Rohani dice que Irán no caerá en la “trampa sionista”
Tensión creciente
El presidente iraní avisa que la venganza no se realizará por el momento, como piden muchos
Una misma imagen copaba ayer las portadas de los periódicos iraníes. Solo circula en Irán una foto actual de Mohsen Fajrizadeh, cuyo asesinato el viernes en un ataque coordinado a las afueras de Teherán le ha dado la visibilidad que la República Islámica intentó ocultar durante años. Un detalle que deja en evidencia el recelo con el que protegía el Estado iraní la identidad de este científico e integrante de los Guardianes de la Revolución, cerebro del programa nuclear, cuya muerte el líder supremo, Ali Jamenei, prometió “vengar”.
La misma promesa fue hecha por cada uno de los más altos integrantes del Nizam –el régimen–, que proclamaron su indignación por este asesinato, cuya responsabilidad es atribuida a Israel. “Una vez más, las manos malvadas de la arrogancia mundial se tiñeron con la sangre del régimen sionista usurpador y mercenario”, declaró el presidente, Hasan Rohani, que sin embargo dijo que la venganza no se realizará por el momento, como piden muchos. En las calles, pequeños grupos de milicianos basiyis se reunieron bajo el eslogan: “Ni rendición, ni acuerdo, la única manera es combatir contra Estados Unidos”.
Teherán cree que el asesinato de su jefe nuclear busca evitar el acercamiento con los EE.UU. de Biden
“En su debido momento, responderán por el crimen”, prometió Rohani, que llamó a no caer en la trampa que se le podría estar tendiendo a Irán para responder y así quedar involucrado en una confrontación mayor antes de que Donald Trump deje la Casa Blanca el 20 de enero. Desde hace semanas las autoridades iraníes vienen advirtiendo sobre la posibilidad de que desde Washington se esté instigando algo contra Irán que impida al próximo gobierno de Joe Biden regresar al acuerdo nuclear del que Trump se retiró en el 2018. “La nación iraní es inteligente y sabia como para caer en la trampa de los sionistas”, dijo Rohani.
Horas más tarde de estas declaraciones, la organización de energía atómica iraní vinculaba por primera vez a Israel en el ataque a la planta nuclear de Natanz ocurrido el pasado agosto. Uno de los galpones donde se instalaban centrifugadoras de segunda generación sufrió una explosión que fue catalogada por los iraníes como “sabotaje”.
Jamenei prometió “el castigo definitivo” de los ejecutores y cerebros del asesinato así como “la prosecución de los esfuerzos científicos y técnicos del mártir”. Rohani fue más concreto y contó que en los últimos meses había liderado la investigación sobre la Covid-19 en el país. Para algunos observadores, el asesinato de Fajrizadeh es tan significativo para Irán como el de Qasem Suleimani en Bagdad el pasado 3 de enero. La única dife-rencia es que el general de las Fuerzas Qods había salido del anonimato años atrás y era extremamente popular.
Desde hace años Israel y Estados Unidos señalaban a Fajrizadeh, exviceministro de Defensa, como el responsable del programa para desarrollar armas nucleares, conocido como Amad, que dejó de existir en el 2003, según certificó en su momento la Organización Internacional de Energía Atómica. Irán siempre ha negado la existencia de este programa e insiste en que su proyecto atómico tiene fines civiles.
El asesinato ha abierto el debate sobre la eficacia de la inteligencia iraní. Altos mandos de la Guardia Revolucionaria aprovecharon ayer la oportunidad para señalar al Ministerio de Inteligencia, en manos del Gobierno, institución con la que están enfrentados hace años. En una carta al presidente, el general Mohsen Rezai, uno de los comandantes históricos de la Guardia y aspirante a las elecciones presidenciales de junio, aseguraba que la repetición de estos ataques “muestra la debilidad de los organismos del país”.