Tarzán el "machirulo"
Noble, valeroso, racista, sexista... El personaje de Tarzán nació representando los valores del momento en que Edgar Rice Burroughs, su autor, lo creó.
Tiene más de cien años, pero sigue estando de actualidad. El personaje creado en 1912 por Edgar Rice Burroughs continúa vigente como icono de la cultura popular. Su presencia en los cómics y en el cine no ha dejado de crecer.
El novelista, nacido en Chicago en 1875, se dedicó a la escritura casi por casualidad. En realidad, nunca quiso ser escritor, sino militar. Desde muy joven su mayor ilusión fue hacer carrera en el Ejército, pero sus problemas cardíacos le obligaron a dejar la profesión. Su regreso a la vida civil no fue fácil. Desanimado y con una familia que mantener (tenía mujer y dos hijos), inició un penoso peregrinaje por todo tipo de empleos anodinos y mal pagados: oficinista, tendero, revisor de ferrocarriles, buscador de oro...
Su único consuelo era la lectura. Los relatos publicados en las llamadas pulp magazines se convirtieron en su refugio durante años. El género de aventuras y el de ciencia ficción, sus favoritos, le permitieron evadirse de la realidad y experimentar unas emociones que la vida real no le proporcionaba.
Aunque carecía de experiencia, en 1911 decidió probar suerte y escribió su primer relato. Bajo las lunas de Marte es una historia de ciencia ficción. Fue publicada por entregas en la revista All-Story. Animado por el éxito, escribió dos más. Una de ellas, Tarzán de los monos, apareció en la misma publicación. El éxito fue fulgurante. Cuando en 1914 se editó en forma de libro, alcanzó los primeros puestos de ventas.
En poco más de dos años, Tarzán se había convertido en un fenómeno. A partir de ese momento, Burroughs se dedicó a la escritura. Hasta su muerte, en 1950, publicó 22 novelas protagonizadas por Tarzán. Otras dos aparecieron de forma póstuma en los años sesenta. Es uno de los autores estadounidenses más prolíficos del siglo XX. Su obra se compone de casi ochenta libros y ha sido traducido a más de treinta idiomas.
Burroughs creó a Tarzán inspirándose en mitos y fábulas universales. De igual forma, incorporó al personaje una serie de rasgos propios de la mentalidad de la época que vivió el autor. Estos son las principales fuentes que inspiraron el personaje de Tarzán:
Mito universal
El relato del recién nacido que es abandonado y adoptado por otra familia se remonta a narraciones bíblicas como la de Moisés y a mitos griegos como el de Edipo. Y la historia del niño criado por animales remite a leyendas como la de Rómulo y Remo.
El libro de la selva
Burroughs se basó en referentes literarios como Mowgli, el protagonista de El libro de la selva, escrito en 1894 por Rudyard Kipling.
Basado en casos reales
Los casos reales de “niños salvajes” sirvieron a Burroughs para crear al personaje. Chicos que, como Victor de Aveyron, hallado en un bosque del Languedoc francés en 1799, habían vivido fuera de la sociedad durante un largo período de su infancia. Tarzán se puede considerar la encarnación del “buen salvaje” rousseauniano, del hombre primitivo, incontaminado, que vive libre en comunión con la naturaleza, lejos de las ataduras y los convencionalismos de la civilización.
Racismo y colonialismo
Sí, Burroughs era racista. En un país donde la esclavitud había existido hasta apenas cincuenta años antes, que un blanco tuviera sentimientos racistas era lo habitual. Como en casi toda la literatura popular del momento, en las historias de Tarzán había racismo, como también una visión imperialista del mundo y un alto grado de sexismo.
Darwinismo social
La figura de Tarzán está envuelta en un fuerte darwinismo social. Pese a criarse entre monos y relacionarse con tribus de hombres negros, el personaje es siempre mostrado como un ser superior, tanto intelectual como moralmente. Su origen aristocrático sirve a Burroughs como justificación para explicar su belleza física y su capacidad atlética, la nobleza de su carácter, su privilegiado intelecto y la posesión de un “instinto hereditario” que le hace respetar, de forma intuitiva, límites morales habitualmente traspasados en su ambiente, como el canibalismo o la desnudez. Burroughs humaniza a Tarzán para distinguirlo de sus hermanos monos y lo ennoblece para separarlo de los salvajes de las tribus africanas.
Este texto se basa en un artículo publicado en el número 552 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.