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El editorial: El gran ensayo

El éxito de la invasión de Sicilia en 1943 permitiría a los aliados iniciar la liberación de Italia. Allí se ensayó, también, lo que iba a ser el desembarco de Normandía.

EL EDITORIAL: MÁS QUE DOS RIVALES

EL EDITORIAL: MÁS QUE DOS RIVALES

Fue el mayor desembarco anfibio antes de Normandía y marcó un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial. La invasión de Sicilia en el verano de 1943 tuvo momentos épicos y tintes cinematográficos. Estrategia, duelo de egos, el papel de los aliados y la Mafia. Sin olvidar la maniobra de desinformación que hizo creer a las fuerzas del Eje que el siguiente objetivo enemigo, tras la toma de control en el norte de África, sería Grecia: o cómo el cadáver de un vagabundo galés engañó a Hitler...

Todo valía en un conflicto largo y sangriento, en el que las piezas del tablero bélico debían moverse con suma precisión. No siempre fue así. Los preparativos del nuevo ataque plantearon numerosos problemas logísticos, y los responsable británicos y estadounidenses empezaron a planificar de modo independiente.

La invasión de Sicilia debía ser un trampolín para invadir la península italiana y derrocar al régimen fascista de Mussolini.

En privado se detestaban, pero compartían un objetivo. Dar un golpe certero al denominado “bajo vientre del Eje” era la propuesta de Churchill , que, no sin reticencias, aceptó Roosevelt. La toma de la isla se convertía, de este modo, en un magnífico trampolín para invadir la península italiana y derrocar al régimen fascista de Mussolini.

Tanque estadounidense después de desembarcar en Sicilia el 10 de julio.

TERCEROS

Como se planteó en la Conferencia de Casablanca, unos meses antes, debía buscarse la rendición sin condiciones por parte de las potencias del Eje. Aquella operación posibilitaría, además, abrir un segundo frente en Europa, una de las aspiraciones de la Unión Soviética. Así fue.

El éxito de la Operación Husky, el desembarco de Sicilia, fue el primer paso de la dura e incierta campaña italiana hasta la liberación de Roma. La desorganización de las tropas aerotransportadas en la isla, que provocó abundantes casos de fuego amigo, motivó que se mejorara el entrenamiento de las mismas. Probada su efectividad, fueron utilizadas de nuevo en el desembarco de Normandía, el gran desafío aliado para superar el muro atlántico del Tercer Reich.

Este artículo se publicó en el número 604 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.