Cuatro sheriffs del Salvaje Oeste
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Wyatt Earp, Pat Garrett... Hollywood ha mitificado la figura del 'sheriff' oponiéndola a la del pistolero. ¿Tan lejos estaban el uno del otro?
La figura del sheriff ha sido codificada por el cine a través del wéstern. Desde el héroe idealizado del inicio del género, pasando por los sheriffs de mayor complejidad psicológica del wéstern clásico, hasta llegar a los procesos de desmitificación del personaje asociados a los movimientos contraculturales en el wéstern crepuscular. Pero, ¿cuál es la realidad histórica tras estos estereotipos?
El término sheriff es una contracción de los vocablos shire, que significa condado, y reeve, que se puede traducir como alguacil o juez local. La palabra se utilizaba en la Inglaterra medieval para denominar al funcionario encargado de hacer cumplir las leyes en una comarca en nombre del rey. Cuando los primeros colonos británicos se establecieron en el continente americano durante el siglo XVI importaron esta figura.
Pero el concepto de sheriff en Estados Unidos está asociada a la conquista del Oeste. La compra de las posesiones francesas de la Luisiana (1803), la independencia de Texas (1836) y su posterior adhesión a la Unión (1845) y el descubrimiento de oro en California (1848) fueron los tres acontecimientos principales que incentivaron la expansión hacia el Oeste de miles de pioneros. Al principio, la mayoría de los primeros asentamientos no necesitaron de ninguna fuerza policial. Conforme fueron creciendo, la moral del derecho natural entró en conflicto con el orden social. Los territorios empezaron a ser regulados y estructurados por medio de las instituciones.
Y para defender este orden se imponía la figura de un sheriff. Todos ellos debían, sobre todo, tener un excelente manejo de las armas. Indudablemente, esa era una cualidad que poseían los más célebres sheriffs del Lejano Oeste, que os presentamos a continuación.
Wyatt Earp
Wyatt Earp (1848-1929) es, sin duda, el sheriff más popular de las películas del Oeste. Su dilatada y agitada vida contribuyó a que su figura apareciese en numerosas películas, algunas tan aplaudidas como Pasión de los fuertes o Duelo de titanes (John Sturges, 1957).
Antes de ponerse la placa, Wyatt se ganó la vida como cazador de búfalos y jugador de faro, el juego de naipes más popular del Oeste. En 1874 llegó a la ciudad de Wichita (Kansas), donde su cuñada regentaba un burdel y uno de sus hermanos traficaba con armas y licores. Ni su pasado como tahúr ni los negocios de su familia fueron un impedimento para que fuera elegido ayudante del sheriff local.
A partir de esa primera experiencia, Earp comenzó una floreciente carrera como agente de la ley por varias de las principales ciudades del Oeste: la ganadera Dogde City (Kansas) y las mineras Deadwood (Dakota del Sur) y Tombstone (Arizona), donde sucedió el duelo del O.K. Corral, un célebre tiroteo entre los hermanos Earp y su amigo Doc Holliday contra los Clanton y los McLaury, dos familias que controlaban la ciudad. La refriega causó varios muertos y heridos y acabó con su carrera como sheriff. Earp pasó sus últimos años en Hollywood, trabajando como asesor cinematográfico.
Patt Garrett
Patrick Floyd Garrett (1850-1908) ha pasado a la historia como “el hombre que mató a Billy el Niño”. Aunque su presencia en el cine ha estado casi siempre supeditada a la del joven pistolero, Garrett es protagonista de uno de los retratos de sheriff más estimulantes que ha dado el wéstern: Pat Garrett y Billy the Kid (Sam Peckinpah, 1973). Criado en una plantación de Luisiana, Garrett dejó su casa a los dieciocho años para hacerse cowboy y cazador de búfalos en Texas. En 1876 mató a otro cazador durante una pelea, lo que le obligó a trasladarse a Fort Sumner (Nuevo México). Allí conoció a un joven jugador de quien se haría amigo: William H. Bonney, futuro Billy el Niño.
En 1880 Billy ya era uno de los forajidos más buscados del estado, y Pat, el nuevo sheriff de Lincoln (Nuevo México). Su obligación: detenerlo. Garrett lo encontró dos veces. La primera lo arrestó, pero Billy se escapó, matando a tres hombres en su huida (las únicas muertes demostradas de las que se le adjudicaron). La segunda vez lo mató, supuestamente a sangre fría. La muerte de Billy el Niño convirtió a Garrett en un personaje tan célebre que incluso acabó publicando sus memorias. Pero, conforme la leyenda del joven pistolero fue creciendo, la suya se fue emborronando. Ya no era el implacable sheriff que detuvo a Billy el Niño, sino su despiadado asesino.
William Masterson
William Barclay Masterson (1853-1921) fue un personaje secundario en el cine, pero no en la vida real. Bat fue un sheriff seductor y vanidoso a quien le gustaba pasear por la ciudad en calesa y vestido como un dandi. Pero también era un hombre de acción, un virtuoso de las armas. Aunque nació en Quebec (Canadá), creció en Wichita, donde empezó a trabajar como cazador de búfalos. Tras varios sucesos que pusieron de manifiesto su habilidad con las armas, en 1876 fue nombrado ayudante del sheriff en Dogde City, donde coincidió con Wyatt Earp.
Desde ese primer nombramiento, la carrera de Bat Masterson como agente de la ley fue fulgurante. Ejerció como sheriff en varias de las ciudades más conflictivas del Oeste, y su labor fue muy reconocida. Pero la atracción que sentía Masterson por las ciudades tumultuosas no respondía a razones morales o profesionales, sino a las oportunidades que le ofrecían para desarrollar su gran pasión: el juego. Convertido en uno de los hombres más famosos del Oeste, Masterson acabó sus días en el Este. Se introdujo en el floreciente mundo de las apuestas pugilísticas y terminó trabajando en Nueva York como periodista deportivo en el diario The Morning Telegraph.
"Wild Bill" Hickok
James Butler “Wild Bill” Hickok (1837-76) vivió poco tiempo, pero intensamente. Su vida ha generado más leyendas y alimentado más ficciones que la del propio Wyatt Earp. Su figura pintoresca (alto, melena larga, gran mostacho y elegante vestimenta) y su gusto jactancioso por la fabulación le convirtieron en un personaje irresistible para los cronistas de la época. Antes de adquirir fama como agente de la ley, Wild Bill fue conductor de diligencias, explorador y espía de la Unión durante la guerra civil estadounidense, cazador de búfalos, jugador profesional y artista de circo junto a Buffalo Bill.
Entre 1865 y 1871 ejerció como sheriff en varias poblaciones de Kansas y Misuri. Durante esos seis años se vio involucrado en varios tiroteos. Estos enfrentamientos contribuyeron a expandir su leyenda. Una leyenda que llegó hasta su muerte. En 1876, decidió probar fortuna como buscador de oro en Deadwood (Dakota del Sur). El 2 de agosto, mientras jugaba una partida de póquer en un salón, otro jugador, Jack McCall, movido supuestamente por la venganza, le descerrajó un tiro en la nuca. La leyenda dice que en ese momento Wild Bill tenía cuatro cartas: dos ases y dos ochos, doble pareja. Esta jugada, asociada a la mala suerte, empezó a ser conocida como la “mano del muerto”.
Este texto se basa en un artículo publicado en el número 579 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.