La derecha de Mitsotakis logra la mayoría absoluta en las elecciones griegas
La Syriza de Tsipras no gobernará y se frena alrededor del 31% de los votos
Alexis Tsipras había planteado la campaña electoral como una batalla que luchaba a contracorriente. Veía que debía pelear contra un sistema mediático hostil, contra las imposiciones de los acreedores y el hastío de los griegos, hartísimos de tantos años de recesión. Confiaba en un milagro. “¿Quién habría pensado que el Liverpool podía ganar al Barcelona 4-0 en la Champions?”, llegó a decir. Pero ha perdido la guerra.
Después de cuatro años y medio termina el laboratorio de la izquierda radical griega. La Nueva Democracia de Kyriakos Mitsotakis ha ganado las elecciones por un 39,78% de los votos, una victoria arrolladora que le permitirá gobernar en solitario gracias al bono de 50 diputados, todavía vigente, que entrega el sistema electoral griego al vencedor. Los conservadores se han impuesto en la mayoría del país, como sucedió en las europeas, lo que confirma que la opinión de los griegos es uniforme: el país quiere un cambio.
Irá a la oposición
Syriza logra un mejor resultado que el esperado, con el 31,5% de los votos
Syriza, por su parte, se frenó en el 31,5% de los votos. Es un resultado muy digno, mejor que el auguraban las encuestas. Sólo han perdido cuatro puntos desde las elecciones de septiembre del 2015. Pasadas las nueve de la noche, Tsipras acudió cabizbajo al centro de prensa organizado para la ocasión para reconocer la derrota. “Respetaré la voluntad del pueblo”, empezó. “Hemos luchado con la cabeza alta y hoy de la misma manera aceptamos la voluntad de la gente, para llevar Grecia donde la hemos llevado hemos sufrido un gran coste político”.
Mitsotakis habló inmediatamente después para celebrar la victoria. Sus resultados también son mejores de los que preveían los sondeos, y logra la mayoría absoluta. “Pedí un mandato fuerte y me lo han dado con generosidad”, se congratuló. Él, que se ha propuesto hacer de Grecia una nación para el empresariado, avisó de inmediato que el Parlamento no descansará en verano, que piensa luchar para crear riqueza y empleo y que ahora “comienza una bonita lucha” para el país. Los 158 escaños alcanzados por Nueva Democracia, en la Cámara sobre un total de 300, suponen su mejor resultado de los últimos doce años.
Las otras noticias de la noche son los sorprendentes resultados de los partidos más pequeños. Contento estaría el exministro de Economía Yanis Varufakis, que logró entrar por los pelos en el Parlamento con su nuevo partido, Mera 25, obteniendo el 3,4% de los votos. Seguramente el mediático izquierdista ha podido capitalizar el voto de los griegos que se sintieron traicionados después de que Tsipras claudicara ante las exigencias de Bruselas y aceptara un tercer rescate, menos cuantioso que los anteriores (de 86.000 millones de euros), pero igual de doloroso.
Los neonazis de Amanecer Dorado, en cambio, se quedaron fuera de la Cámara. Mientras en el resto de Europa los partidos de extrema derecha viven un gran auge, en Grecia no tienen tanto éxito. Sí entró Solución Griega, una escisión ultraderechista de este partido, pero que ya no hace referencia a la nostalgia del nazismo.
El Movimiento por el Cambio (Kinal), partido heredero del viejo Pasok, se confirma como irrelevante. Se quedó rozando el 8% de los votos, una cifra con la que no tendrá ninguna manera de influir en la formación de un gobierno. No ha logrado convencer a los decepcionados por Syriza, y el centroizquierda ha apoyado mayoritariamente a Tsipras.
el adiós de syriza
“Hemos luchado con la cabeza alta y hoy aceptamos la voluntad de la gente”
El nuevo primer ministro jurará hoy el cargo a las 13 horas locales delante del presidente del país, Prokopis Pavlópulos. A partir de entonces los Mitsotakis volverán a tener el timón de Grecia. Hijo del ex primer ministro Konstantinos Mitsotakis (1990-1993); hermano de Dora Bakoyannis, que fue alcaldesa de Atenas y ministra de Exteriores; y tío del nuevo alcalde de Atenas, Kostas Bakoyannis, el líder de Nueva Democracia es heredero de una de los linajes con más poder de Grecia. Se educó en el prestigioso colegio privado ateniense American College of Athens, al igual que la mayoría de los políticos y empresarios griegos. Su currículum incluye estudios en las universidades estadounidenses de Harvard y Stanford y también experiencia financiera en plazas como McKinsey o Chase Manhattan Bank.
Al concluir su comparecencia, el líder de Syriza, visiblemente emocionado, se abrazó a los suyos entre los aplausos de la sala. Pero el soldado Tsipras piensa seguir presentando batalla. Sacó pecho de lo hecho, diciendo que recogieron un país de rodillas y lo han llevado a la senda del crecimiento económico. “Hace cuatro años nos encargamos de un país al borde de la quiebra. Hoy dejamos un país libre (de rescates), en crecimiento y con reservas en sus cajas, con el interés de la deuda al mínimo histórico”, presumió. Después rápidamente prometió que no es un adiós, sino un hasta luego, porque en el futuro luchará duro para que la derrota sea sólo temporal. La izquierda radical que se encaró a Europa vuelve a las trincheras de la oposición.