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Las mil caras de Franco y las entrañas de su policía política

Entre libros

'Generalísimo', de Javier Rodrigo, y 'La Secreta de Franco', de Pablo Alcántara, aportan nuevos matices sobre el dictador español y el régimen opresor que instauró

El presidente estadounidense Gerald Ford y Francisco Franco en un desfile en Madrid, 1975

Dominio público

El objeto de la historia no es solo aquello que realmente sucedió, sino también las diversas maneras que ha habido de interpretarlo, unas más objetivas que otras. En Generalísimo. Las vidas de Francisco Franco, 1892-2020, Javier Rodrigo, catedrático de la UAB, aborda la trayectoria de Franco a través de los diversos nombres por los que fue conocido o se designó a sí mismo: Paquito, Comandantín, General, Generalísimo, Caudillo… 

El autor no se propone trazar la vida de su protagonista, sino acercarse a las diversas maneras en que se ha representado su figura a lo largo del tiempo. De este modo, nos sumerge en relatos contradictorios, como el del buen dictador, austero y paternalista, o el del supercriminal, traidor a la República y represor despiadado de sus enemigos.

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Para cumplir con el objetivo de su investigación, Rodrigo ha consultado un maremágnum de biografías de distinta índole, algunas propagandísticas y otras críticas. Esta base documental fundamenta un completo análisis de la imagen que los españoles llegaron a formarse, en distintas etapas, del vencedor de la Guerra Civil. 

Las exageraciones y los mitos, en muchas ocasiones, han sustituido a la simple verdad y alimentado especulaciones sensacionalistas, como la teoría de que el general no fue el padre biológico de su única hija, Carmen. En este sentido, Rodrigo se inclina por huir de los extremos: “Ni genio absoluto ni gusano mediocre”. Lo más probable, a su juicio, es que fuera un narcisista convencido de ser la encarnación de España.

Su guardia pretoriana

Si el dictador es objeto aún del máximo interés historiográfico, lo mismo puede decirse de su régimen. Entre los trabajos que se han publicado sobre el período en el pasado año destaca La Secreta de Franco, un estudio de la Brigada Político-Social, es decir, de la policía política. 

A partir de la documentación de archivo que reunió para su tesis doctoral, Pablo Alcántara detalla quiénes fueron los agentes de este cuerpo siniestro. Sus expedientes permiten establecer distintas tipologías: encargados de las detenciones y las torturas, responsables de tareas propagandísticas, infiltrados en las organizaciones opositoras… Todos tenían en común una fidelidad sin fisuras al sistema franquista.

Franco, entre Moscardó y Serrano Suñer, en 1938

Dominio público

Con la llegada de la democracia, estos individuos permanecieron en las estructuras policiales con la excusa de la lucha contra ETA. No fueron juzgados por sus crímenes: unos se jubilaron en condiciones ventajosas y otros continuaron en activo. Uno de los más famosos es el excomisario José Manuel Villarejo, miembro de la Brigada Político-Social en los setenta y, más tarde, espía al servicio de distintos partidos y empresas.

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