EE.UU. endurece los cargos contra Assange y le acusa de espionaje
Fundador de Wikileaks
Las acusaciones llevan a una nueva dimensión legal y política el caso contra el fundador de Wikileaks
Estados Unidos ha endurecido los cargos contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, para acusarlo no sólo de pirateo informático sino también de otros 17 delitos que incluyen el de espionaje y revelación de secretos oficiales. Así consta en los documentos del caso presentados ante un jurado de Alexandria (Virginia) y facilitados a los medios por el abogado de la exanalista de inteligencia del Pentágono Chelsea Manning, que indultado tras cumplir siete de los 35 años de prisión a los que fue condenado por violar la ley de espionaje.
“Assange, los asociados de Wikileaks y Manning compartían un objetivo común para subvertir las restricciones de la ley sobre información clasificada y para difundirla públicamente”, afirma el Departamento de Justicia en el documento de la acusación, que lleva a una nueva dimensión el caso contra Assange, que batalla desde Londres contra la demanda de extradición de emitida por Estados Unidos.
La Administración Trump ha concluido que las acciones de Assange pudieron causar “un gran daño” a EE.UU.
Las acusaciones llevan a una nueva dimensión legal y política el caso contra Assange. Mientras el presidente Barack Obama, a pesar de su dureza con las filtraciones informativas, renunció a presentar cargos contra el fundador de Wikileaks para evitar un conflicto relacionado con la libertad de prensa y la clasificación de sus actividades, la Administración Trump ha concluido que las acciones de Assange pudieron causar “un gran daño” a Estados Unidos y violaron la ley de espionaje. “Esto es una locura, es el final del periodismo sobre seguridad nacional y la primera enmienda”, ha asegurado Wikileaks en su cuenta de Twitter.
“Julian Assange no es ningún periodista”, ha defendido el jefe del departamento de seguridad nacional del Ministerio de Justicia estadounidense, John Demers, en declaraciones prensa. Los documentos publicados por la plataforma –referidos a las guerras de Irak y Afganistán y el penal de Guantánamo– pusieron en riesgo las vidas de varias personas en China, Irán y Siria, ha asegurado. “No se le acusa simplemente por ser un editor”, ha defendido el fiscal general del distrito judicial de Virginia en el que se ha presentado la acusación, Zach Terwilliger. Manning, por su parte, volvió a ingresar en prisión la semana pasada tras negarse a declarar contra Assange.
Para algunos, la iniciativa forma parte de una ofensiva más amplia de la Casa Blanca contra los medios de comunicación en general. “Una sorprendente escalada de la Adminsitración Trump guerra contra la prensa”, afirma The Daily Beast, que resalta que es la primera vez en la historia moderna que “un editor” es acusado de revelar secretos gubernamentales de acuerdo con la ley de 1917. La iniciativa “suscita profundos temas relacionados con la Primera Enmienda”, afirma The New York Times en referencia al pasaje de la Constitución estadounidense que protege la libertad de prensa. “Cualquier gobierno que use la ley de espionaje para criminalizar la recepción y publicación de información clasificada plantea una nefasta amenaza a los periodistas que quieren publicar información de interés para el público, al margen de la conclusión del Departamento de Justicia de que Assange no es ningún periodista”, sostiene en un comunciado Bruce Brown, director ejecutivo de la asociación profesional Reporter Committee for Freedom of the Press.