En su primera comparecencia pública tras la cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo que esperaba que Corea del Norte diera pasos importantes hacia el desarme nuclear durante el primer mandato de Trump. Analistas de defensa estadounidenses han dicho que Kim retiene hasta 60 bombas nucleares y una variedad de misiles, incluidos algunos que dice que pueden alcanzar Nueva York.
“Esperamos que podamos lograr eso en los próximos dos años y medio”, afirmó el principal diplomático estadounidense cuando se le preguntó cuán pronto los EE.UU. querían que Corea del Norte empezara a desmantelar su programa de armas nucleares. “Esperamos que podamos hacerlo. Queda mucho trabajo por hacer”.
Mike Pompeo
“Esperamos que podamos lograr eso en los próximos dos años y medio”
En una rueda de prensa celebrada tras una reunión con sus homólogos de Corea del Sur y Japón, Kang Kyung-wha y Taro Kono, Pompeo subrayó que el Gobierno Trump sigue apostando por la “desnuclearización completa, verificable e irreversible” por la que abogó antes de la cumbre.
Las palabras de Pompeo, recogidas por la agencia Yonhap, llegan en respuesta a la vaguedad de los términos empleados en la declaración conjunta que Kim y Trump firmaron al final de su histórica cita en Singapur el martes.
Trump y Kim firmaron un texto en el que se comprometen a abrir una nueva era de relaciones y a establecer “una paz estable y duradera” mientras Washington brinda garantías de supervivencia al régimen y ambos trabajan para lograr la desnuclearización de la península coreana. Sin embargo no se detallaron mecanismos concretos ni plazos de implementación para ninguno de los puntos, algo que según Washington se irá negociando en sucesivas conversaciones.
Ante la pregunta formulada el miércoles por un periodista que preguntó por qué el documento de la cumbre no mencionaba una desnuclearización completa y verificable, Pompeo dijo: “Me parece una pregunta insultante y francamente ridícula. Solo tengo que ser honesto contigo, es un juego, es un juego, y uno no debe jugar juegos con asuntos serios como este”.
La falta de detalles contribuyó a un aire de escepticismo en Washington sobre lo que logró Trump. Mientras que el presidente ganó el elogio general por hablar con Kim, en lugar de tuitear con él, incluso algunos republicanos buscaban pistas concretas y sondeaban con cautela la celebración.
Pompeo también aseguró que no se relajarán las sanciones sobre Corea del Norte
Pompeo también aseguró en la rueda de prensa que no se relajarán las sanciones sobre Corea del Norte antes de alcanzar la mencionada “completa desnuclearización” y que Kim “entiende la urgencia” que requiere un proceso que, aseguró, se implementará de manera “secuencial y con condiciones”.
Con respecto a la suspensión de maniobras conjuntas anuales de Corea del Sur y EE.UU. anunciada por sorpresa por Trump al término de la cumbre, la canciller surcoreana, Kang Kyung Wha, descartó que la alianza Seúl-Washington se vaya a resentir por este motivo y dijo que es un tema que “deben decidir mediante conversaciones las respectivas autoridades de defensa”.
Corea del Norte considera estos ejercicios como un ensayo para invadir su territorio, por lo que las palabras de Trump se interpretan como una concesión hacia el régimen para lograr que avance en su desnuclearización.
Pompeo, que también se reunió con el presidente surcoreano para detallarle los resultados de la cumbre, viaja hoy a Pekín para continuar la ronda de contactos regionales tras la histórica cita de Singapur.