Los imprescindibles de Carlos V

Carlos había nacido en Gante el 24 de febrero de 1500, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso y, por tanto, nieto de los Reyes Católicos y del matrimonio formado por Maximiliano de Austria y María de Borgoña.

Crecería en compañía de sus hermanas Leonor, Isabel y María. Los avatares de la Corona de Castilla obligaron a sus padres a viajar hasta la península ibérica en varias ocasiones, la última en 1505, donde nacieron los dos hermanos menores, Fernando y Catalina. Aquel último viaje de sus padres para hacerse con la Corona de Castilla representaría una despedida definitiva de Felipe, que murió en Burgos inesperadamente. Juana fue recluida en Tordesillas. Los mayores no se reencontraron con su madre hasta doce años después. Carlos quedó, junto con sus hermanas, al amparo de su tía, Margarita de Austria.

El futuro emperador contó con una serie de personajes clave en su juventud que marcaron su trayectoria vital. Estos son los imprescindibles de Carlos V:

Margarita, tía de Carlos y sus hermanas, fue para todos ellos, además de una verdadera madre, la mejor amiga y consejera. Con ella hizo Carlos su aprendizaje en los saberes de la época y se instruyó en la práctica del buen gobierno.

Señor de Chièvres (1458-1521), Guillermo de Croy pertenecía a una aristocráti­ca familia flamenca. Fue, junto a Adriano de Utrecht, el primer responsable de la educación política de Carlos. Tras la pro­clamación de este como rey de Castilla y Aragón, Croy des­empeñó funciones diplomáticas.

Adriano (1459-1523) fue profesor de Teología en la Universidad de Lovaina y otro gran preceptor de Carlos de Gante. Defendió sus derechos en el pleito por la suce­sión de Fernando el Católico y se enfrentó al cardenal Cisneros hasta conseguir la entronización de Carlos en vida de su madre. Fue nombrado inquisidor general en 1518 y regente de Castilla en 1520, cuando Carlos, proclamado ya empera­dor, partió para Alemania. En 1522 fue elegido papa con el nombre de Adriano VI. Desde el pontificado se­cundaría la política imperial de Carlos V.

Leonor (1498-1558) era la hija primogénita de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Fue la hermana favori­ta de Carlos. Leonor se convertiría en reina de Portugal (1519-21) y de Francia (1530-47) por sus respectivos matrimonios con Manuel I el Afortunado y Francisco I. Al enviudar de este último, com­partió con el emperador una parte de su retiro en Yuste.

Uno de los episodios más desconocidos de la juventud de Carlos es la relación que mantuvo con Germana de Foix, viuda de su abuelo Fernando. Este, antes de morir, encomendó el cuidado de su joven esposa a su nieto. Carlos cumplió con creces el encargo. Tal fue la pasión surgida entre ambos que se mandó construir un puente de madera que uniera la residencia de Germana en Valladolid con el Palacio Real para que las visitas pudieran ser más discretas. Ella contaba 29 años y Carlos, 17. Fruto de su relación, en 1519 nació una niña (a la que dieron el nombre de Isabel en honor a la reina Católica) que recluyeron de inmediato en un convento, donde murió poco después.

Francisco I de Francia fue una de las personalidades más relevantes del siglo XVI. En 1514 se casó con su prima Claudia, hija del rey Luis XII, a quien sucedió el año siguiente. La proclamación de Carlos V como emperador atizó aún más la enemistad que ambos monarcas se profesaban. Entre 1521 y 1544 se enfrentaron en cuatro guerras, resueltas en su mayoría a favor de Carlos V. Además de buen político y estratega, Francisco I fue también mecenas de las artes y las letras, y consiguió hacer de Fontainebleau el corazón del humanismo francés. Rabelais, Cellini y Leonardo da Vinci desarrollaron su obra bajo la protección directa del monarca.