Congo teme a las urnas
Escenario de tensión
La represión y las irregularidades ante las elecciones de mañana amenazan con desestabilizar de nuevo el país
Guerra? Por supuesto que estas elecciones pueden desencadenar una guerra. El poder está en juego”. Hace unas semanas en Likasi (Katanga), en el sur de la República Democrática del Congo, el general André Lokotongo se ahorraba la prudencia propia del uniforme para calibrar el riesgo de los comicios presidenciales de mañana. Es difícil imaginar un escenario de mayor tensión.
Después de retrasar una semana la jornada electoral en el último momento, la Comisión Electoral alegó anteayer que, a causa de la violencia y de la crisis del Ébola que ha provocado más de 300 muertos, dos provincias del este del país muy favorables a la oposición —más de 1,2 millones de electores— deberán votar en marzo, cuando ya se conozcan los resultados.
Kabila ha vetado a un candidato y prohibido mítines; el censo incluye siete millones de identidades dudosas y dos provincias no votarán... hasta el mes de marzo
Candidatos opositores y miembros de la sociedad civil congoleña calificaron la medida surrealista como un ejemplo más de las enormes irregularidades llevadas a cabo por el Gobierno para mantener el poder, que en los últimos meses ha reprimido manifestaciones, ha prohibido mítines de la oposición, ha hostigado a periodistas críticos y ha impedido presentarse a los comicios a Moïse Katumbi, uno de los políticos más populares del país. También ha presentado un censo con más de 7 millones de identidades sospechosas o sin huellas dactilares y ha prohibido la presencia de observadores occidentales durante las elecciones.
En el marco de este contexto explosivo, el país se enfrenta a un reto literalmente histórico: desde su independencia de Bélgica en 1960, jamás ha vivido una transición de poder pacífica. Y el cambio es obligado porque Joseph Kabila, presidente desde el año 2001, no puede presentarse a la reelección. De hecho, los comicios deberían haberse celebrado en el 2016, cuando expiró legalmente el segundo y último mandato de Kabila, quien fracasó en su intento de cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder. Tras una infinidad de retrasos y protestas con sangre en las calles, Kabila cedió y convocó finalmente las urnas, pero no se echó a un lado del todo. Ahora busca mantener el poder con su delfín. El exministro del Interior, de 57 años, Emmanuel Ramazani Shadary es el hombre de paja elegido por Kabila para conservar el trono del Palais de la Nation. Sin disimulo, además. El hermano y la hermana del aún presidente son miembros del equipo de Shadary. El perfil bajo de Shadary hace temer que Kabila busque un retorno “a la Putin” y, tras manejar los hilos con un títere durante un mandato, vuelva a presentarse en 2023.
Para el cofundador de los movimientos populares congoleses Filimbi y Lucha, Yves Makwambala, Shadary no tendría ninguna posibilidad de ganar si las elecciones fueran libres y justas. Pero en conversación telefónica desde su exilio en Bélgica, Makwambala duda de que lo vayan a ser. “La credibilidad de los comicios es nula”, opina. El activista congolés no descarta incluso otra sorpresa, como un nuevo retraso o la anulación de los comicios. “Espero cualquier cosa. Han buscado cientos de pretextos absurdos para retrasar las elecciones, así que personalmente creo que buscan provocar una revuelta o un conflicto para mantenerse por la fuerza”.
Desde la comunidad internacional se observa la situación con preocupación. Ayer, la Unión Europea tildó de “completamente injustificada” la decisión del Ejecutivo de Kabila de expulsar a su embajador, Bart Ouvry, como represalia por las sanciones internacionales sobre Shadary por su implicación en la represión sangrienta de las manifestaciones contra el presidente.
Pese a las trabas a los aspirantes y a que la campaña de Shadary ha contado con la financiación y los medios ilimitados de las arcas del Estado, no todos descartan la sorpresa. Congo Research Group, un think tank de Nueva York, publicó ayer unas encuestas que dan como vencedor al principal candidato opositor, Martin Fayulu, líder de una coalición de partidos, con un 44% de los votos, seguido por Felix Tshisekedi, con el 22%. Según CRG, el candidato de Kabila sólo lograría el 18%.