Loading...

Bloomberg, machacado por sus rivales demócratas en un contencioso debate

Elecciones EE.UU.

Los precandidatos presidenciales endurecen sus ataques y acorralan al exalcalde de Nueva York por su trato a las mujeres y su opacidad fiscal

Michael Bloomberg recibió ataques de todos los demócratas

ETIENNE LAURENT / EFE

Golpes de todos y contra todos pero, sobre todo, contra Michael Bloomberg en el primer debate de los aspirantes demócratas a la Casa Blanca con el empresario y exalcalde de Nueva York en el plató y Bernie Sanders en una clara posición de liderazgo en la carrera por la nominación presidencial. Citados con otros cinco precandidatos en Nevada, tercera parada de la carrera, Bloomberg ha protagonizado un decepcionante estreno en el que ha sido machacado por sus rivales, que le han acorralado por los acuerdos de confidencialidad firmados con varias mujeres y su negativa a publicar de inmediato sus declaraciones de impuestos, dos temas que le han valido comparaciones con Donald Trump.

“Para ganarle vamos a necesitar la mayor participación electoral de la historia de Estados Unidos” y eso “no lo haremos” con un candidato como Bloomberg, ha disparado Sanders nada más comenzar el debate, citando su pertenencia a la clase de los multimillonarios y su política de registro de sospechosos (stop and frisk) que penalizó especialmente a negros y latinos. “Los demócratas correrían un enorme riesgo si queremos sustituir un millonario arrogante por otro”, apuntó rauda Elizabeth Warren, que recordó algunos de los epítetos dedicados por el empresario a las mujeres (“viejas gordas” y “lesbianas cara de caballo”). “Necesitamos a alguien diferente a Trump, no alguien mas rico”, apuntó Amy Klobuchar, que denunció la sugerencia del equipo de Bloomberg de que ella y otros candidatos deberían retirarse de la carrera para dejarle libre el espacio del centro.

Bloomberg se quedó sin habla cuando le sacaron sus acusaciones de sexismo

Bloomberg arrancó diciendo que ve “cero posibilidades” de que un candidato autodeclarado socialista pueda llegar a la Casa Blanca y se presentó como la persona mejor preparada para batir a Trump (“soy un neoyorkino y sé como enfrentarme a un neoyorkino arrogante”) pero se quedó rápidamente sin respuestas cuando sus rivales pusieron sobre la mesa episodios como el stop and frisk y sus débiles disculpas, sus posiciones pasadas sobre el Obamacare o su tardanza en publicar sus declaraciones de impuestos, llegando a calificar de “ridícula” la insistencia de sus colegas por verlo. Pero el tema que dejó al candidato casi sin habla fueron las acusaciones de sexismo.

“Espero que hayan oído su defensa: ‘sólo fui agradable con algunas mujeres’”, le afeó la senadora Warren, que acusó al empresario de firmar varios acuerdos de silencio con varias extrabajadores por supuestas agresiones sexuales y discriminación laboral. “¿Cuántos son ‘unos cuántos’?”, insistió ella. “Pocas llegaron a acusarme… Quizás no le gustó algún chiste que les hice”, respondió dubitativo Bloomberg. “¿Si quieren hablar, las dejaría?”, reaccionó Warren. “Esos acuerdos se hicieron de forma consensuada y todo el mundo esperaba que se mantuvieran en privado”, concluyó Bloomberg, desbordado por la presión. “Eso no funciona así”, terció Joe Biden. “Lo que ocurre en estos casos es que el alcalde y su abogado van [a la mujer] y le dicen que le darán equis cantidad de dinero si prometen no decir nada”.

De izquierda a derecha: Mike Bloomberg, Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Joe Biden, Pete Buttigieg y Amy Klobuchar

MARK RALSTON / AFP

El enfado con cómo Bloomberg, demócrata desde hace sólo dos años, ha saltado a la carrera presidencial (saltándose la primera ronda de primarias y financiando su campaña con su fortuna personal) y cómo puede fragmentar aún más en campo centrista dejó en un seguro segundo plano durante casi todo el debate a quien es de facto el líder de la carrera, el senador Sanders, a quien se interrogó sobre el rechazo de muchos estadounidenses a la idea de tener un presidente que se define como socialista.

“¡Qué maravilloso país este, nuestro socialista más famoso es un millonario con tres casas!”, disparó Bloomberg, la novena persona más rica del mundo según la lista Forbes, que rápidamente definió al senador como “comunista”. Sanders aprovechó para explicar lo que lleva años denunciando: que Estados Unidos es un país socialista para los ricos e individualista para los pobres y como ejemplo puso que el estado dé cupones de comida a trabajadores de Walmart, la primera cadena de distribución del país, porque con sus salarios no llegan a fin de mes. “Creo que lo único que tenemos en común Michael y yo es que a los dos nos han puesto dos stents, ¿verdad?”, le planteó Sanders cuando le interrogaron sobre su salud, obligando a Bloomberg a admitir haber pasado por una intervención similar. Sanders se olvidó de otras similitudes: ambos son neoyorkinos y tienen 78 años.

Bloomberg lanzó varios ataques al candidato Sanders

ETIENNE LAURENT / EFE

La estrella ascendente del ala centrista del partido, Pete Buttigieg, fue el más dedicado a atacar a Sanders y sus propuestas, que considera divisivas e incapaces de suscitar el consenso necesario para ganar las elecciones. “Debemos despertarnos como partido. En dos semanas podríamos despertarnos después del supermartes y encontrarnos con que los únicos candidatos que quedan sean Bernie Sanders y Michael Bloomberg, las dos personas más polarizadotas de este plató”, alertó Buttigieg, que se presenta como la vía intermedia capaz de unir al país.

“No deberíamos tener que elegir entre alguien que quiere acabar con su partido y alguien que quiere comprarlo”, recalcó el más joven de los aspirantes presidenciales, de 38 años, 40 menos que los dos rivales a los que se propone batir. Interrogado por su admiración juvenil hacia Sanders y su distancia actual con la gente de su generación, que apoya masivamente al senador y no teme la palabra socialista, respondió: “A mí me gustaba Sanders antes de que se pusiera de moda” pero “eso no quiere decir que estuviera de acuerdo en todo con él”.

Joe Biden y Pete Buttigieg conversan en privado en una pausa del debate

MARK RALSTON / AFP

Buttigieg también se reservó algunos dardos para la senadora por Minnesota Amy Klobuchar, cuya tercera posición en las primarias de Nuevo Hampshire la semana pasada amenaza su estrategia para controlar el espacio del centro. Hace unos días, en una entrevista con una televisión de Nevada Klobuchar fue incapaz de recordar el nombre del presidente de México y el asunto salió inmediatamente a relucir en el debate de anoche. La senadora pidió perdón por su “olvido momentáneo” pero Buttigieg no lo dejó pasar y le reprochó que trabaje en temas de seguridad fronteriza en el Senado y no sepa decir algo tan básico como el nombre del líder del país vecino.

“¿Me estás llamando tonta? ¿Te estás riendo de mí, Pete?”, le replicó indignada Klobuchar. “Diez años de experiencia en Washington no significa tener buen juicio”, insistió Buttigieg, que gusta de presentarse como alguien no contaminado por Washington. Klobuchar le reprochó una vez más su falta de experiencia antes de ser enérgicamente defendida por Warren. “Olvidarse de un nombre no significa de por sí que no entiendas lo que está pasando”, la salvó la senadora por Massachussets, que anoche protagonizó uno de sus mejores debates. Atacó las tácticas y el historial de Bloomberg, cuestionó (levemente) la capacidad de Sanders de unir al país y acusó a Buttigieg de no tener más que “una presentación en Power Point” sobre su reforma sanitaria, apenas “un post-it” en el caso de la senadora por Minnesota.

Los demócratas buscan a su candidato para las elecciones estadounidenses

MARK RALSTON / AFP

Su campaña anunció un fuerte aumento de las donaciones durante las dos horas que duró el debate para apoyarla en esta fase crucial. Más incisiva, certera y rápida que nunca, Warren se juega este sábado en Nevada y una semana después en Carolina del Sur el futuro de su candidatura, al igual que Biden. Los malos resultados obtenidos por el exvicepresidente en este estado y antes en Iowa por el exvicepresidente se tradujeron anoche en un desinterés generalizado por debatir con él, aunque tuvo también una de sus mejores actuaciones en los debates.

La discusión, celebrada en Las Vegas, a tres días de los caucus de Nevada (sí, este estado también utiliza el romántico y arcano sistema de las asambleas vecinales para valorar a los aspirantes a la Casa Blanca) puso de manifiesto lo mucho que se han escorado a la izquierda los demócratas desde el 2016 y hasta qué punto Sanders ha ganado la batalla ideológica al partido. También, el miedo a que detallar demasiado sus planes pueda ahuyentar a parte del electorado. Al margen de las corrientes actuales del partido, Bloomberg recibió no pocos aplausos del público cuando advirtió que la mejor manera de perder las elecciones ante Donald Trump es que los votantes vieran el debate de anoche. “Lo primero es ganar”, recalcó sin dar muchos más detalles de qué haría si llega a la Casa Blanca.

Si el campo de candidatos no mengua drásticamente en las próximas semanas todo indica que ni Sanders ni Bloomberg ni ninguno de los sus rivales tendrá votos (delegados) suficientes para alzarse con la nominación presidencial en la primera ronda, lo que dejaría la decisión final en manos de los superdelegados del partido, una figura de infame recuerdo para Sanders, que reclama que se proclame ganador a quien llegue en mejor posición. Sus rivales apostaron porque, si se llega al extremo de que ningún candidato tenga mayoría, se apliquen las reglas y sean los superdelegados quienes decidan. “Creo que debe prevalecer la decisión del pueblo”, discrepó el senador, que espera hacer una demostración más de la fuerza de su candidatura con un buen resultado este sábado en Nevada.

¿Los demócratas conseguirán arrebatar la presidencia a Trump?
Gracias por participar Tu voto ha sido contabilizado
57 8938
No
43 6690
poll_amp.error.message