El mensaje oficial en las últimas semanas ha sido que las elecciones estadounidenses no tienen trascendencia para Irán. Se repite que, sea con el presidente de la política de la “máxima presión” –Trump– o con el vicepresidente que firmó el Acuerdo Nuclear, Joe Biden, la actitud de arrogancia estadounidense seguirá siendo la misma. “Dependiendo que quién sea el ganador se podrán dar algunos acontecimientos, pero eso no afectará las políticas iraníes”, sentenciaba un día antes de los comicios el Líder supremo Ali Jamenei.
Esta retórica que se repite en cada comparecencia oficial describe una realidad muy diferente a la que se vive en las calles o dentro de las casas, donde los comicios estadounidenses se siguen como si fueran propias. La sociedad iraní también está polarizada sobre quién era el ganador ideal.
Un ejemplo es la casa de Faezeh, una fotógrafa de 28 años que lleva días evitando encontrarse con su madre y su hermana para no tener que discutir de política. Faezeh pide no dar su apellido por lo sensible del tema. “Ellas están convencidas de que si Trump hubiese ganado la presión económica que ha impuesto contra Irán habría llevado a un cambio rápido de régimen”, explica. Esta es una posición largamente extendida entre un sector de la sociedad exhausta con este régimen que no cree que el país pueda resistir por mucho más tiempo la presión económica impuesta por el gobierno Trump desde que en el 2018 retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear entre Teherán y las grandes potencias.
Desde entonces, las sanciones han ido asfixiando a la economía local con la ayuda –sin duda- de los malos manejos y la corrupción. Todo esto antes de la llegada de la Covid. “Yo opino totalmente diferente a ellas”, agrega Faezeh que cree que una presidencia de Biden podrá volver a traer una mediana tranquilidad al país. “Él ha dicho que si ganaba volvería al acuerdo nuclear si Irán cumple con los compromisos”, dice Sanaz Behzadi, una contable de 32 años que cree que si Trump hubiera continuado Irán habría podido terminar en una situación similar a la de Iraq o Siria. “Los cambios en Irán tienen que llegar desde dentro”, explica.
No es solo la sociedad la que está dividida sobre el presidente que le conviene a Irán. Las altas esferas también lo están. A pesar de la retórica, la victoria de Biden es un respiro para el gobierno del presidente Rohani, que llegó al poder en el 2013 bajo la promesa del Acuerdo nuclear. Desde que se oteó su victoria, el rial ha vuelto a recuperarse frente al dólar.