Brunéi dice que no impondrá la pena de muerte a los homosexuales
Derechos humanos
El sultanato cede a la presión internacional, pero mantiene otras formas de castigo
Por una vez, parece que la presión internacional ha surtido efecto. Apenas un mes después de que el sultanato de Brunéi fuese objeto de duras críticas en todo el mundo por introducir una regulación que contempla la muerte por lapidación para los que mantengan sexo homosexual o los adúlteros, el sultán de este rico país, Hassanal Bolkiah, reculó ayer al anunciar que extenderán una moratoria sobre la pena capital para estos delitos.
Fue durante un discurso televisado con motivo del inicio del mes de Ramadán, en el que dijo ser consciente de la existencia de “muchas preguntas y percepciones erróneas” respecto a la implementación de la nueva legislación basada en la visión más rigorista de la ley islámica. “En las últimas dós décadas, hemos practicado una moratoria de facto a la ejecución de la pena de muerte en casos de ley común. Esto se aplicará también en los casos de la sharia que ofrece un amplio margen de exoneración”, explicó el monarca. Como guinda, también anunció que su país ratificará la convención de la ONU contra la tortura que firmó hace siete años para “mantener nuestros compromisos y obligaciones internacionales”.
El sultán aprueba una moratoria indefinida en su estricta versión de la ‘sharia’
En este pequeño reino en el que abundan los hidrocarburos y el sultán mantiene el control con puño de hierro, el Código Penal ya contempla desde hace años la pena de muerte para algunos delitos como el de asesinato premeditado o el tráfico de drogas. Sin embargo, el país lleva desde 1957 sin ejecutar a nadie, una situación que parece que va a continuar pese a los nuevos castigos consignados en la nueva regulación, cuyo anuncio hace unas semanas originó protestas y llamamientos al boicot de gobiernos occidentales o artistas como George Clooney y Elton John.
La noticia fue bien recibida por las organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTI de todo el mundo. No obstante, todavía queda por dilucidar qué sucederá con otros castigos severos que también fueron aprobados hace un mes, incluidos los 40 azotes o hasta 10 años de cárcel para las mujeres condendas por mantener relaciones sexuales lésbicas o la amputación de una mano o un pie por robo.
“Realmente, no cambia nada. Este anuncio no hace nada por abordar las otras muchas preocupaciones sobre derechos humanos que hay sobre la sharia”, dijo Matthew Woolfe, fundador del grupo The Brunei Project. Una opinión similar compartió Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch. “Toda la ley es una monstruosidad que abusa de los derechos humanos y que debería ser eliminada”, explicó.