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Cinco puntazos en la historia de la ciencia

Historia de la medicina

Señala el estereotipo que los médicos son, en realidad, "matasanos". Pero la historia de la humanidad no sería la misma sin avances como estos

Avances de la medicina

Terceros

La medicina ha cambiado muchísimo a lo largo de la historia. No fue un camino rápido, ni sencillo. Los conocimientos del médico griego Galeno (s. II-III d. C.) guiaron durante siglos a los médicos y cirujanos de Occidente. A partir del siglo XVIII, la medicina empezó a dar pasos agigantados en el estudio, identificación y tratamiento de las dolencias que afectaban a los seres humanos. Estos cinco avances científicos fueron claves para el desarrollo de esta disciplina y combatir las enfermedades.

Las vacunas

Vacuna, como su nombre indica, viene de vaca. En el siglo XVIII, el médico británico Edward Jenner (1749-1823) observó que las mujeres que ordeñaban estos animales permanecían inmunes a la viruela, un mal que en la época provocaba una mortalidad altísima. Investigó y llegó a la conclusión de que, si inoculaba a otras personas el virus de viruela bovina, similar a la humana pero menos agresiva, conseguiría poner a sus pacientes a salvo de las epidemias. 

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La innovación suscitó al principio las reservas de la comunidad médica, pero no tardó en generalizarse. España envió en 1803 una expedición a ultramar para difundirla por sus territorios americanos y filipinos. Algunas décadas más tarde, el término “vacuna” se difundió para designar cualquier inoculación destinada a prevenir una enfermedad concreta.

Edward Jenner inoculó la viruela bovina en humanos para inmunizarlos

TERCEROS

La anestesia

Charles Darwin (1809-82) tenía que haber sido médico, pero de joven presenció en Edimburgo un par de operaciones que le traumatizaron. En su autobiografía nos explica por qué: se habían efectuado sin anestesia. Como decía el propio Darwin, tuvieron lugar antes de “los benditos días del cloroformo”. 

En esos momentos aún se empleaba el éter, pero esta sustancia tenía efectos secundarios. Por eso se recurrió al cloroformo. En 1847 se utilizó en el primer parto sin dolor. La madre quedó tan satisfecha que llamó a su hija Anestesia. Pocos años después, la reina Victoria de Inglaterra optaría por este procedimiento al dar a luz a su hijo Leopoldo.

La genética

Es curioso cuántos invitados se parecen en una boda. Son familia, y por eso comparten genes. Esto que a nosotros nos parece tan obvio no lo era hasta que Gregor Mendel dio a conocer las leyes de la herencia en 1865. ¡Y lo hizo a partir de experimentos con guisantes!

Mendel dio a conocer las leyes de la herencia en 1865.

TERCEROS

El monje austríaco denominó “factores” a las unidades encargadas de transmitir a los hijos los rasgos de los padres. No fue hasta 1909 cuando un botánico danés, Wilhelm Johannsen, acuñó el término que usamos en la actualidad: “gen”, tomado prestado del griego. Gracias al descubrimiento de los genes, la ciencia ha podido identificar dolencias relacionadas con esa herencia para buscar métodos de prevención y tratamientos.

La aspirina

En realidad, aspirina no es el nombre de un producto, sino una marca, creada por la empresa alemana Bayer en el siglo XIX para comercializar el ácido acetilsalicílico. El químico francés Charles Frédéric Gerhardt sintetizó en 1853 este analgésico, antiinflamatorio y antipirético (contra la fiebre).

Las aspirina es un medicamento esencial para la OMS

TERCEROS

El principio activo procede del sauce, una planta que los antiguos egipcios ya utilizaban con fines medicinales. En la actualidad, la aspirina está considerada un medicamento esencial por la Organización Mundial de la Salud. Se consumen en todo el mundo 40.000 toneladas al año.

Los grupos sanguíneos

Gracias al conocimiento de los grupos sanguíneos podemos practicar transfusiones sin peligro, sin exponernos a que la sangre del receptor sea incompatible con la del donante. El austríaco Karl Landsteiner encontró tres en 1901. Más tarde, sus discípulos Adriano Sturli y Alfred von Decastello descubrieron un cuarto.

Karl Landsteiner descubrió tres tipos de grupo sanguíneo.

TERCEROS

Años más tarde, Landsteiner hallaría el Rh, una proteína de la membrana de los glóbulos rojos. Si lo tienes, tu Rh es positivo. Si no lo tienes, negativo. Su denominación alude a que el descubrimiento se efectuó con suero de conejos inmunizados con sangre de mono. Mono, en griego, es Rhesus.

Este artículo se publicó en el número 612 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.