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Kazajistán, que rechazó el primer filme de Borat, adopta ahora su frase para la campaña turística: “Very nice!”

Historias del mundo

La secuela, recién estrenada, sigue provocando protestas entre kazajos que se sienten “humillados”

AP

Ha vuelto Borat. El actor y productor británico Sacha Baron Cohen ha estrenado en la plataforma Amazon Prime Video la secuela de la polémica comedia que en el 2006 hirió no pocas sensibilidades en la ex república soviética de Kazajistán. Igual que entonces, esta parodia no ha pasado inadvertida. Ni para quienes siguen considerándolo un insulto a su país. Ni para las autoridades, que han aprovechado para lanzar una campaña turística utilizando la expresión más conocidas del personaje: “Very nice!”

La película satírica de hace 14 años, rodada como falso documental y cuyo título completo es Borat: lecciones culturales de Estados Unidos para beneficio de la gloriosa nación de Kazajistán , estaba dirigida principalmente al público estadounidense. Pero el retrato de Borat Sagdíev, un ficticio y grosero periodista kazajo que muestra al mundo su subdesarrollado país, levantó una gran polvareda en Asia Central.

La secuela, recién estrenada, sigue provocando protestas entre kazajos que se sienten “humillados”

Las autoridades de Astaná reaccionaron impidiendo que la película llegara a las salas de proyección o se vendiera en DVD. El acceso a la página web de la película también se bloqueó. El enfado por mostrar un país racista, sexista y primitivo llegó a tal punto que llegaron a amenazar con llevar a su autor a los tribunales internacionales.

Pero, con el paso del tiempo, algo fue cambiando. A pesar de las ácidas bromas en Estados Unidos y otros países, el público se quedó con la idea de que en el centro de Asia había un país que era, como decía Borat,very nice!”.

Para Kazajistán y para sus cuentas, el fenómeno Borat fue una auténtica revolución. En el 2012, el entonces ministro de Exteriores, Yerzhán Kazijánov, declaró su “agradecimiento” a Borat por “ayudar a atraer turistas”. Y es que con el tirón de la película las peticiones de visados para visitar Kazajistán se habían multiplicado por diez.

Con estos antecedentes, los responsables del turismo kazajo han querido aprovechar el tirón de la secuela.

La semana pasada Kazajistán Travel presentó su nuevo vídeo promocional. En la campaña se muestra a varios turistas que admiran la belleza del país, hacen senderismo por sus montañas, prueban el kumís (bebida de leche de yegua)y pasean por Astaná. Al final de cada escena, repiten: “Very nice!” (muy bonito, en inglés).

La idea de la campaña fue del estadounidense Dennis Keen, fundador de Walking Almaty. Nacido en Los Ángeles, llegó por primera vez a Kazajistán en el 2005 como estudiante en un programa de intercambio. Hoy trabaja como guía turístico en Almaty, la capital económica del país y su ciudad más poblada.

El proyecto, elaborado junto a Yemek Utemísov, copropietario de la start-up Froot.kz, recibió el visto bueno del Consejo de Turismo de Kazajistán. Según los creadores, la frase de Borat resume las cualidades de un país globalizado, y el vídeo muestra a unos habitantes modernos, inmersos en la cultura digital y que hablan otros idiomas. El vicepresidente del Consejo de Turismo, Kairat Sadvakásov, ha señalado que la frase de la película refleja de forma ideal el potencial turístico del país: “La naturaleza de Kazajistán es muy bonita; la comida es muy buena; las personas, a pesar de las bromas de Borat en sentido contrario, son de las más agradables. Queremos que todo el que venga en el 2021 y en los años siguientes vea que la patria de Borat es mejor de lo que puedan haber oído”, ha dicho en un comunicado.

Pero no todos en Kazajistán y otros países de su entorno han entendido Borat 2 ( Borat: siguiente película documental ) como una oportunidad. Antes del estreno, en las redes de Kazajistán y Rusia han circulado peticiones para prohibirla. Una de ellas –llamada Por qué Borat 2 debe cancelarse – ha recibido más de 110.000 firmas. El argumento es que “está llena de racismo y xenofobia”. También se han creado hashtags como #CancelBorat, al que se han sumado usuarios de internet molestos. “Como kazajo, fue muy ofensivo que millones de personas creyeran que toda la película era verdad”, dice Han en Twitter. “Los kazajos tenemos que ver nuestra bandera convertida en una broma, soportar estereotipos, nos sentimos incómodos. ¿Por qué hablan de sus problemas a nuestra costa?”, se pregunta en la misma red Fatija.

Poco antes de que se estrenara la película, el viernes 23 de octubre un pequeño grupo de manifestantes se reunió frente al consulado de Estados Unidos en Almaty para expresar su enfado con Borat.

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