Un ex oficial de inteligencia afirma en el Congreso que EE.UU. posee naves y restos de alienígenas

¿Estamos solo en la galaxia?

Una triple comparecencia en una subcomisión de la Cámara Baja subraya que los avistamientos son frecuentes y el Pentagono niega que almacene materiales extraterrestres 

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Un ex oficial de inteligencia afirma en el Congreso que EE.UU. posee naves y restos de alienígenas 

Después de más de cuatro horas en las que el Congreso de Estados Unidos convirtió una de sus audiencias en territorio alienígena, una cuestión de lógica quedó en el aire tras la sesión dedicada a los fenómenos aéreos no identificaos (UAP), los ovnis de toda la vida, para forzar  al gobierno a dar más información. ¿Dónde están los extraterrestres?

Uno de los testigos, David Grusch, ex oficial de la inteligencia de la Fuerza Aérea, declaró bajo juramento que hace décadas que el gobierno de Estados Unidos “mantiene un programa para esconder naves” procedentes de otras galaxias, e incluso “restos biológicos no humanos” desde los años treinta del pasado siglo, si bien aceptó que supo de esto porque alguien se lo contó, ya que le denegaron el acceso.

Así que las opciones, entre otras respuestas, consisten en que los seres del espacio exterior o ya están infiltrados en la sociedad, o bien son muy inteligentes para viajar millones de kilómetros pero incapaces de sobrevivir en la Tierra o, simplemente, visto lo que hay aquí, prefieren mantenerse lo más lejos posible.

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David Grusch, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, durante su comparecencia en el Congreso para denunciar la ocultación por el gobierno de los ovnis y los extraterrestres (DREW ANGERER / AFP)

Hubo un cierto aire circense, tras semanas de fomentar un ambiente conspirativo y de incipiente amenaza. “Las naves alienígenas poseen la tecnología para convertirnos en una piedra de carbón”, dijo hace unos días el republicano Tim Burchett, uno de los que lidera la investigación en la subcomisión de supervisión de la cámara baja. Este miércoles, sin embargo, bromeó. “No vamos a traer hombrecitos verdes ni platillos voladores”, afirmó. Mientras que Glenn Grothman, presidente de la sesión, daba la bienvenida “a la subcomisión más emocionante esta semana en el Capitolio”.

En la tribuna había espectadores llegados de varios países ante el más que esperado testimonio de Grush una vez que salió a la luz en los medios el pasado junio y que propició esta audiencia.

El ex oficial de inteligencia, que estuvo en el Departamento de Defensa hasta el 2023, presentó en el 2022 una denuncia por el ocultamiento de información y, al descubrir que iba a ser sometido a un proceso de disciplina, se convirtió en “whistleblower” o filtrador de secretos. En su comparecencia aseguró que en el 2019 fue requerido por el jefe de la fuerza que investiga los UAP para que registrara todos los programas altamente clasificados relacionados con la misión del grupo de trabajo. Entonces estaba destacado en la Oficina Nacional de Reconocimiento, agencia que opera los satélites espías.

“Fui informado, en el curso de mi deber oficial, de la recuperación de material de accidentes y de un programa de ingeniería inversa, a los que se me denegó el acceso”, afirmó. Contestó que el gobierno de EE.UU. dispone de información sobre vida extraterrestre y que el ejecutivo es “consciente de actividad no humana” desde el decenio de 1930.

Grush insistió en que el gobierno recuperó seres alienígena junto a vehículos alienígenas. “¿Tenemos los cuerpos de los pilotos de esas naves?”, le preguntaron. “Como ya he dicho públicamente, productos biológicos llegaron con algunas de estas recuperaciones”, replicó. Esos productor biológicos, aclaró eran “no humanos” y, precisó que “es como aludían a estos las personas con conocimiento directo, con los que hablé y que todavía están en el programa”.

Sin embargo, el efecto del juramento le hizo ser mucho menos audaz a la hora de hablar en comparación a la entrevista que concedió a “NewsNation”, origen de todo este revuelo, donde sostuvo que la administración estadounidense dispone de una nave extraterrestre del tamaño de un campo de fútbol. En “Le Parisien” llegó a decir después que EE.UU. está en posesión de un vehículo con forma de campana que Mussolini recuperó en el norte de Italia.

En el Congreso sostuvo que sentía miedo por su vida, “definitivamente” y que sufrió represalias brutales. “Me hicieron daño profesional y personalmente”, recalcó. Confesó que otros “han sufrido daños” por los esfuerzos oficiales de esconder los ovnis, pero se negó a relatar públicamente de forma más concreta esas tácticas de venganza, ni informar si ha muerto alguien como consecuencia de esa represión ni a dar nombres de compañeros con conocimiento de los hallazgos. Justificó que se trata de material secreto y podría afrontar un castigo penal. “No puedo hablar de eso en una sesión abierta”, indicó.

Susan Goug, portavoz del Pentagono, negó cualquier encubrimiento y subrayó en un comunicado que el grupo de trabajo del Departamento de Defensa “no dispone de ninguna información verificable para corroborar las afirmaciones de que cualquier programa relacionado con la posesión o la ingeniería inversa de materiales extraterrestres haya existido o exista ahora”.

En la sesión también participaron los ex pilotos de combate David Fravor y Ryan Graves, quienes en el 2017 y en el 2018 ya explicaron al "The New York Times" sus encuentros con objetos no identificados que dispusieron de una capacidad de aceleración que no habían visto nunca.

Ninguno de los dos especuló sobre el origen de lo que vieron, aunque Graves remarcó que “nuestro cielo está lleno de ovnis, no son raros ni aislados, pero se denuncian muy poco”. Muchos de los avistamientos, según su versión, no se reportan por el temor de los pilotos a ser calificados de parias.

Los dos informaron al Pentagono en su día de esos incidentes, agencia que ha recopilados otros muchos incidentes inexplicados. Por la presión del Congreso, el mando militar ya realizó un informe en el que concluyó que buena parte de esos elementos son basura aérea, ingenios chinos de espionaje o  globos meteorológicos. En ese documento se aceptó que había desconocimiento sobre ciertos objetos, pero en todo caso negaron su origen extraterrestre.

La sesión concluyó sin pruebas fehacientes de la existencia de los llamados hombrecitos verdes. Si hubo consenso entre representantes de los dos partidos, cosa muy rara en estos tiempos de confrontación, de que el ejecutivo debe ser más transparente al explicar estos fenómenos por razones de seguridad. “No podemos fiarnos de un gobierno que no se fía de sus ciudadanos”, proclamó Burchett. “Hay que acabar con las salvajes especulaciones sobre los ovnis, que no benefician a nadie”, remató Grothman. 

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