Normandía no acerca a los aliados
75.º aniversario del desembarco
Trump y Macron ofrecen visiones distintas sobre cómo gestionar el mundo
Había de ser –y lo fue– una fiesta entre viejos aliados, la renovación del compromiso mutuo y un homenaje a quienes se sacrificaron para liberar Europa del nazismo. Pero la celebración del día D, ayer, en Normandía, puso también en evidencia, de nuevo, el pulso entre dos concepciones ideológicas sobre cómo debe gestionarse el mundo.
Donald Trump exaltó las virtudes de la superpotencia estadounidense, sin manifestar voluntad alguna de compartir decisiones. Emmanuel Macron, en cambio, puso énfasis en los beneficios de la cooperación internacional.
Discurso en el cementerio
“Nuestro vínculo es indestructible”, promete el líder norteamericano
“Nuestro vínculo es indestructible”, afirmó el presidente de Estados Unidos, dirigiéndose a los aliados europeos, en un discurso en el cementerio americano de Colleville-sur-Mer, en Normandía, sobre Omaha Beach, la playa en la que hubo más bajas durante el desembarco. En la misma ceremonia, el presidente francés reivindicó la concertación entre las naciones e hizo un llamamiento muy personal a Trump, casi rogándole que su país siga fiel al espíritu del desembarco, hace 75 años, pues “América nunca es tan grande como cuando se bate por la libertad de otros”.
Trump pronunció un discurso de tono muy patriótico y contó historias personales de algunos de los veteranos presentes, más de un centenar. Fue una intervención extensa, casi de campaña electoral. El presidente se sentía cómodo en Colleville-sur-Mer, un santuario nacional tan sagrado como el cementerio de Arlington, junto a Washington. El camposanto sobre Omaha Beach no es, jurídicamente, territorio estadounidense, pero casi. Los franceses cedieron a perpetuidad las 70 hectáreas, por las que no deben pagar ningún tributo. Aunque los veteranos de la Segunda Guerra Mundial se extinguen a un ritmo de 300 al día, Trump sabe que ellos y sobre todo sus descendientes son un caladero electoral valioso que hay que cuidar. La Segunda Guerra Mundial genera un consenso interno como ninguna otra. Para la psique estadounidense, se trató de una guerra justa, “una cruzada”, dijo ayer Trump, y el desembarco de Normandía fue su momento más icónico.
El ruego de Macron
“EE.UU. nunca es tan grande como cuando se bate por la libertad de otros”
El presidente dijo que el éxito en Normandía y en la contienda se debió mucho al “espíritu excepcional” estadounidense y a un coraje fruto “de la abundancia de la fe”. Trump introdujo el término “excepcional”, una idea muy anclada en el imaginario nacional, la de país especial con un destino especial. Además de honrar el heroísmo bélico, recordó que aquella generación construyó luego un país próspero y fuerte que acabó derrotando al comunismo, que resolvió el problema de los derechos civiles, envió el hombre a la Luna y empujó hacia el futuro las fronteras de la ciencia y de la tecnología. “Hoy Estados Unidos es más fuerte que nunca”, constató. Según Trump, la victoria sobre la Alemania nazi perdurará no sólo más allá de los mil años que pretendía durar el III Reich sino “para siempre”.
Macron, que precedió a Trump en la tribuna y fue mucho más breve, quiso aprovechar la ocasión para hacer valer ante Trump otra filosofía, otra visión política, menos nacionalista y menos autorreferencial. Ya lo había hecho el miércoles la reina Isabel II de Inglaterra en Portsmouth. “Estados Unidos, querido presidente Trump, nunca es tan grande como cuando se bate por la libertad de otros, que cuando se muestra fiel a los valores universales que defendieron sus padres fundadores”, dijo el jefe de Estado francés. Macron usó los mitos estadounidenses, pero al revés que Trump.
Macron destaca ante Trump los logros de la ONU, la OTAN y la UE
“Debemos mostrarnos dignos de la herencia de la paz –enfatizó el titular del Elíseo–. Ser dignos de la promesa de Normandía es no olvidar jamás que los pueblos libres, cuando se unen, pueden superar todos los desafíos”. Fue una manera elegante, muy fina, de leerle la cartilla a Trump. Macron enumeró las iniciativas alentadas por Estados Unidos, después de la guerra, que contribuyeron al mundo actual, como la creación de las Naciones Unidas, de la OTAN y de la Unión Europea. Para el presidente francés, el compromiso con la libertad que encarna la herencia de Normandía es inseparable con el compromiso de cooperación entre las democracias del planeta. No mencionó la palabra multilateralismo, pero estaba más que implícita.
Macron y Trump se entrevistaron luego en la prefectura de Caen. Ante la prensa, hubo buenas palabras. Resaltaron su cooperación militar en zonas del mundo como el Sahel. Incluso pareció que no había discrepancias ni en el tema iraní. Los dos coincidieron en que Teheran no debe contar con armamento nuclear, pero evitaron exteriorizar sus diferencias sobre cómo llegar a ese objetivo.
Llamada al multilateralismo
El líder francés: “Los pueblos libres, al unirse, pueden superar todos los desafíos”
Las ceremonias sobre suelo francés, después de las que tuvieron lugar la víspera en Portsmouth, arrancaron con la colocación de la primera piedra de un monumento en honor de las tropas británicas –las más numerosas entre los contingentes aliados- que participaron en el desembarco. Fue en Ver-sur-Mer y estuvieron presentes Macron y la primera ministra Theresa May. Dirigiéndose a los presentes en inglés, el jefe de Estado francés aludió indirectamente al Brexit y dijo: “Pase lo que pase, siempre permaneceremos juntos porque es nuestro destino común. Los debates del presente no quitan nada, sino al contrario, a la fuerza de nuestra historia compartida y de nuestro destino común”.
El miércoles, al margen de una ceremonia para honrar a los resistentes franceses fusilados por los nazis en la prisión de Caen, Macron ya había aprovechado para reivindicar el multilateralismo, sin esquivar la palabra. “Las fuerzas aliadas que juntas nos liberaron del yugo nazi y de la tiranía son las mismas que fueron capaces de construir las estructuras multilaterales existentes después de la II Guerra Mundial –dijo-. No debemos repetir la historia y recordar lo que se construyó sobre la base de la guerra”. Macron ha sido insistente en su mensaje, pero en Normandía la fractura transatlántica no se ha soldado.