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La ultraderecha europea se reúne para apoyar a Matteo Salvini en Milán

En una manifestación

La dimisión del vicecanciller austríaco del FPÖ ensombrece la convocatoria

Matteo Salvini saluda a los manifestantes en apoyo de la ultraderecha europea

Miguel Medina / AFP

Una manifestación con el Duomo de fondo y once invitados de lujo, representantes de partidos de ultraderecha de media Europa que han desembarcado en Milán para aparecer junto al ministro del Interior italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini, en su ofensiva xenófoba para conquistar las instituciones europeas. Entre los que han subido al escenario había dos figuras de peso, la francesa Marine Le Pen y el holandés Geert Wilders, que han repetido su “basta Islam”. Decenas de autobuses han llegado desde toda Italia para apoyar esta suerte de internacional ultraderechista en el mayor acto electoral de la Liga durante esta campaña para las elecciones europeas. Al final, Salvini ha conseguido su deseada imagen de unidad.

“Aquí no hay extremistas, no hay fascistas, los extremistas son los que han gobernado Europa estos últimos 20 años”, afirmaba un Salvini más desatado que nunca desde el podio. Ha citado los papas Benedicto XVI y Juan Pablo II, el cardenal contrario a Francisco Robert Sarah, a Oriana Fallaci y hasta a Churchill para defender su cierre de puertos y las raíces judeocristianas de Europa, los mismos argumentos que le ha enseñado el exasesor de Trump en la Casa Blanca, Steve Bannon. “Si hacemos que la Liga pase de primer partido de Italia a primer partido de Europa, aquí no entra nadie más”, ha asegurado antes de despedirse encomendando su victoria a la virgen María y de abrazarse con Le Pen.

Le Pen y Salvini han acaparado todos los focos

Miguel Medina / AFP

El objetivo era lograr que 100.000 personas escenificasen demostración de fuerza para lograr su ansiado grupo extremista en Bruselas. “100.000 italianos para hacer historia”, decían sus organizadores. Es decir, el doble de personas que reunió Salvini en febrero del año pasado, cuando juró sobre la Biblia en la misma plaza del Duomo. Todavía no hay cifras oficiales de participación, pero el líder de la Liga se jugaba mucho en este acto. Debe quedar bien con sus aliados europeos, un grupo variopinto. Además de Le Pen, que puede ganar en Francia con Reagrupación Nacional al partido En Marcha de Emmanuel Macron, y el euroescéptico de extrema derecha holandés, Geert Wilders; se encuentran en Milán representantes de Alternativa para Alemania, el FPÖ austríaco, así como ultras venidos de Bulgaria, Eslovaquia, República Checa, Estonia, Flandes, Dinamarca y Finlandia. No ha participado nadie de Vox, y la Liga no ha aclarado por qué. Todos se han alabado la figura de Salvini y le han terminado de coronar como rey de la ultraderecha en Europa. Al final del acto, había hasta peleas para conseguir una selfie con Il Capitano.

El objetivo de los ultraderechistas es lograr que 100.000 personas escenifiquen una demostración de fuerza para lograr su ansiado grupo extremista en Bruselas

“Estar aquí es importante para dar fuerza a nuestro Matteo Salvini, que está siendo atacado por todos lados, por sus adversarios y también en el Gobierno”, comentaba Jenny, una italiana que ha venido desde Roma. Alcaldes y figuras políticas de la Liga han llevado a cabo antes una pequeña marcha por las calles de Milán hasta la plaza del Duomo, donde ha tenido lugar el acto final.

Geert Wilders, Matteo Salvini, Marine Le Pen, Veselin Mareshki, Jaak Madison,yTomio Okamura en el acto de este sábado

Miguel Medina / AFP

En la plaza, las banderas liguistas, italianas, francesas y de la Padania –la nación imaginaria que defendía la Liga antes de la llegada de Salvini al poder- han sido ocultadas por los paraguas. Tambien había un par de banderas independentistas catalanas, como suele ser habitual en los aquelarres de la Liga en Italia. La lluvia ha ensombrecido el acto, pero quizás el peor mazazo ha sido la crisis en sus aliados austríacos del FPÖ, que a Milán han enviado un eurodiputado. El Gobierno de coalición de conservadores y ultraderechistas en Austria se tambalea después de que este sábado haya dimitido el vicecanciller ultra, Heinz-Christian Strache, porque ha salido a la luz un vídeo de julio del 2017 en el que este supuestamente negocia favores económicos con la presunta hija de un oligarca ruso a cambio de respaldo en las elecciones generales que Austria iba a celebrar en octubre de ese año. No se ha hablado de esto.

Lo que más ha ensombrecido el inicio de la reunión es la crisis en sus aliados austríacos del FPÖ, que a Milán han enviado un eurodiputado

Tampoco Salvini pasa por sus mejores momentos. El viceprimer ministro italiano está agotado tras unas semanas muy intensas, repletas de rifirrafes constantes con el Movimiento 5 Estrellas, su socio de Gobierno. Las últimas encuestas que se podían publicar señalaban que ha tocado techo y comienza a perder apoyos, aunque siga encabezando los sondeos. No ha ayudado que uno de sus colaboradores esté siendo investigado por presuntamente haber aceptado sobornos de un empresario vinculado con la mafia.

Pero hoy en Milán, todo esto da igual. “Aquí estamos para apoyar en todo a nuestro Capitano”, señala Mari, una liguista que viste todos los colores y banderas corporativas. “Por fin ha conseguido unir a todos los partidos al lado de Italia y ya no somos los últimos en Europa”.