Nada de esto es una protesta pacífica, amenazar a la gente, intimidar a la gente. La disidencia es esencial para la democracia, pero nunca debe conducir al desorden”.

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Con su discurso, Biden ha tratado de caminar una delicada senda, defendiendo el derecho a la protesta pacífica para no ahuyentar el voto joven, pero manteniendo su denuncia a lo que percibe como un “antisemitismo en escalada”. Pero, más que el derecho a protestar, el fondo de las demandas estudiantiles es el fin del derramamiento de sangre en Gaza. Tras su declaración, un periodista le ha preguntado si las protestas le harán cambiar el apoyo de su administración a Israel y ha respondido con un escueto “no”. Y el mismo monosílabo ha usado cuando le han preguntado si los estados deben usar su la guardia nacional para intervenir en los campus.

De cara a noviembre, el presidente no ve peligrar su victoria en California y Nueva York, los focos de las protestas, pues son dos claros bastiones demócratas. Pero sí deberían causarle preocupación las manifestaciones, por ejemplo, en las dos principales universidades de Pensilvania, estado que le arrebató a Trump en el 2020 con un estrecho margen de un punto. O los votos de castigo en los procesos de primarias en swing states como Wisconsin –donde venció en 2020 por 21.000 votos y en estas primarias 47.000 demócratas votaron en blanco– o Michigan, donde recibió en febrero 100.000 votos de protesta.

La abstención de decenas de miles de jóvenes puede frustrar la elección de Biden

La última encuesta del reputado Emerson College indica que, en estos momentos, Trump aventaja a Biden en los siete estados considerados clave: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Aunque también revela que el margen es estrecho, entre un 1 y un 5% dependiendo del estado, y hay tiempo para reconducir la situación.

Mientras los índices de popularidad de Donald Trump se han mantenido intactos desde su salto a la política en el 2015 (alrededor del 40% de estadounidenses sigue teniendo una opinión favorable del magnate), la aprobación de Biden se resintió en el 2021 tras la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán y el papel de la administración en Gaza podría dejar muy tocadas sus aspiraciones a la reelección. Quienes protestan son poco proclives a votar por Trump, quien dejó claro durante su mandato el alineamiento con Israel, por ejemplo, moviendo la embajada estadounidense a Jerusalén. Pero bastaría con la abstención de decenas de miles de jóvenes descontentos, y no convencidos por dar su voto al “mal menor”, para frustrar la ambición electoral de Biden.

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