Si Eric Adams, expolicía y demócrata de 61 años, no luciese una cabeza totalmente despejada, se podría decir que ha ganado la alcaldía de Nueva York sin despeinarse. En términos futbolísticos, sin bajar del autobús. Su victoria, por un margen de más de 40 puntos, se confirmó escasamente a los diez minutos de cerrarse los colegios electorales.
“Nueva York ha elegido a uno de vosotros, yo soy vosotros”, proclamó un Adams eufórico en su discurso al confirmarse su paseo por las urnas. “Mi historia es vuestra historia”, insistió. Nueva York cierra así la página de un supuesto alcalde progresista como Bill de Blasio, descrito por algunos de sus correligionarios como el peor alcalde de la ciudad, a uno que parte desde una perspectiva mucho más moderada.
Nueva York ha elegido a uno de vosotros, yo soy vosotros
La apabullante marcha de Adams hacia Grace Mansion, la residencia oficial del ‘mayor’, le convierte en el segundo alcalde negro en la historia de Nueva York. Y como ocurrió con su predecesor, el también demócrata David Dinkins (1 de 1990 al1 de enero de 1994), la ciudad no pasa por el mejor de sus momentos.
Entonces la Gran Manzana estaba castigada por la crisis financiera y la violencia propiciada por el consumo del crack, mientras que hoy lo está por los efectos de la pandemia y una desigualdad social que ya se arrastraba de antes y que aún se ha profundizado más.
El nuevo líder municipal afronta el reto de dirigir una ciudad todavía herida por la covid, pero ni de lejos muerta como se afirmó en tantos obituarios que se escribieron meses atrás, en la que ha crecido la sensación de inseguridad y donde la falta de vivienda asequible y el encarecimiento han provocado un incremento espectacular en el número de personas sin hogar.
Recibirá la vara de mando de Bill de Blasio, quien hace ocho años prometió acabar con el cuento dickensiano de las dos ciudades, pero no solo no lo ha concluido, sino que se ha aumentado las distancias entre los ricos y el resto.
“Esta carrera electoral va sobre las personas de esta ciudad que creen que se las ha dejado atrás y que no podrán ponerse al día”, afirmó Adams. “Este es nuestro momento, la ciudad nunca volverá a ser así”, prometió.
A pesar de las enormes diferencias en las encuestas y en buena parte de su programa, existen similitudes entre Adams y Curtis Sliwa, el candidato republicano, fundador de los justicieros Ángeles Guardianes a quienes muchos han visto como una parodia.
Adams es hijo de una mujer trabajadora que sacó adelante a sus hijos en solitario
Los dos coinciden en su capacidad para embellecer sus biografías a base de atribuirse méritos, difícilmente comprobables y, en no pocos casos, desmentidos por sus propias palabras.
Esa similitud se observó también este martes en su capacidad de teatralizar su comparecencia ante las urnas. Adams se llevó un retrato de su madre, a la que idolatra, al colegio electoral de Brooklyn. “Es para que vea donde he llegado –con confianza absoluta en su triufno- y se siente orgullosa”.
Como hijo de una mujer trabajadora que sacó adelante a sus hijos en solitario, que de niño luchó con la dislexia, que fue un estudiante poco brillante, que estuvo a punto de ser un sintecho y que, de adolescente, al ser detenido y agredido en jefatura, hizo la opción de vestir el uniforme para cambiar las cosas desde dentro del sistema, el hecho de que llegara a ser capitán de la policía, senador estatal y presidente de distrito de Brooklyn le llevó a considerar que “ya hemos ganado”.
Entrecortado por la emoción, incluso lágrimas, afirmó: “Se supone que yo no debería estar aquí. Pero debido a que estoy aquí, todos los neoyorquinos comprenderán que también se merecen el derecho de permanecer en esta ciudad. Esto va por la gente común y corriente”.
Todos los neoyorquinos comprenderán que también se merecen el derecho de permanecer en esta ciudad
En este caso, Sliwa incluso le superó en el show, aunque tirando de la opereta bufa. Amante de los gatos, mantiene a 17 en su piso del Upper West Side de Manhattan, de ahí que se le denominara “el candidato felino”, se presentó en el colegio electoral al oeste de la calle 85 llevando en brazos a Gizmo.
El show por el show, que es su debilidad. Sabía de antemano, y se lo recordaba un cartel de buen tamaño en la puerta de acceso a las urnas, que estaba prohibido entrar con mascotas. Entre esto y que, además de la gorra roja de justiciero, vestía una sudadera del mismo color con publicidad electoral, tampoco permitido por las normas electorales, y que se estropeó la máquina en que depositó su papeleta, se dieron todas las circunstancias para su circo.
Que compitieran sin incertidumbre alguna no evita que esta haya sido la disputa entre un expolicía y un justiciero. Eso denota un cierto estado de la Gran Manzana, en buena parte influido por la narrativa de los medios.
Una encuesta del Emerson College señaló que la principal preocupación de los votantes neoyorquinos, en un número del 34%, es el crimen, especialmente en el metro. La segunda cuestión en la lista, con el 19% es el problema de los sinhogar, empatado con la covid, en tanto que el trabajo se sitúa detrás, con el 8%.
A lo largo de la campaña, Adams, con apoyo de los afroamericanos y de la clase trabajadora, se ha descrito como “un moderado pragmático” y como “el progresista original”. Pero ha sido también un crítico severo con el movimiento que reclama recortar el presupuesto de la policía, ha hecho evidentes aperturas hacia los grandes negocios y en las primarias ganó por un margen estrecho a aspirantes demócratas más liberales.
Marcan un hito
Alcaldes asiáticos en Boston y Cincinnati
Boston y Cincinnati estarán gobernados por primera vez en su historia por estadounidenses de origen asiático. Michelle Wu, de ascendencia taiwanesa, será la alcaldesa de la primera ciudad, mientras que Aftab Pureval, hijo de madre tibetana y padre indio, dirigirá la segunda.