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Jack el Destripador, todo lo que sabemos del famoso asesino en serie

Eterno enigma

La identidad del asesino de Whitechapel sigue siendo un misterio más de cien años después. ¿O pudo acaso ser una fabricación involuntaria?

Ilustración de unos de los crímenes de Jack el destripador

Otras Fuentes

En Whitechapel, barrio situado en los bajos fondos del Londres victoriano, un carretero regresaba a su hogar tras la jornada de trabajo. Habían dado ya las tres de la madrugada cuando hizo su terrible hallazgo. Sobre una acera yacía una mujer pavorosamente desfigurada, en medio de un charco de sangre. 

La difunta se llamaba Mary Ann Nichols, tenía 42 años y era prostituta. El asesino le había asestado brutales cuchilladas con la matemática precisión de un cirujano. Nadie lo sabía entonces, pero en aquel momento, el 31 de agosto de 1888, nacía un mito en la historia del crimen: Jack el Destripador.

Fotografía de la calle en la que fue asesinada Mary Ann Nichols.

TERCEROS

Pocos días más tarde, la también prostituta Annie Chapman apareció con la cabeza prácticamente separada del cuerpo. Además, el homicida le había abierto el vientre de un tajo para después extraerle las vísceras. 

Pero la pesadilla estaba lejos de concluir. En las jornadas siguientes se hallaron los cadáveres de otras tres mujeres, todas profesionales del sexo en aquel barrio de mala muerte. A Mary Jane Kelly, una hermosa pelirroja de ojos negros de apenas 25 años, la encontraron despellejada como si fuera un animal.

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Mientras tanto, la policía recibía centenares de cartas en las que sus desconocidos autores se confesaban responsables de las muertes. De muchos de estos textos se demostró la falsedad, pero no se sabe con certeza cuántos pueden ser auténticos. 

Después de matar a Mary Jane Kelly, Jack no volvió a actuar y nada más se supo de él. Su rastro se perdió para siempre en la niebla londinense. Más de un siglo después, la misteriosa identidad del serial killer todavía suscita grandes polémicas.

Aunque Scotland Yard investigó los hechos, la identidad del asesino no pudo ser desvelada satisfactoriamente. Estas son algunas de las teorías sobre la identidad de Jack el Destripador.

Montague Druitt

Este joven abogado se arrojó a las aguas del Támesis a finales de 1888 y la policía identificó al suicida con el Destripador. Montague Druitt provenía de una familia de médicos, hecho que podría explicar los conocimientos que demostraba Jack. Al parecer, estaba relacionado con algunos personajes influyentes, entre los que se hallaba el duque de Clarence, Alberto Víctor, nieto de la reina Victoria.

El joven abogado Montague Druitt fue acusado de ser Jack el Destripador.

TERCEROS

William Gull

Según otra versión, que implica a la casa real británica, Alberto Víctor, hijo mayor del futuro Eduardo VII, se había casado en secreto con una plebeya, una dependienta llamada Annie Elizabeth Crook. De la unión habría nacido una niña, que se habría puesto al cuidado de la prostituta Mary Jane Kelly, quien habría intentado chantajear a la monarquía. Eso explicaría que se enviara a William Gull, médico de la casa real, para silenciarla. A ella y a sus cuatro amigas. 

Esta fue la teoría que formuló, en 1976, el escritor Stephen Knight en el libro Jack the Ripper: The Final Solution. Pero la supuesta final solution no era tal.

James Maybrick

En 1991 apareció el presunto diario del asesino, un manuscrito de 64 páginas, que apuntaba a James Maybrick. Este empresario algodonero de Liverpool era un hombre de unos cincuenta años. Adicto al arsénico, llevaba una vida disoluta, y todos los fines de semana viajaba a Londres para visitar los burdeles. Pero no se tomó a bien que su esposa Florence, veinticuatro años más joven, le fuera infiel y pagó con las prostitutas su frustración.

Fotografía del cadáver de Mary Jane Kelly.

TERCEROS

La afirmación en el diario de Maybrick de que se había llevado el corazón de Mary Jean Kelly, la última de las víctimas de Jack el Destripador, resultaba inquietante, puesto que este dato no fue del dominio público hasta 1987. 

El asunto, en realidad, es muy confuso. El descubridor del diario, el chatarrero Michael Barrett, acabó por reconocer que lo había escrito él, aunque más tarde se retractó. En general, los especialistas coinciden en que se trata de un documento apócrifo.

Aaron Kosminski

Una de las más recientes teorías apunta a este emigrante polaco. En 2007, el hombre de negocios Russell Edwards adquirió el supuesto chal de Catherine Eddowes, la segunda víctima del Destripador, y encargó un análisis del ADN encontrado en la prenda.

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El resultado apuntó a Kosminski, barbero en el mismo barrio de Whitechapel en la época de los asesinatos, a través de una comparación con el de algunos de sus descendientes. A partir de esta conclusión, Edwards anunció en 2014 que había resuelto el caso. La teoría, sin embargo, suscitó críticas, al basarse en una identificación genética de cuestionable exactitud, tal como manifestaron varios expertos.

Recorte de prensa de la época sobre el caso de "Jack the Ripper" (Jack el Destripador). 

EFE

Henry Howard Holmes

En el último tercio del siglo XIX, más o menos en la misma época en que tenían lugar las muertes en Whitechapel, desaparecían en un hotel de la ciudad de Chicago decenas de personas. Eran víctimas del dueño del establecimiento, Herman Webster Mudgett, un estafador que se hacía llamar Henry Howard Holmes. Descubiertos sus crímenes, fue sentenciado a morir en la horca en 1896. 

Recientemente, su tataranieto, el abogado Jeff Mudgett, afirmó que Holmes y el Destripador serían la misma persona. Se basa en los diarios que heredó de su antepasado, en los que este afirma que mató a varias prostitutas durante un viaje a Londres. Sin embargo, la teoría de Mudgett no cuenta con consenso.

Jeff Mudgett, tataranieto de HH Holmes, asegura que su pariente fue Jack el Destripador

Terceros

El señor X

¿Alguien da más? Cabría también la posibilidad de que Jack el Destripador no hubiera existido nunca. Los periódicos, a la búsqueda de más ventas, habrían atribuido de forma sensacionalista los crímenes a una sola persona. En aquellos momentos, Whitechapel había asistido a un total de once muertes de prostitutas, pero al Destripador se le atribuyeron en firme solo cinco, las denominadas “víctimas canónicas”. Aun así, no estaba claro que todas fueran obra de la misma persona.

Criminólogos, sociólogos, forenses, detectives... Son casi infinitos los profesionales que han intentado averiguar su identidad. Seguramente, nunca obtendremos una respuesta convincente.

Este artículo se publicó en La Vanguardia el 21 de julio del 2020

Este texto se basa en un artículo publicado en el Extra número 12 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.