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El cerebro, de los egipcios hasta hoy

¿Cómo ha entendido el ser humano el papel y las partes del cerebro a lo largo de la historia?

El cerebro. Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

cerebro creatividad

El cerebro es uno de los grandes enigmas de todos los tiempos. Su actividad ha fascinado a filósofos y médicos, y desvelar sus misterios se ha convertido en uno de los desafíos del siglo XXI. La ciencia actual, desde perspectivas multidisciplinares, se devana los sesos intentando, precisamente, comprender su funcionamiento. Pero ¿cuál ha sido nuestra comprensión de este órgano a lo largo de la historia documentada?

En la Antigüedad

EGIPTO (2500 a.C.). Los antiguos egipcios momificaban el cuerpo de los difuntos. Durante este proceso, extraían los órganos y los guardaban en vasos canopos para ser utilizados en el más allá. A diferencia del corazón o del hígado, el cerebro se desechaba, porque se consideraba una víscera de segunda categoría. Los médicos intuyeron que aquello que los sacerdotes rechazaban constituía la base de la esencia humana, y entienden que su mal funcionamiento es la causa de muchas enfermedades.

Paradójicamente, la cultura egipcia proporciona uno de los tratados médicos más antiguos. Conocido como Papiro Edwin Smith (2500 a. C.), describe con detalle casos de lesiones cerebrales, sus tratamientos y sus desenlaces.

Vasos canopos egipcios, c. 900-800 a.C. The Walters Art Museum, vía Creative Commons.

TERCEROS

SUDAMÉRICA (2000 a.C.). Al otro lado del Atlántico, las civilizaciones preincas conocen remedios para enfermedades como la epilepsia o la migraña. La trepanación es uno de ellos. A medio camino entre la cirugía y la magia, esta práctica está muy extendida. Así lo demuestran las múltiples evidencias arqueológicas halladas en la zona.

La trepanación consiste en horadar la parte superior del cráneo con fines terapéuticos. Se realiza desde la prehistoria para corregir la presión sanguínea y paliar ciertas enfermedades mentales o neurológicas, entre otros fines. Las calaveras halladas en numerosos yacimientos con signos de trepanación indican que el enfermo sobrevive a esta práctica, pero no revelan si el problema se subsana.

GRECIA (450-170 a.C.). En plena cultura helénica se abre el debate sobre qué órgano –si el cerebro o el corazón– alberga el pensamiento. Alcmeón de Crotona, médico griego del siglo V a.C., es el primero en defender que el cerebro es el origen del pensamiento. Contrario a él, un siglo después, Aristóteles dice que el cerebro sirve para enfriar las sensaciones emitidas por el corazón, aunque acierta al sugerir que existe la retentiva a corto y largo plazo.

A medida que crece el interés filosófico por la mente humana, se avanza en el conocimiento médico de la anatomía del cráneo y de su interior.

En el siglo III a.C., Herófilo y Erasístrato de Alejandría describen la estructura del cerebro y los ventrículos cerebrales (pequeñas cavidades en que se genera un líquido que protege el tejido cerebral), tras realizar disecciones humanas. Siglo y medio después, el griego Galeno asegura que facultades como la memoria, la emoción, los sentidos y la cognición residen en estos ventrículos.

La figura del barbero o el cirujano ambulante se dedica a "extirpar" la llamada piedra de la locura.

Edad Media

EUROPA (1100-1500 d. C.). La Iglesia prohíbe diseccionar el cuerpo humano y estudiar la anatomía. Buena parte de la actividad científica cesa, pero los experimentos clandestinos y la cirugía primitiva continúan. Lo ejemplifica la común figura del barbero o cirujano ambulante, que "extirpa" la denominada piedra de la locura: se cree que las enfermedades mentales proceden de las protuberancias cerebrales, y el curandero las extrae realizando un pequeño corte en el cráneo del paciente. Después de un juego de manos, muestra la piedra considerada la causante de la locura.

Los auténticos cirujanos, sin embargo, son los clérigos doctos, que practican la medicina de una manera extremadamente cuidadosa para no actuar en contra de la prohibición clerical.

Dibujo del cerebro por Vesalio. Imagen: Wellcome Collection. CC BY.

TERCEROS

Edad Moderna

ITALIA (1543). En pleno Renacimiento, y sin el peso de la Inquisición más acérrima, el conocimiento de la anatomía y de las funciones del cerebro avanza tímidamente. Andrés Vesalio, científico belga y profesor en la Universidad de Padua, realiza estudios anatómicos de este órgano, que publica en De humani Corporis Fabrica, uno de los primeros y más extensos tratados de neurología, considerado la base de la anatomía cerebral moderna.

Vesalio se enfrenta a la teoría clásica según la cual las facultades mentales residen en los ventrículos, y las sitúa en el tejido que los envuelve. Descubre que el cerebro de algunos mamíferos tiene la misma estructura que el de los humanos. Pero, dado que aquellos no disponen de razonamiento, los ventrículos no pueden albergar funciones como la emoción o la memoria.

FRANCIA (1649). El cerebro en relación con el resto del organismo se convierte en motivo de estudio. René Descartes lo aborda desde la filosofía y la fisiología (incluso realiza disecciones anatómicas), llegando a escribir innumerables obras en torno al dualismo mente-­cuerpo. Como científico, anuncia la teoría del reflejo, que describe los mecanismos de reacción automática del cuerpo en respuesta a los estímulos externos que el cerebro procesa. Como filósofo, establece el que se conocería como pensamiento cartesiano, cuya máxima es “Pienso, luego existo”.

Ilustración de René Descartes que explica cómo el cerebro desarrolla la respuesta reflejo.

TERCEROS

ITALIA (1791). Tras sus experimentos con ranas, Luigi Galvani demuestra que existe actividad eléctrica en tejidos vivos, como músculos o nervios. Cree que un “fluido eléctrico” secretado por el cerebro proporciona estímulos a los tejidos musculares. Estaba equivocado, pero sus teorías supusieron un avance hacia el conocimiento de la base eléctrica de la actividad neuronal.

Galvani realiza experimentos con ancas de rana, que se mueven compulsivamente si rozan un escalpelo conectado a la corriente eléctrica. Piensa que esta electricidad pasa del músculo al nervio del animal. Sin embargo, más adelante se demuestra que aquella electricidad es producto de una serie de reacciones químicas causadas por los ácidos de la piel del anfibio.

Edad Contemporánea

ALEMANIA (1808). El continuo avance en el descubrimiento de nuevas enfermedades neurológicas (hasta entonces no consideradas como tales) dispara gran número de teorías en Europa y Estados Unidos. El médico alemán Franz Joseph Gall desarrolla la frenología.

La frenología estudia el carácter de la persona a través de las protuberancias de su cabeza. Gall inspecciona el cráneo de individuos de diferente condición, desde asesinos hasta clérigos, y concluye que el cerebro se compone de 31 órganos relacionados con la personalidad, cada uno con una función mental específica. Pese a que su tesis no es válida, contribuye al surgimiento de la psicología científica.

INGLATERRA (1817). James Parkinson publica un estudio sobre la “parálisis agigante”, un síndrome caracterizado por el temblor involuntario y por la dificultad de iniciar y controlar movimientos con lucidez. La enfermedad de Parkinson arroja información sobre los mecanismos cerebrales que convierten pensamientos e intenciones en acciones.

Las tesis de Darwin demuestran que el hombre es el único animal que posee impulsos conscientes, entre ellos, ruborizarse.

EE.UU. (1848). John M. Harlow, del hospital de Cavendish, Vermont, afronta un curioso caso, el de Phineas Gage. De él puede deducirse el vínculo entre personalidad y funcionamiento de las partes frontales del cerebro.

Un accidente de tráfico cambia la vida del estadounidense Phineas Gage. En septiembre de 1848, una barra de hierro atraviesa su cráneo. Sobrevive, pero pasa de ser un hombre tranquilo y amigable a convertirse en un ser violento y desconsiderado. Su caso llena innumerables páginas de libros científicos y sirve para el estudio de la lobotomía.

INGLATERRA (1859). En Europa aparecen teorías que estrechan lazos entre la conducta humana y el cerebro. Las tesis evolucionistas del británico Charles Darwin demuestran que el hombre es el único animal que posee impulsos conscientes, entre ellos, ruborizarse. Su primo, Francis Galton, realiza estudios sobre la inteligencia.

En 1933, Galton acuñó el término eugenesia: la inteligencia, en su opinión, era hereditaria, y los individuos más capacitados para sobrevivir debían ser protegidos. Esta teoría fue puesta en práctica por la Alemania nazi para alcanzar la perfección de la raza aria. En Suecia, un programa de eugenesia llevó a la esterilización de 62.000 personas entre 1934 y 1974.

EE.UU. (1872). El físico George Huntington describe los síntomas de un mal neurológico degenerativo que produce movimientos incontrolables y demencia en la persona afectada. La enfermedad de Huntington, también llamada corea (danza en griego, por el movimiento característico de los que la sufren), es popularmente conocida como el baile de San Vito.

Sigmundo Freud, padre del psicoanálisis.

TERCEROS

AUSTRIA (1900). Sigmund Freud destapa la parte oculta de la mente humana. Afirma que los sueños, amos y señores del inconsciente, reflejan deseos ocultos, y que analizándolos puede conocerse el origen de ciertas enfermedades mentales, así como aportar una posible curación.

ALEMANIA (1906). Gran número de patologías mentales no tienen nombre por entonces. La respuesta para muchos enfermos –considerados simplemente locos– llega de la mano de Alois Alzheimer. El médico alemán describe la enfermedad degenerativa que lleva su nombre.

Augusta, de 51 años, ingresa en el hospital de la Universidad de Fráncfort en noviembre de 1901. Refleja una pérdida progresiva de la memoria, delirios, alucinaciones auditivas, manía persecutoria y depresión. Alois Alzheimer estudia su caso hasta que ella muere en 1906. El análisis de su cerebro y el estudio de su historial médico sirven para concluir que Augusta ha sufrido “una enfermedad característica de la corteza cerebral”, más adelante nombrada como su descubridor.

ESPAÑA (1906). Santiago Ramón y Cajal recibe el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la estructura del sistema nervioso y el papel de la neurona. Es el primero en aislar células nerviosas y demostrar que la comunicación entre ellas se produce por contigüidad.

Santiago Ramón y Cajal recibió el Premio Nobel de medicina por sus estudios sobre el funcionamiento del cerebro.

TERCEROS

INGLATERRA (1911). Henry Head y sir Gordon Holmes estudian los trastornos sensoriales relacionados con la percepción espacial que cada uno tiene de su cuerpo.

ALEMANIA (1912). William Stern, filósofo de la Universidad de Hamburgo, plantea una fórmula para medir la inteligencia, que él denomina coeficiente intelectual.

Stern calcula que el coeficiente intelectual es el resultado de dividir la edad mental de una persona por su edad cronológica. Apenas cuatro años después, el fisiólogo estadounidense Lewis Madison Terman perfecciona esta fórmula al multiplicar el resultado por 100. Así eliminaba los decimales. Desde entonces, su fórmula se utiliza en los tests de inteligencia.

PORTUGAL (1936). A. Egas Moniz practica en enfermos de depresión y esquizofrenia lobotomías frontales (sección de algunas conexiones de la corteza prefrontal con el resto del cerebro). La técnica gana adeptos en EE.UU. en los años cuarenta, coincidiendo con el auge de otra terapia, el electroshock, aplicado por los italianos Cerletti y Bini desde 1938. Ambos tratamientos caen en desuso a partir de los años cincuenta a favor de fármacos como la torazina.

Hoy puede hablarse de la eventualidad de trasplantes del cerebro que la ciencia posibilita.

EE.UU. (1953). Durante la primera mitad del siglo XX se cree que el cerebro queda totalmente pasivo durante el sueño. El doctor Nathaniel Kleitman y su ayudante Eugene Aserinsky demuestran que no es así tras descubrir el REM (Movimiento Rápido del Ojo) mientras estudian los patrones del sueño en niños.

Kleitman y Aserinsky descubren que la actividad cerebral de una persona dormida es similar a la de una despierta. Sin embargo, las ondas cerebrales entre dos períodos de REM son más lentas y pausadas, lo que puede sugerir que el cerebro descansa. Se experimentan dos tipos de sueño, alternados en períodos de unos 100 minutos. El 20% lo ocupa el REM. El hecho de que los bebés experimenten más tiempo de REM parece indicar que su “estrés” nocturno está relacionado con procesos de aprendizaje.

EE.UU. (1987). La Food and Drug Administration aprueba la fluoxetina (comercializado Prozac) como fármaco antidepresivo. Esta sustancia activa un neurotransmisor químico del cerebro, la serotonina, para eliminar las sensaciones de ansiedad, tristeza y desesperación. Su uso se dispara hasta que aparecen tendencias suicidas en algunos pacientes.

ACTUALIDAD. Hoy puede hablarse del uso de neuronas procedentes de embriones para la curación del Parkinson o de la eventualidad de trasplantes de cerebro, que la tecnología posibilita. La ciencia ya está lista. ¿Lo está el hombre?

Este artículo se publicó en el número 440 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com .