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Crecen las protestas en Venezuela por la precariedad de los servicios públicos

En todo el país

La proximidad de las elecciones legislativas de diciembre pone en alerta al régimen chavista

Largas colas para reabastecerse de gasolina ante una estación de servicio de Maracaibo

Ariana Cubillos / AP

El malestar crece en Venezuela producto de la pandemia y la crisis económica. Al desabastecimiento general al que se han acostumbrado los venezolanos de clase media y baja se suma el abandono de los servicios públicos que esta semana ya han provocado más de un centenar de protestas en todo el país.

Las movilizaciones, convocadas a través de las redes sociales y espoleadas por sectores opositores, se han producido sobre todo fuera de Caracas, con problemáticas sociales a menudo invisibilizadas en relación a la capital.

El gobierno de Nicolás Maduro no está dispuesto a que las protestas escalen y envió a las fuerzas de seguridad a dispersar con contundencia las concentraciones más numerosas, como muchos participantes dejaron constancia con imágenes publicadas en las redes. Hubo varias decenas de detenidos, que posteriormente generaron más quejas antes las respectivas comisarías locales para que se liberara a los arrestados, en algunos casos con éxito.

Aunque las pequeñas manifestaciones se han reproducido luego en distintos lugares con menor asistencia, el lunes pasado fue el día que más quejas se sucedieron por todo el país. Más de setenta protestas ese día, según el recuento del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), concentradas en siete estados: Nueva Esparta, Lara, Sucre, Anzoátegui, Falcón, Aragua y Cojedes.

La gente protestaba principalmente por la escasez de combustible en las gasolineras y de gas de uso doméstico, una paradoja en un país petrolero

Esta organización asegura que durante el fin de semana pasado ya se habían producido altercados en otras regiones y que posteriormente hubo cacerolazos generalizados en la mayoría del país, alcanzando a 19 de los 23 estados venezolanos.

La gente protestaba principalmente por la escasez de combustible en las gasolineras y de gas de uso doméstico, una paradoja en un país petrolero que ha llevado a muchos ciudadanos a la edad de piedra, volviendo a usar leña en las casas. Los continuos cortes del suministro de agua y electricidad también forman parte de las quejas habituales.

No es novedad que los venezolanos sufran desabastecimiento y precariedad en los servicios públicos. De hecho, este tipo de protestas son continuas desde hace años. Según el OCVS, solo en agosto pasado hubo 748 pequeñas manifestaciones en todo el país para reclamar soluciones a una escasez que ya se ha vuelto crónica. Sin embargo, la proximidad de las elecciones legislativas del 6 de diciembre hace que las alarmas se disparen en la cúpula chavista.

El régimen pretende convertir los comicios en una demostración de normalidad democrática

El régimen pretende convertir los comicios en una demostración de normalidad democrática y no puede permitirse que el malhumor social se muestre en la calle. El autoproclamado presidente y titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha hecho un llamado a manifestarse junto a los maestros, que han convocado una protesta nacional para el 5 de octubre.

Guaidó encabeza el boicot a las elecciones promovido por la mayoría de partidos opositores, que no concurrirán, a pesar de que una fracción del antichavismo, capitaneada por el excandidato presidencial Henrique Capriles, sí acepta las legislativas tras lograr a principios de septiembre que Maduro indultase a 110 presos y procesados políticos.

Un grupo de personas en un bulevar de un sector con fallas eléctricas en Caracas.

MIGUEL GUTIERREZ / EFE

El desabastecimiento también alcanza a los alimentos y hospitales, que deben lidiar contra el coronavirus como pueden. Oficialmente, apenas hubo más de 600 fallecidos y 75.000 contagiados en Venezuela por la pandemia, unas cifras poco creíbles viniendo del régimen chavista.

Con una inflación del 3.000%, Venezuela se ha instalado en una situación económica insostenible para muchos de sus ciudadanos, lo que ha provocado la emigración al extranjero de cuatro millones de venezolanos en la última década, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). El 14% de la población.