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El Editorial: Los años oscuros

La colaboración de Francia con los nazis no fue solo política y militar, sino que se manifestó en todos los ámbitos de la sociedad.

El mariscal Pétain (izqda.) saluda a Adolf Hitler. Foto: Wikimedia Commons / Bundesarchiv, Bild 183-H25217 / CC-BY-SA 3.0.

El Editorial colaboracionistas con los nazis

En 2014, el Nobel de Literatura recaía en Patrick Modiano, el escritor francés que ha centrado buena parte de su obra en la época de la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Para Modiano, nacido en 1945, un año después de la liberación, este período “confuso y vergonzoso” de la historia de su país ha configurado su “prehistoria” personal. Algo común a muchos compatriotas de su generación.

Tras una fase de depuración expeditiva e inmediata llevada a cabo por los vencedores, la guerra se convirtió en un tema por el que se pasaba de puntillas. La memoria colectiva prefirió olvidar aquellos años oscuros de la Francia de Vichy. En gran modo, el debate moral giraba en torno al mariscal Pétain, héroe en la Primera Guerra Mundial y colaborador con el enemigo nazi entre 1940 y 1944.

El régimen de Vichy que encarnaba sintonizó abiertamente con las exigencias del invasor. Persiguió el bolchevismo y fomentó el antisemitismo, con medidas tan represoras como las llevadas a cabo por la Carlingue, nombre por el que se conocía a la rama francesa de la Gestapo .

Miembros de la Resistencia francesa detenidos por los colaboracionistas. Foto: Wikimedia Commons / Bundesarchiv, Bild 146-1989-107-24 / Koll / CC-BY-SA 3.0.

TERCEROS

La colaboración no fue solo política y militar. Se manifestó en todos los ámbitos de la sociedad y en cualquier estrato. Sin embargo, numéricamente no alcanzó a todo el país, como tampoco lo hizo la Resistencia. Como afirma el historiador francés Denis Peschanski, comisario de una reveladora exposición sobre el tema celebrada hace cuatro años en el Hôtel de Soubise de París, actual sede de los Archivos Nacionales, “hubo quienes se acomodaron a las circunstancias pese a no ser colaboracionistas, básicamente por motivos económicos. Y después están los que rechazaron las delaciones, pese a no participar abiertamente en actos de resistencia, pero que fueron capaces de decir no. Este último grupo fue, claramente, el mayoritario”. Si bien el debate sigue abierto, la progresiva desclasificación de documentos permitirá vislumbrar con más rigor la verdad histórica.

Este editorial se publicó en el número 614 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com .