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El cisma de Enrique VIII

Su empeño en anular el matrimonio con Catalina de Aragón provocó la ruptura de la monarquía inglesa con la Iglesia católica.

Westminster durante el reinado de Enrique VIII.

Enrique VIII y el cisma anglicano Westminster

Enrique VIII tenía 17 años cuando se casó con Catalina de Aragón, la hija de los Reyes Católicos. A lo largo de sus muchos años de reinado, buscó desesperadamente un heredero a la Corona y demostrar al resto de monarcas de Occidente su valía. La suerte no le sonrió. La huella en Europa iba a dejarla por el cisma religioso y el posterior aislamiento de Inglaterra, un quiebro decisivo en la historia del país que desencadenó a raíz del fracaso dinástico de su matrimonio con Catalina.

En sus primeros años de reinado emprendió una política exterior muy agresiva, enfrentándose a las grandes potencias continentales, que no le reportó más que frustraciones. La ambición de Enrique quedó atrapada en la confusa red de lealtades precarias y luchas casi constantes que fue la Europa del siglo XVI. Las campañas en el extranjero dejaron el reino prácticamente en bancarrota. Su popularidad caía en picado.

El empeño de Enrique VIII por disolver su matrimonio con Catalina de Aragón llevó al cisma con la Iglesia de Roma.

Además, el matrimonio con Catalina no había dado sus frutos. Enrique VIII, que cada vez odiaba más a su esposa por no darle un heredero varón, se enamoró de Ana Bolena. A partir de entonces, el monarca se volcó en conseguir la anulación de su matrimonio con Catalina. Este empeño terminó provocando el cisma con la Iglesia de Roma.

Enrique VIII tuvo cinco esposas más después de Catalina de Aragón.

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El camino a la ruptura

Enrique VIII intentó convencer a Roma de que anulara su matrimonio, pero el papa Clemente VII lo descartó porque no quería oponerse al emperador Carlos V, sobrino de Catalina. Entonces, Enrique buscó un juicio de anulación en Inglaterra, aunque tampoco lo logró.

A pesar de ser un ferviente católico y de haber recibido el título de Defensor de la Fe, cada vez se sentía más distanciado de la Iglesia romana. Necesitaba una solución. Thomas Cromwell, un burócrata plebeyo pero brillante, le dio la única solución posible: obtener la anulación del matrimonio en Inglaterra y por parte de su propia Iglesia. Para ello, era necesario abolir la jurisdicción papal y separar la Iglesia inglesa de Roma, convirtiéndola en un departamento espiritual del Estado bajo la batuta del rey como único representante de Dios en su reino.

El ministro Thomas Cromwell.

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Enrique, que lo había intentado ya todo, suscribió de buena gana la propuesta. Era revolucionaria y significaba renegar del papa, pero reforzaba su posición y poder como monarca. Gracias a Cromwell y la antipatía generalizada hacia el pontífice y los privilegios de la Iglesia, el rey se aseguró el apoyo del Parlamento, cuya representación y autoridad se apresuró además a aumentar.

La supremacía real

La ruptura con Roma fue gradual. El Parlamento inglés publicó una lista de agravios contra la Iglesia, y esta se doblegó a la exigencia de Enrique de que toda la legislación eclesiástica quedara sujeta a la aprobación real. Más tarde, siguieron leyes que prohibieron el pago de impuestos a Roma y las apelaciones al papa.

En 1534, el Parlamento formalizó la ruptura definitiva aprobando el Acta de Supremacía, que convirtió al monarca en cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra.

El papa Clemente VII continuó negándose a ceder en el asunto del divorcio, pero accedió en 1533 a nombrar arzobispo de Canterbury, el puesto más alto de la Iglesia en Inglaterra, a Thomas Cranmer, candidato de Enrique. Cranmer declaró nulo el matrimonio con Catalina y coronó reina a Ana, con quien Enrique se había casado en secreto meses antes. El papa contraatacó excomulgando al rey, pero ya era demasiado tarde.

La catedral de Canterbury. Foto: Wikimedia Commons / Hans Musil / CC BY-SA 4.0.

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Un año después, en 1534, el Parlamento formalizó la ruptura definitiva aprobando el Acta de Supremacía, que convirtió al monarca en cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra. Consumado el cisma, Enrique procedió a eliminar toda oposición interna forzando a sus súbditos a reconocer la supremacía real bajo la amenaza de ser acusados de traición y ejecutados de acuerdo con una nueva ley ad hoc. A su muerte, en 1547, el cisma anglicano ya se había consumado.

Todo había empezado con su obsesión por anular el matrimonio con Catalina. Pero Ana Bolena no sería su última esposa. A lo largo de su vida, Enrique tuvo un total de seis:

Este texto se basa en un artículo publicado en el número 500 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Catalina de Aragón

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Enrique VIII estaba enamorado de ella cuando se casaron. Ambos fueron coronados reyes en junio de 1509. Catalina no pudo darle un heredero, así que la repudió. Al intentar disolver este matrimonio, Enrique VIII provocó el cisma. Catalina murió en 1536.

Ana Bolena

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Era una de las damas de honor de Catalina. Enrique se enamoró de ella y la convirtió en su amante, primero, y en su esposa, después. Tras dar a luz a la futura Isabel I, no dio un heredero varón a Enrique. Fue acusada de adulterio y ejecutada en 1536.

Jane Seymour

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Jane sí que proporcionó un hijo varón a Enrique VIII. La joven falleció poco después de dar a luz al futuro Eduardo VI de Inglaterra en 1537.

Ana de Cleves

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El enlace con la alemana Ana de Cleves, o de Cléveris, fue un matrimonio político orquestado por Thomas Cromwell. Estuvieron casados medio año y no consumaron el matrimonio. Enrique VIII se divorció de ella.

Catherine Howard

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Catherine Howard, de 20 años, treinta menos que Enrique, fue su quinta esposa. Enrique VIII se había enamorado de ella, pero cuando descubrió que la joven no solo no era virgen antes de la boda sino adúltera después, la envió al cadalso igual que a la que había sido su prima, Ana Bolena.

Catherine Parr

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Fue la última esposa de un ya viejo y amargado Enrique VIII, y la única que le sobrevivió. El rey fue su tercer marido, y tras él se casaría con Thomas Seymour, casualmente hermano de Jane, la tercera esposa de Enrique. Catherine es la reina de Inglaterra con más matrimonios a sus espaldas, un total de cuatro.