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La “Mata Hari de Al Qaeda” reaparece con la toma de rehenes en la sinagoga de Texas

Científica condenada por terrorismo

El hombre que retuvo a cuatro judíos en Texas, el británico Malik Faisal Akram, pedía la liberación de Aafia Siddiqui

La policía detiene a dos adolescentes en Manchester con relación al secuestro que duró once horas

La condena en Estados Unidos de Aafia Siddiqui provocó movilizaciones a su favor de su país Pakistán donde se la ve como víctima

ARIF ALI / AFP

Reaparece desde la cárcel Aafia Siddiqui, a la que en su día se bautizó como “la Mata Hari de AlQaeda”. Muchos estadounidenses han tenido que realizar un ejercicio de memoria.

La secuela de esta historia arrancó este sábado en Colleyville (Texas). Un hombre armado, identificado ayer como Malik Faisal Akram, británico de 44 años, entró en la congregación Beth Israel y tomó rehenes. Como celebraban vía streaming el servicio del sabat , solo había cuatro personas en el recinto, entre estas el rabino Charlie Cytron-Walker.

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Los asistentes online escucharon cómo el asaltante amenazaba con poner final a su acción con la muerte de todos los presentes. “Tengo armas y bombas”, gritó. Los especialistas del FBI entablaron una negociación con él. Aseguró que depondría su actitud si liberaban a su “hermana” Aafia Siddiqui, que cumple en el presidio texano de Fort Worthuna una pena por terrorismo de 86 años, impuesta en Nueva York en el 2010. La condenaron por el intento de matar en Afganistán a militares de EE.UU. El vínculo familiar que citó Akram es inexistente.

Once horas después, el gobernador Greg Abbott tuiteó que “las plegarias han sido escuchadas”. Tras unas detonaciones, los agentes de asalto liberaron a los tres rehenes que quedaban, ya que uno salió previamente. El secuestrador murió por los disparos de los uniformados.

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Agentes de la unidad antiterrorista han arrestado a dos jóvenes en Manchester. Sus edades o identidades no han sido facilitadas, informó la Policía. Akram, originario de Blackburn, en el norte de Inglaterra, había llegado hace dos semanas al aeropuerto internacional John F. Kennedy, en Nueva York, y después compró el arma que utilizó en la sinagoga, algo nada raro en un país donde existe barra libre en esta materia. 

¿Quién es Aafia Siddiqui?

“Ella no tiene ningún tipo de implicación”, replicó en la CNN la abogada Marwa Elbially, que representa a Siddiqui. “Reprueba que se cometa violencia alguna en su nombre”, añadió.

Aafia Siddiqui, paquistaní de 49 años, es una científica a la que envuelve el misterio. Nacida en una familia de clase media con padres de buena formación intelectual y fuerte creencia en el Islam, se mudó a mediados de los noventa a EE.UU. Gracias a sus buenas calificaciones fue aceptada en el prestigioso MIT de Massachusetts, donde se licenció. Luego se doctoró en neurociencia en la Brandeis University. Sus estudios los compaginó con el activismo musulmán con campañas por Afganistán, Bosnia y Chechenia.

La policía custodia uno de los rehenes de la sinagoga de Colleyville

AP

Los atentados del 11-S del 2001 supusieron una vuelta de tuerca. En el 2002, la policía la interrogó a ella y su marido, con el que tuvo tres hijos antes de regresar a Pakistán y separarse. Volvió a EE.UU. a los poco meses, en principio por ofertas de trabajo. En esos diez días de visita realizó tareas, sin embargo, vinculadas a un supuesto combatiente. Y de nuevo en su país, y a los seis meses de divorciarse, se casó con Ammar al Baluchi, sobrino de Jalid Sheij Mohamed, el supuesto ideólogo del 11-S.

Entonces se produjo el quinquenio oscuro. Siddiqui desapareció entre el 2003 –cuando el FBI lanzó el aviso de que era una persona muy peligrosa– y el 2008. Existen varias versiones. Que si estuvo encarcelada en Bagram, al norte de Kabul –por eso también se la conoce como “la dama gris de Bagram”–, o que espió para la CIA y los servicios secretos de su país mientras trabajaba para los combatientes radicales de Al Qaeda, de ahí lo de Mata Hari.

Se cree que espió para la CIA y los servicios secretos de su país mientras trabajaba para los combatientes radicales de Al Qaeda

En el 2008 la detuvieron en Afganistán. En una versión oficial poco clara, se supone que, cuando iba a ser interrogada, se apropió de un rifle M-4 de los militares estadounidenses que la custodiaban y abrió fuego, sin que hiriera nadie.

Su condena provocó repulsa en Pakistán. El entonces primer ministro, Yusuf Raza Gilani, la calificó de “hija de nuestra nación”. En ocasiones su nombre incluso se ha barajado para un intercambio de presos. En la cárcel, Siddiqui sufrió el pasado julio graves lesiones tras ser víctima de una agresión.