Francia ha reaccionado este jueves con indignación y acusaciones muy graves al anuncio de Australia de que rompe un contrato de cooperación con París para la construcción de doce submarinos de ataque y que opta por hacerlo con Estados Unidos y Gran Bretaña, en el marco de un gran pacto de defensa de los tres países en la región indo-pacífica para afrontar a China.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ha calificado la decisión australiana de "unilateral, brutal e imprevisible". También ha dicho que "se parece mucho a lo que hacía Trump", un reproche directo al presidente Joe Biden. "No se hace esto entre aliados", ha añadido Le Drian.
"La confianza se ha traicionado", reprocha el ministro Le Drian a Australia
El jefe de la diplomacia francesa ha recordado que el acuerdo de los submarinos -por un valor que oscila entre los 35.000 y 56.000 millones de euros, y que implica miles de puestos de trabajo durante años- se negoció entre el 2014 y el 2016. "Establecimos con Australia una relación de confianza y esta confianza se ha traicionado", lamentó Le Drian. Según él, "esto no es el final de la historia", lo que insinúa una eventual batalla política y jurídica. Está en juego mucho dinero en inversiones. El ministro ha recordado que hay ingenieros australianos trabajando en las instalaciones de Naval Group -la empresa constructora de los submarinos- en Cherburgo y también franceses en Adelaida, la filial en Australia.
Además del perjuicio económico evidente, "la puñalada por la espalda" -como la describió Le Drian-, de cancelar el contrato industrial, el acuerdo entre Canberra, Washington y Londres deja fuera de juego a Francia en la región indo-pacífica, donde posee territorios (Nueva Caledonia, la Polinesia Francesa, las Kerguelen, la Reunión, Mayotte) y muchos millones de kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva en los océanos.
Francia se ve dejada fuera de juego en la región indo-pacífica, pese a las buenas palabras de Biden
De poco sirvió para París que Biden, en su intervención desde la Casa Blanca, subrayara que EE.UU. quiere "trabajar estrechamente con Francia" porque este país "tiene ya una presencia sustancial indo-pacífica y es un socio clave y aliado para fortalecer la seguridad y la prosperidad en la región". En París, las palabras del presidente estadounidense sonaron a simple retórica y vano intento de paliar el daño causado en la relación bilateral. De ahí la envenenada referencia de Le Drian a Trump.