Mueller no halla vínculos de conspiración entre Trump o sus colaboradores con Rusia
‘Rusiagate’
El presidente Donald Trump logró ayer su mayor reivindicación en su mandato. “Completa exoneración, no colusión y no obstrucción de la justicia”, proclamó
A pesar de su euforia, los demócratas, inversamente decepcionadados, aún no tiran la toalla
Después de pasarse casi dos años bajo sospecha y de repetir más de 200 veces –al menos 73 en Twitter– su mantra de “no colusión”, el fiscal especial Robert Mueller le ha dado la razón, siempre según el resumen que el fiscal general William Barr remitió a los legisladores tras revisar y sopesar el ansiado informe. Un total de 22 meses de trabajo del equipo de Mueller –19 abogados, 40 agentes del FBI, además de analistas de inteligencia y otros funcionarios– se resumen con esta frase que escribió el Barr en su texto de cuatro folios:
“La investigación del abogado especial no encontró que ningún miembro de la campaña de Trump o asociado conspirara o se coordinara con los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones presidenciales de 2016”.
Para despejar cualquier duda, añade una cita textual del informe. “La investigación no establece que miembros de la campaña de Trump conspiraran o se coordinaran con el gobierno de Rusia en sus actividades de interferencia en las elecciones”.
La posible obstrucción a la justicia, el otro gran asunto
En el otro gran asunto, el de la posible obstrucción a la justicia, provocada por el despido en mayo de 2017 del entonces jefe del FBI, James Comey al negarse a la petición de Trump de olvidarse del Rusiagate, tiene una resolución mucho más polémica, en la que la exculpación no es al 100%.
Mueller sostiene, siempre según Barr, que su extensa investigación “no concluye que el presidente cometiera un crimen, pero tampoco lo exonera”. Tal cual.
Barr, que asumió el cargo hace cinco semanas y su elección ha estado rodeada de suspicacias por el papel que iba a jugar en este asunto, dice en su resumen que la investigación de Mueller “no es suficiente para establecer que el presidente cometió una ofensa de obstrucción de la justicia”.
El fiscal general ha realizado su revisión a lo largo de este fin de semana, junto al número dos del Departamento de Justicia, Rod Rosestein, una vez que el viernes por la tarde recibieron el esperado trabajo de Mueller. En sus casi dos años de labor, su oficina ha realizado 2.800 citaciones, ha tomado declaración a unos 500 testigos, ha dictado 13 requisitorias a gobiernos extranjeros en busca de evidencia y desarrollado la menos 50 registros.
“Nuestra determinación –aclara Barr sobre el descarte de la obstrucción– la hicimos sin tener en cuenta, y no está basado en ello, sin tener en cuenta las consideraciones constitucionales que rodean a la acusación e imputación criminal de un presidente en ejercicio”. Este era otro debate, si se le podía acusar o no.
Pasado un rato más que suficiente, el Twitter de Trump seguía extrañamente en silencio. Este domingo se había limitado a tuitear un “buenos días, que tengáis un buen día” y su lema hagamos américa grande de nuevo, su MAGA en inglés.
Hubo que esperar a que fuera a abordar el avión para regresar a Washington (el viernes voló a Mar-a-Lago, su mansión en Florida) para escucharle. “Tras una larga investigación, mucha gente dañada por todo esto, sin que se haya mirado a lo que hizo el otro lado, cosas horribles que han pasado, cosas horribles para nuestro país, la conclusión es que no hay colusión con Rusia, la cosa más ridícula que he oído jamás. Tampoco hay obstrucción ni nada de nada. Total y completa exoneración”, insistió.
Sin aceptar preguntas, prosiguió: “Es una vergüenza que el país y su presidente tengan que pasar por esto, incluso antes de ser elegido, por una investigación fallida que empezó de forma ilegal. Espero que alguien ahora mire al otro lado”, en alusión a que se investigue, a partir de las teorías conspirativas, a los demócratas e incluso a Barack Obama.
Los problemas y las dudas sobre Trump no se acaban
Dado el clima de sospecha permanente, el resumen realizado por Barr despertó críticas al instante. “El Congreso votó 420-0 para que se hiciera público el informe Mueller en su totalidad, no un ‘sumario’ de un fiscal general que fue seleccionado cuidadosamente. Barr debe hacer público el informe en su totalidad de inmediato”, señaló la senadora Elizabeth Warre, una de las progresistas que ha anunciado su aspiración de optar a la presidencia en los comicios de 2020.
Mueller, al que este domingo se le vio yendo a una iglesia a cruzar de calle de la Casa Blanca, no ha participado en la elaboración del resumen de su indagación, una circunstancia que algunos consideraron maliciosa.
Mientras el bando trumpista se frotaba las manos –Rudy Giuliani, uno de los abogados del presidente, confesó que “el resultado es mejor de lo esperado”-, otros legisladores demócratas se sumaron a ese coro reclamando tener acceso a la totalidad. La difusión de los puntos claves, como lo definió Barr, puede ser así el inicio de una larga batalla constitucional entre el Congreso y el Departamento de Justicia sobre si el informe Muelle ha de ser o no público. Según Barr, se ha recopilado material sensible que ha de estar sujeto a restricciones.
Al poco de recibir la carta del fiscal general, el representante Jerry Nadler, presidente del comité judicial de la House, tuiteó que tiene la intención de citara Barr a declarar respecto a “las preocupantes discrepancias y la decisión final del Departamento de Justicia”, Todo apunta a que se refería a la decisión de Barr de negar la obstrucción de justicia.
La investigación respecto a la interferencia del ejecutivo de Vladimir Putin ha golpeado al gobierno Trump desde el inicio. En su resumen, Barr remarca Rusia realizó operaciones para influir en las elecciones de 2016, mediante desinformación y el usos de las redes sociales. Y recuerda que piratas informáticos se infiltraron en el correo de la candidata Hillary Clinton y su campaña.
Media docena de colaboradores de Trump han sido imputados o condenados por crímenes durante la campaña, bien por conspiración o por mentir a los investigadores. Hasta 25 oficiales de la inteligencia rusa o expertos en el manejo de las redes sociales han sido imputados por el fiscal especial durante este asunto. Pero no implicó a estadounidenses.
A pesar de proclamar su victoria, los problemas y las dudas sobre Trump no se acaban. En Nueva York hay otro sumario.